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Una isla aparece y desaparece en el mar Caspio y la NASA busca explicaciones

Chigil-Deniz aparece y desaparece en el mar Caspio desde hace más de un siglo, desconcertando a investigadores con su naturaleza efímera

Héctor Farrés

4 de febrero de 2025 15:03 h

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Las cosas no aparecen y desaparecen porque sí. Si dejás las llaves en la mesa, seguirán ahí hasta que alguien - o vos mismo - las muevas. Pero en el mar Caspio, una isla juega con los científicos desde hace más de un siglo. Aparece, se esfuma, y vuelve a surgir como si nada hubiera pasado. En febrero de 2023, esta peculiar masa de tierra emergió nuevamente frente a la costa de Azerbaiyán, solo para empezar a desmoronarse poco después. Su nombre es Chigil-Deniz y, aunque no tiene mucho tiempo de vida, su historia es bastante más larga de lo que parece.

No es magia ni una conspiración geológica. La responsable de este fenómeno es una estructura natural conocida como volcán de lodo. En este caso, el volcán Kumani Bank se encarga de expulsar sedimentos y gases a la superficie, formando una isla temporal que las olas no tardan en erosionar. Este ciclo se repitió desde 1861, con cada nueva isla viviendo apenas unos meses antes de volver a hundirse en el mar.

Las imágenes captadas por los satélites Landsat 8 y 9 de la NASA documentaron el último resurgimiento de Chigil-Deniz, mostrando cómo alcanzó un diámetro de 400 metros antes de empezar a perder consistencia. Pero, aunque la formación de estas islas efímeras es bien conocida, todavía hay muchas preguntas sobre qué desencadena exactamente las erupciones de los volcanes de lodo.

La ciencia trata de desentrañar el misterio volcánico

Dos teorías principales intentan explicar estos eventos. Una apunta a la intensa actividad tectónica de la región, donde la placa arábiga y la euroasiática están en constante movimiento. La otra sugiere que la combustión espontánea de los gases liberados podría ser el detonante de estas erupciones. Lo interesante es que estos procesos no solo ocurren en la Tierra: Marte también presenta estructuras similares, lo que hace que estudiar estos fenómenos pueda ayudar a entender mejor el pasado del planeta rojo.

Azerbaiyán es una de las zonas con mayor concentración de volcanes de lodo en el mundo, con más de 300 registrados. Además de moldear el paisaje, estas formaciones pueden liberar grandes cantidades de gas metano, lo que las convierte en un área de interés para los estudios sobre reservas naturales de hidrocarburos. Desde el espacio, estos eventos pueden observarse como plumas de sedimentos extendiéndose en el agua, ofreciendo una visión única de la actividad geológica bajo la superficie.

El destino de Chigil-Deniz es el mismo que el de sus predecesoras: desaparecer bajo las olas hasta la próxima erupción. Mientras tanto, los satélites seguirán atentos a cualquier nueva aparición, y los científicos continuarán investigando este fenómeno que, aunque no es nuevo, sigue sorprendiendo por su complejidad y su impacto en la comprensión de la dinámica terrestre.

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