Cuatro libros centrales para acercarse a la obra de Mario Vargas Llosa

La noticia de la muerte del escritor peruano Mario Vargas Llosa impactó a lectores de todo el mundo. El autor, que recibió el Premio Nobel de Literatura en 2010, es uno de los referentes de la literatura en habla hispana del siglo XX y deja una obra profusa y notable, entre la narrativa y el ensayo.
A continuación, un repaso por cuatro de sus libros más destacados.
1. Conversación en La Catedral. Considerada por varios expertos como uno de los libros clave del autor peruano, esta novela fue publicada por primera vez en 1969. Tiene uno de los comienzos más recordados de sus textos, con un interrogante que con el correr de los años fue citado, comentado, parafraseado y hasta parodiado. Santiago Zavala, protagonista del libro y una suerte de alter ego del escritor, se pregunta “¿En qué momento se había jodido el Perú?”.
“Desde la puerta de La Crónica Santiago mira la avenida Tacna, sin amor: automóviles, edificios desiguales y descoloridos, esqueletos de avisos luminosos flotando en la neblina, el mediodía gris. ¿En qué momento se había jodido el Perú? Los canillitas merodean entre los vehículos detenidos por el semáforo de Wilson voceando los diarios de la tarde y él echa a andar, despacio, hacia la Colmena. Las manos en los bolsillos, cabizbajo, va escoltado por transeúntes que avanzan, también, hacia la Plaza San Martín. El era como el Perú, Zavalita, se había jodido en algún momento. Piensa: ¿en cuál? Frente al Hotel Crillón un perro viene a lamerle los pies: no vayas a estar rabioso, fuera de aquí. El Perú jodido, piensa, Carlitos jodido, todos jodidos. Piensa: no hay solución. Ve una larga cola en el paradero de los colectivos a Miraflores, cruza la Plaza y ahí está Norwin, hola hermano, en una mesa del Bar Zela, siéntate Zavalita, manoseando un chilcano y haciéndose lustrar los zapatos, le invitaba un trago. No parece borracho todavía y Santiago se sienta, indica al lustrabotas que también le lustre los zapatos a él. Listo jefe, ahoritita jefe, se los dejaría como espejos, jefe”, se lee en los primeros párrafos del libro, que en la Argentina se consigue editado por Alfaguara.

2. La ciudad y los perros. “En 1962, La ciudad y los perros recibía el Premio Biblioteca Breve y unos meses más tarde era publicada tras sortear la censura franquista. Así comenzaba la andadura literaria de esta obra con la que Mario Vargas Llosa alcanzó el reconocimiento internacional y que hoy es considerada una de las mejores novelas en español del siglo XX”, señalan desde Alfaguara sobre este libro clave de Vargas Llosa, que para muchos expertos es una suerte de puntapié del llamado “boom latinoamericano”.
Traducida a treinta idiomas, la novela está ambientada en el Colegio Militar Leoncio Prado, de Perú, al que el propio Vargas Llosa asistió brevemente como estudiante secundario en la década del ‘50.
“Los protagonistas, un grupo de jóvenes que se forman en una disciplina militar implacable y violenta, aprenden a sobrevivir en un ambiente en el que están muy arraigados los prejuicios de raza y las diferencias entre clases sociales y económicas; donde todos se muestran como no son en realidad y la transgresión de las normas establecidas parece ser la única salida. La ciudad y los perros no es solamente una diatriba contra la brutalidad, sino también es un ataque frontal al concepto erróneo de virilidad y a una educación castrense mal entendida. A lo largo de las páginas de esta extraordinaria novela, la vehemencia y la pasión de la juventud se desbocan hasta llegar a una furia, una rabia y un fanatismo que anulan toda sensibilidad”, señala la sinopsis oficial de la publicación.

3. Pantaleón y las visitadoras. Publicada en 1973, esta es la cuarta novela de Vargas Llosa, quien obtuvo en 1975 el Premio Latinoamericano de Literatura por esta publicación. La historia tiene lugar en la amazonía peruana, donde los miembros del Ejército peruano son atendidos por un servicio de prostitutas, a quienes llaman “visitadoras”. Según reveló el propio autor en entrevistas periodísticas posteriores, la obra se basa en hechos reales que él observó durante algunos viajes que hizo a la selva peruana.
El relato tiene en el centro a Pantaleón Pantoja, un capitán recientemente ascendido, quien recibe la misión de establecer un servicio de prostitución para las Fuerzas Armadas del Perú en el más absoluto secreto militar. Para cumplir con su deber, el militar se traslada a Iquitos, en plena selva, pero su entrega desmedida a esta misión pone en peligro a la institución y a la imagen que se tiene de ella.
Los lectores vieron en esta historia una intención del escritor por subrayar la hipocresía que muchas veces trama los vínculos sociales. Para algunos expertos, este libro también supone una suerte de giro en su obra narrativa, que de a poco deja cierto realismo social presente en sus primeros textos para dar paso a la sátira y la ironía.

4. La tía Julia y el escribidor. Es la quinta novela del escritor peruano y fue publicada por primera vez en 1977 en Lima. La novela, aunque repleta de pliegues como buena historia de formación y con un estilo satírico, se aproxima a la historia personal del escritor, quien en 1955, cuando tenía 19 años, se casó con Julia Urquidi, su tía política.
El texto sigue los pasos de un adolescente llamado Marito, quien sueña con ser escritor y trabaja en una radio donde conoce a Pedro Camacho, un excéntrico libretista boliviano de radionovelas. El joven se enamora de su tía política, Julia Urquidi, quien es divorciada y 14 años mayor que él. El enfrentamiento, la intriga familiar y una pasión particular en el corazón de la alta sociedad limeña atraviesan el relato.
“El género novelesco no ha nacido para contar verdades, éstas, al pasar a la ficción, se vuelven siempre mentiras”, dijo el escritor al referirse alguna vez a este libro.
“La tía Julia y el escribidor reúne el interés de los relatos de aventuras, donde la atención del lector queda sujeta a un final feliz continuamente postergado, y el más desternillante y grotesco pasatiempo, gracias sin duda a las divertidas aportaciones del escribidor Camacho, uno de los grandes personajes del novelista peruano”, señala la contratapa de la edición del sello DeBolsillo, una de las versiones que se puede conseguir en librerías argentinas.
Una curiosidad: algunos años después de la salida de esta publicación, la propia Julia Urdiqui contó su versión en el libro Lo que Varguitas no dijo de 1983.

MA/DTC
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