El avance de la segunda ola a nivel nacional: pocas restricciones extra y continuidad de clases presenciales
Entre una foto y otra pasaron dos semanas: el primer mapa refleja el panorama de la pandemia en Argentina el 6 de abril, el segundo indica la situación el 21 del mismo mes. La mutación, que pasa de un predominio del amarillo al rojo, ilustra el avance de la segunda ola en la Argentina donde, esta semana, están en “alto riesgo” de contagio tres de cada cuatro ciudades de más de 40 mil habitantes.
A principios de abril, cuando se fijaron las restricciones a la circulación nocturna y se acortó el horario comercial, el epicentro de la crisis estaba en el AMBA con algunas ramificaciones locales y focalizadas. Catorce días más tarde, según el registro del Ministerio de Salud nacional, la mancha de aceite del Covid-19 se derramó por el centro del país: abarca Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, La Pampa y Mendoza.
El miércoles, la ministra Carla Vizzotti actualizó el mapeo epidemiológico que toma dos indicadores: la incidencia -cantidad de casos confirmados cada 100 mil habitantes- y razón -la velocidad de duplicación de casos durante los últimos 14 días-. Para que una localidad se considere de “alto riesgo” debe estar por encima de dos valores: la incidencia debe ser superior a 150 y la razón superior a 1,21.
Al 21 de abril, hay 160 ciudades de más de 40 mil habitantes que están por encima de ambos registros. El dato tiene una traducción: como ocurrió en 2020, en la segunda ola se repite la mancha de aceite que muestra que tras un foco principal con alto contagio, la pandemia se derrama hacia el interior y lo hace a gran velocidad. En la primera ola, el Covid-19 llegó con fuerza a las provincias en octubre, un mes y medio más tarde del picos más altos de CABA y el gran Buenos Aires.
En la ciudad de Buenos Aires, según el informe nacional, la incidencia es de 949,55 casos cada 100 mil habitantes, valores que solo supera el Gran La Plata donde está por encima de 1.200. Vinculado o no, en la capital bonaerense se detectó que el 74% de los contagios con con la variante Manaos. El intendente Julio Garro, de Juntos por el Cambio (JxC), fue uno de los dirigentes que se alineó con el reclamo de Mauricio Macri de cuestionar la suspensión de la presencialidad.
Así y todo, a pesar del avance, en las provincias no hubo grandes cambios ni cambios en los esquemas de restricciones. A pesar incluso de que el miércoles, durante una reunión del Consejo Federal de Salud (COFESA) del que participan los ministros del área de las 24 jurisdicciones, se alertó sobre la velocidad con que avanza el Covid-19 en la segunda ola.
Por ahora, solo en Santa Fe se aplicaron nuevas restricciones. En otras, como Mendoza y Entre Ríos, evalúan medidas para tratar de reducir la circulación viral. No aparece, sin embargo, la variable que se aplicó en el AMBA, y generó un conflicto político y judicial entre Alberto Fernández y Horacio Rodríguez Larreta, de suspender las clases presenciales.
Omar Perotti, el gobernador de Santa Fe, dispuso la noche de miércoles una reducción del horario de circulación y comercial, y suspendió las actividades deportivas y culturales, y acotó la actividad gastronómica. No tocó el “botón rojo” de la presencialidad educativa pero en la provincia no descartan que, a este ritmo, tenga que recurrir a una decisión de ese tipo.
En la provincia hay catorce ciudades con más de 40 mil habitantes, entre ellas Rosario y Santa Fe capital, que figuran con “alto riesgo epidemiológico”. Hace dos semanas, eran menos de la mitad.
En Mendoza, el gobernador Rodolfo Suárez podría volver a un esquema de circulación limitada según el número de DNI, un modelo que aplicó anteriormente y que en la provincia dicen que dio buenos resultados. El panorama mendocino es grave desde el punto de vista del sistema de salud, con un nivel de ocupación muy alto que llevó a Suárez a pedir, hace una semana, que la Nación anuncie nuevas restricciones. Fue un giro paradójico porque el gobernador radical, que integra la mesa de Juntos por el Cambio (JxC), se caracterizó durante toda la pandemia por pedir que se otorgue autonomía a las provincias para definir políticas propias frente al Covid-19.
“Se está analizando la situación momento a momento”, confió una fuente del gobierno de Mendoza a elDiarioAR y admitió que es “complicada” la situación del sistema de Salud y planteó que no está en el menú modificar la presencialidad escolar. “Es muy bajo el número de contagios en el sistema educativo”, explicó.
En Mendoza, con alta incidencia -en algún caso cercana a 700- se disparó la velocidad de contagios y según el mapa de Salud, en el Gran Mendoza la situación es de “alto riesgo”.
Otra provincia de la zona centro que se tiñó de rojo fue Entre Rïos. Gustavo Bordet (FdT) podría anunciar cambios en las restricciones en estos días pero no contempla, salvo un agravamiento más acelerado, alterar la presencialidad escolar. “Es mínimo el nivel de contagio”, afirman en el entorno de Bordet para defender la posición de seguir con las escuelas abiertas. En la provincia hay nueve ciudades en “alto riesgo”, entre ellas Paraná, la capital, y con un caso testigo, Colón, de incidencia de más de 1000, diez veces más que lo que en países como Alemania se consideran datos críticos.
En la capital de San Luis la incidencia trepó a 759 y la razón es de 4 puntos, más del triple del 1,21 a partir del cual se mide como alto riesgo. Alberto Rodríguez Saá dispuso medidas de restricciones y podría avanzar con un nuevo endurecimiento ante el avance de la pandemia. No ocurre en Tucumán donde Juan Manzur, aunque defendió el DNU presidencial, no alteró la presencialidad y no pautó, para lo inmediato, nuestras restricciones.
Otra provincia con números rojos y que no tiene planes de cambio en el corto plazo es Córdoba. Con 18 ciudades de más de 40 mil habitantes en categoría de “alto riesgo”, Juan Schiaretti no prevé modificar el esquema de restricciones hasta después del 30 de abril cuando vence el DNU nacional que aplicó restricciones horarias y de circulación. No hay, tampoco, previsiones sobre modificaciones en las clases aunque en todas las provincias hay una advertencia general: no se descarta que pueda tomarse esa decisión, si la situación se agrava.
PI
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