En tiempo de descuento, Milei se inclinaría a nombrar por decreto a Lijo y García Mansilla en la Corte

Javier Milei debe tomar la decisión final: desde hace días que tiene listo, a la espera de su firma, el decreto para designar a los jueces Ariel Lijo y Manuel García Mansilla como los nuevos integrantes de la Corte Suprema de Justicia. En un clima de máximo hermetismo, el trámite empezó a dilatarse y entró en tiempo de descuento, ya que el próximo viernes es su fecha límite, un día antes del inicio de las sesiones ordinarias en el Congreso.
En el entorno presidencial todavía jugaban al misterio y evitaban confirmar cuándo se concretarían los nombramientos, aunque algunos deslizaban que podrían publicarse este miércoles en el Boletín Oficial. Tres días antes de que el Presidente brinde su discurso en el recinto, donde buscará sumar las sillas de Lijo y García Mansilla a las de Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti, actuales miembros del máximo tribunal.
Milei y su mesa chica, aún golpeados por el escándalo cripto, analizaban el mejor timing para realizar un anuncio que saben que desatará la polémica. El oficialismo también viene de un fracaso en el Congreso, donde la candidatura de Lijo parecía encaminada –y su dictamen logró nueve firmas en el Senado– pero los libertarios debieron levantar la sesión del último viernes en la que se trataría su pliego, a falta de votos. Si bien en un principio la figura de Lijo generó aceptación en buena parte del peronismo, lo cierto es que el grueso del espacio –con el kirchnerismo a la cabeza– finalmente definió no acompañar su candidatura, en una semana de máxima debilidad del Gobierno.
Desde la Rosada habían dejado trascender que los jueces serían designados en comisión esta semana, antes del inicio del período de sesiones ordinarias. Antes de eso, Milei debía sortear algunos obstáculos. Uno de ellos, no menor, era la duda de los propios magistrados, que no se mostraban convencidos de asumir con esta modalidad. Es que, para avanzar, deberán renunciar a sus cargos. En el caso de Lijo, había dejado trascender sus dudas, ya que su nombramiento quedaría supeditado a los votos del Congreso y, de naufragar, no podría regresar luego al fuero federal.
La decisión sobre la inminente publicación del decreto habría terminado de cocinarse esta mañana en la reunión de gabinete convocada por el Presidente.
Resta saber qué actitud tomará el peronismo, que hasta ahora osciló entre el silencio y la amenaza de que rechazarán los pliegos de ambos jueces –incluido el de Lijo, que al principio se habían mostrado dispuestos a negociar– en caso de que Milei avanzara en sus nombramientos por decreto.
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Esta segunda postura la hizo explícita el titular del interbloque de Unión por la Patria (UP), el senador José Mayans, cuando en noviembre advirtió: “Que se sepa públicamente que la persona que acepte ser designada por decreto, inmediatamente nuestro bloque va a pedir sesión para votar la destitución”.
Hasta ahora, los 34 senadores se mantuvieron unidos, aunque la figura de Lijo tiene el visto bueno de varios gobernadores. Habrá que ver cómo inciden las presiones cruzadas para saber si se preservará la palabra del formoseño. Hasta ahora, en el kirchnerismo repiten que no avalarán las formas y que la intención es avanzar en un acuerdo que incluya no sólo los cargos del máximo tribunal, sino la discusión por todos los cargos vacantes, entre ellos el procurador general -que todavía ocupa de modo interino Eduardo Casal-, y el defensor del pueblo.
LA/MG
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