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Segunda ola de Covid-19 en la Argentina
Una segunda ola peor: pronostican picos más altos que en 2020 y el Gobierno se apura a vacunar a los mayores de 60

Alberto Fernández
29 de marzo de 2021 18:55 h

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Más casos, más jóvenes, menor letalidad y menor demanda sobre las camas UTI. El pronóstico lo hace un funcionario que está en la primera línea de fuego en la batalla contra el Covid-19 y cuando lo pone en números genera estupor: proyecta picos más altos que en 2020, por encima del valor histórico, el techo de 18.304 casos del 16 de octubre.

Habla del doble, de más de 30 mil contagios diarios, estira la estimación hasta 40 mil y enumera razones de porqué lo que viene puede ser peor que lo que pasó. Un argumento es lo que ocurrió en el resto del mundo: las segundas o terceras olas fueron, estadísticamente, en casos siempre peores que las primeras.

El pronóstico espanta y explica, al menos en parte, la reacción del Gobierno que en la última semana apuró, por tandas, varias medidas: restricciones sobre las fronteras, sobre el ingreso de países críticos y para reducir la circulación a partir del teletrabajo para empleados públicos, para tratar de sacarle presión al transporte público.

La tesis de picos que duplican los del 2020, que circula en fuentes oficiales, aparece atada a dos moderaciones: que la letalidad será menor y que, por eso, también será inferior proporcionalmente la demanda sobre el sistema de salud respecto a las camas UTI, ese indicador hipersensible para la prioridad de atención.

La apuesta del Gobierno para bajar la letalidad y las internacionales es la vacunación. “En el personal de Salud, con la vacunación se redujo drásticamente la cantidad de contagios”, indicó un funcionario y proyectó que entre -lo que queda de marzo- marzo y abril, se espera contar con 5 millones de dosis para vacunar a 5 millones de mayores de 60 años, el grupo más vulnerable, donde el Covid-19 pega más duro, requiere más alto nivel de internación y genera más fallecidos.

A nivel nacional, hay 7,6 millones de mayores de 60. Hasta este lunes, casi 1.5 millones recibieron al menos una dosis. Con un ritmo acelerado y fluidez de vacunas -esperan tres millones de Sinopharm, 910 mil de AstraZeneca Latam y al menos un millón más de la Sputnik V en las próximas semanas-, a fines de abril lograría tener vacunados a 85% de los mayores.

Multiplicación

¿Porqué la segunda ola puede ser peor? Es lo que ocurrió en el resto del mundo, señala la voz oficial. En Europa, el rebrote invernal comparado con el inicial en la primavera 2020 se multiplicó hasta por siete la cantidad de casos en los picos de contagio. Italia, donde apenas arrancó la pandemia colapsó el sistema de Salud, en marzo del 2020 hubo una media de 7 días de algo más de 5 mil casos que en noviembre trepó a casi 35 mil casos. Medido marzo/marzo, el promedio de los últimos 7 días, se quintuplicó en 2021 respecto a 2020.

Con el número de muertes el ciclo fue inverso: en marzo del año pasado, la media tocó un pico de 814 muertes mientras este año esa cifras es de 427. Hay una ecuación puntual: en el invierno europeo, con siete veces más de casos, la media de muertes fue similar a la primavera. Síntesis: más casos, pero menor letalidad.

En España la situación fue similar: la ola de noviembre, tuvo medias de seis más que la de marzo, y la de febrero -tercera ola- estuvo todavía por encima de esos números. Con la vacunación avanzada, la cifra de muertes registró una baja pronunciada.

En Argentina aparece un factor estacional. “La primera ola acá se dio en primavera porque pasamos el invierno en cuarentena, sin clases y con buena parte de las actividades cerradas o limitadas”, explicó el funcionario a elDiarioAR y menciona que estaban prohibidas las reuniones sociales y la actividades nocturna, además del home office instaurado de manera casi genérica.

Son los tres factores recurrentes de contagio: las reuniones sociales, el ocio y las permanencia durante tiempo extendido en lugares con baja ventilación, como oficinas.

Este año presenta un panorama diferente. A priori, aunque pueda haber limitaciones horarias, se proyecta un invierno sin restricciones extremas y con clases presenciales que si bien no son un elemento directo de contagio, “aumentan la circulación y agregan presión al sistema público de transporte”, confían en Gobierno.

Un dato adicional y de peso: sin clases y con restricciones familiares y nocturnas, durante el 2020 los niños, adolescentes y jóvenes estuvieron muy poco expuestos, un fenómeno que cambiará este año.

Por eso, el aumento de contagiados respecto al año pasado, se explicaría sobre todo en contagios de jóvenes, algo que ya se viene registrando a partir de que bajó de manera intensa la edad media de contagio hasta ubicarse en el orden de los 30 años. En todo 2020 osciló en torno a los 40 años.

La foto optimista es que aunque haya más casos, incluso con picos que dupliquen los del año pasado, eso se registrará en jóvenes, lo que reducirá la letalidad y las internaciones, de manera que el sistema de salud, que fue reforzado durante la primera ola, estaría en condiciones de resistir.

PI

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