El AMBA necesita un PUM
¿Es posible un desarrollo metropolitano integrado sin un plan? Según ONU-Habitat, la mayoría de las metrópolis del mundo no se gestionan de forma diferenciada, es decir, que no cuentan con un plan ni con una institución metropolitanos. “Esto les priva de aprovechar la dinámica y funcionalidad de la aglomeración y, en cambio, sus efectos negativos aumentan, debido a la fragmentación institucional, municipal y sectorial y a la falta de coordinación a escala metropolitana”, sostiene Naciones Unidas.
Sin embargo, existen casos de ciudades que ya han desarrollado planes a escala metropolitana. Londres cuenta desde 2007 con un Plan de Ordenamiento Territorial de su conurbanción; Vancouver aprobó en 2022 su propio plan, y el área metropolitana de El Salvador tiene su plan urbano desde 2020.
El Area Metropolitana de Buenos Aires, por su parte, alberga un 36% de la población del país y casi el 45% del PBI, pero existen grandes heterogeneidades a lo largo de sus 40 municipios y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y no cuenta con un plan estratégico para tomar las acciones necesarias para un desarrollo territorial equilibrado.
El crecimiento de esta área ha sido por demás desigual durante los ultimos años, profundizando situaciones de emergencia e ineficiencia a lo largo del territorio. Algunas de estas situaciones son la problemática de personas viviendo en situación de calle en CABA, los asentamientos informales de la ciudad y de los municipios, el desarrollo de urbanizaciones cerradas en humedales, fuertes inundaciones, la construcción de torres que rompen con la estructura urbana y un caos de tránsito generalizado.
Además de los graves problemas sociales y ambientales, un mal desarrollo urbano del AMBA conlleva costos de congestión y pérdidas de economías de aglomeración que la vuelven mucho menos competitiva, lo que reduce las oportunidades para su ciudadanía y las empresas.
Para transformar profundamente la vida de las personas y lograr la plena consecución del derecho a la ciudad y un hábitat digno es necesario mirar al área metropolitana de Buenos Aires como una sola ciudad y legislar de manera acorde.
Si bien una integración regional o provincial a nivel jurisdiccional tiene lógica desde un punto de vista funcional, es decir, que todo el AMBA se convierta en un solo ente político, para realizarlo habría que modificar la Constitución Nacional. Descartada esta alternativa, es necesario poner de común acuerdo distintos puntos para un desarrollo urbano sostenible, algo que solo se puede hacer con una concertación interjurisdiccional entre la CABA y la provincia de Buenos Aires a través de una normativa con lineamientos territoriales estratégicos a largo plazo que rija los diferentes codigos de planeamiento y que proponga una visión futura del AMBA.
Este Gran Acuerdo Metropolitano podría realizarse durante el mes de octubre cada 10 años, en sintonía con el mes urbano propuesto por ONU-Habitat, y concluire con un Plan Urbano Metropolitano o PUM, una normativa vinculante y superior al Plan Urbano Ambiental de CABA y a la ley 8912/77 de la Provincia de Buenos Aires. El PUM servirá para encauzar todas las acciones de las diferentes jurisdicciones hacia un modelo de ciudad común. Será un acuerdo a largo plazo que deje de lado la grieta, para orientar un desarrollo mancomunado de la ciudad más grande del país.
Este PUM deberá contar con lineamientos sobre transporte, vivienda, impuestos, transparencia, gobernanza y participación ciudadana. No es una tarea fácil, pero imprescindible si queremos lograr un desarrollo urbano sostenible para la ciudad más gande del país.
SC/MG
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