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En ascenso y sin control

Pese a su creciente poder, Santiago Caputo está fuera del radar de la Oficina Anticorrupción

Al gurú comunicacional no lo alcanza el régimen de Empleo Público ni el de Autoridades Superiores.

Pedro Lacour

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La ascendente influencia de Santiago Caputo al interior del gobierno de La Libertad Avanza es uno de los datos sobresalientes de la reestructuración del gabinete que tuvo lugar en las últimas semanas. Sin embargo, el hombre de mayor confianza del presidente Javier Milei, que en enero fue contratado como asesor presidencial bajo el régimen de prestación de servicios profesionales autónomos, no figura en la planilla de funcionarios por lo que no está sometido a los controles de ética pública.

A pesar del trajín cotidiano de Caputo por los pasillos y despachos de la Casa Rosada, el asesor estrella de Milei no tiene la obligación de presentar declaración jurada, ni está sujeto a correcciones para evitar incompatibilidades, como sucede con el resto de la plana mayor del Gobierno. Tampoco lo alcanza el régimen de Empleo Público ni el de Autoridades Superiores, que rige para todos los cargos por encima de los subsecretarios.

La información fue confirmada por la propia Oficina Anticorrupción (OA) ante un pedido de acceso a información pública realizado por el exdiputado y especialista en temas de transparencia, Walter Martello. En abril, el dirigente le había solicitado al organismo a cargo de Alejandro Melik que se informe acerca del estado de la declaración jurada patrimonial de Caputo, una figura tan relevante en el Gobierno que hasta negocia en nombre del Presidente y participa de todas las reuniones de gabinete.

“La respuesta de la OA parece obviar 'el principio de realidad', en el caso de Santiago Caputo, la modalidad de contratación no implica por el desempeño público de su función de 'Asesor Presidencial', pero por sí sobre todas las cosas el rol que públicamente exhibe y desempeña, el manejo de información sensible que podría derivar en posibles conflictos de intereses”, sostuvo Martello en una publicación de la red social X, donde compartió el documento que le enviara el organismo.

La oficialización de Caputo en el cargo de asesor presidencial tuvo lugar en enero. Quedó establecida en una resolución a la que accedió elDiarioAR y que lleva la firma de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei. El nombramiento no fue publicado en el Boletín Oficial debido a que no se trataba de la designación de un funcionario.

“Apruébese el contrato de prestación de servicios profesionales autónomos celebrado bajo el régimen del Decreto N° 1109/17, de Santiago Luis Caputo, como Asesor Presidencial”, se lee en el documento, en su artículo primero, acerca de la situación laboral de la mano derecha de Milei y que el encargado de manejar el equipo de comunicación digital del Gobierno.

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En los últimos días, tras el último viaje de Milei a los Estados Unidos, Caputo adquirió un rol gravitante en el devenir cotidiano de la gestión libertaria. Un área de su particular interés es el vinculado al espionaje. Sin ir más lejos, el gurú comunicacional del oficialismo tendrá una ascendencia clave sobre el próximo interventor de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), el técnico mecánico Sergio Neiffert, a quien recibió en Casa Rosada la semana pasada.

Aunque su nombre todavía no fue confirmado oficialmente, en Balcarce 50 dan como un hecho la designación del actual representante de la Autoridad de Cuenca Matanza-Riachuelo (ACUMAR) al frente del organismo de inteligencia que, según indican fuentes de La Libertad Avanza, sufrirá una fuerte “reestructuración” en los próximos meses. Caputo no será Nicolás Posse, pero su flamante incursión en el mundo de los servicios secretos lo empieza a emparentar demasiado.

PL/JJD

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