Kicillof hizo un guiño a los gobernadores para enfrentar a Milei y renovó la tensión con La Cámpora

Axel Kicillof dedicó casi la totalidad de su discurso para abrir las sesiones ordinarias ordinarias en la Legislatura bonaerense a confrontar contra Javier Milei. El gobernador aprovechó la intención de la Casa Rosada de subirlo al ring político y respondió en la misma sintonía, posicionándose como el máximo opositor al Presidente.
En casi tres horas de discurso, el gobernador bonaerense hizo una sola mención a Cristina Fernández de Kirchner. Decidió enfocarse en el resto de los gobernadores, a quienes les habló de “federalismo” y los arengó a unirse contra Milei.
Aprovechó para eso la amenaza de Milei de intervenir la provincia de Buenos Aires. “Tal como ocurrió hace poco con una criptomoneda, el Presidente dice ahora que no quiso decir lo que dijo; peor, que lo dijo pero no estaba interiorizado en el tema. No sé qué es peor, si haber realizado la amenaza o hacerla y recular”, dijo y apunto: “No se puede, Presidente, ser impune, cínico e irresponsable”.
En ese sentido, el gobernador acusó a Milei de “tomarle el pelo” a “toda la dirigencia política y a todo el pueblo con un tema tan delicado”. “No sé qué motiva al Presidente para comportarse así; no soy psiquiatra”, ironizó.
“Frente a un gobierno que promueve la desintegración, nosotros proponemos el federalismo”, sostuvo hacia el cierre del discurso en el que insistió con la importancia de defender “la democracia y el federalismo”. También planteó la necesidad de ayudarse entre los gobernadores y construir algo más amplio. “No somos empleados del Presidente”, les recordó a sus pares.
En esa línea, el gobernador repasó varias acciones de gestión que coordinó con otras provincias, como Río Negro, Chubut, Córdoba y más recientemente con Santa Fe, donde recordó que no dudó en mandar los 80 móviles solicitados por Patricia Bullrich. “Estuvimos siempre que otras provincias nos necesitaron”, afirmó.
La militancia axelista y una nueva crisis con Cristina
La paz duró poco. La solidaridad del PJ Bonaerense (que conduce Máximo Kirchner) y del PJ Nacional (que preside Cristina) hacia Kicillof por la amenaza de intervención de Milei, había generado expectativas de un posible acercamiento o al menos un entendimiento electoral. La ilusión de las distintas tribus peronistas duró poco, ya que este miércoles se corroboró que los guiños fueron solamente circunstanciales: la primera plana del kirchnerismo faltó a la apertura de sesiones y el gobernador les respondió ignorándolos.
A Cristina la nombró una sola vez, al recordar un hospital que se construyó en su gestión. No hubo figuras camporistas de peso. A la ausencia de dirigentes como Máximo Kirchner y Eduardo “Wado” de Pedro se sumó el faltazo de algunos de los intendentes más combativos, como Mayra Mendoza (Quilmes) y Julián Álvarez (Lanús), aunque sí estuvieron presentes Damián Selci (Hurlingham) y Juan Ustarroz (Mercedes).
Por primera vez, el gobernador le habló a su propia militancia. La apertura de sesiones fue la excusa para hacer debutar en las calles al Movimiento Derecho al Futuro, una agrupación que se lanzó en las últimas semanas y que volvió a abrirle malestar con el kirchnerismo. “Algo que nos llamó la atención es que en el palco donde el año pasado estaba CFK, este miércoles Kicillof sentó a Andrés Rodríguez”, ironizó a elDiarioAR un dirigente del Instituto Patria, quien recordó que el gremialista es “el mismo que firmó un aumento del gobierno de Milei en un 1%”.

Los intendentes, sindicalistas y dirigentes del peronismo alineados con Kicillof tuvieron su recompensa. En un día de calor extremo, luego de movilizar sus columnas al centro de La Plata y escuchar las casi tres horas de discurso en la calle, el gobernador salió a saludarlos y les habló desde un escenario montado en la calle 6 entre la plaza San Martín y la Gobernación.
Frente a ellos, Kicillof se hizo cargo de ser el referente de la nueva agrupación militante. “Lo pensamos como un movimiento, no que tenga una forma rígida, queremos que se sumen y participen. Queremos artistas, científicos, laburantes en general, bonaerenses; buscamos diversidad”, señaló respecto a Derecho al Futuro, aunque también se atajó al afirmar: “No soy responsable de lo que dicen todos y cada uno de los dirigentes que participan”.
“Vengo a convocarlos, lo que no se puede permitir es bajar los brazos. Ellos están en campaña, ellos vienen por la provincia de Buenos Aires y nosotros no podemos dejar que los topos y las motosierras entren a los concejos deliberantes, a los municipios. Vienen a destruir el Estado”, lanzó.
Además de repasar sus políticas y de anunciar un paquete de medidas en torno a la seguridad bonaerense —que promete ser el tema más sensible y complejo para su campaña—, el gobernador evitó realizar anuncios electorales. Sin embargo, le pidió a la Legislatura “celeridad” para tomar una decisión sobre qué pasará con las primarias —e insinuó estar a favor de la suspensión— en un intento de allanar el camino para definir su calendario electoral. Tal como había dejado trascender desde su mesa chica, evitó hablar del posible desdoblamiento, una decisión que para los intendentes que lo acompañan será “inevitable” y que entra en tiempo de descuento. Kicillof hasta ahora no se pronunció sobre el tema; sabe que le abrirá una nueva crisis con Sergio Massa y con Cristina.
LA/JJD
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