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“Las niñas” se impone en unos Premios Goya tan fríos como una videollamada

Imagen de 'Las niñas', película de Pilar Palomero

Francesc Miró

elDiario.es —
6 de marzo de 2021 21:34 h

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Era difícil, si no imposible, que este año los Goya no salieran rematadamente extraños. Y así fue: la ceremonia híbrida (presencial para los entregadores, digital para los ganadores) dirigida y presentada por Antonio Banderas y Maria Casado fue fría, distante y muy rara. En lo que respecta a los premios, Las niñas se impuso con cuatro premios: Mejor Película, Guion Original, Dirección Novel y Mejor Fotografía. Akelarre se llevó cinco cabezones, y Adú conseguía cuatro galardones. 

En lo que respecta a la gala, pocos discursos de tinte político, una rareza en unos premios que siempre se caracterizaron por ser reivindicativos. Eso sí, la ausencia de política intentó compensarse con la presencia de un buen puñado de famosos internacionales, que grabaron mensajes de apoyo al cine español, entre ellos Al Pacino, Laura Dern o Barbara Streisand

Por lo demás fue una ceremonia rara. Rara porque se vivió y se sobrevivió a un golpe tremendo que dejó noqueada económica y humanamente a toda la industria del cine. Rara porque celebrando la noche del cine español, nadie se acordó de que solo un 39% de las salas de cine españolas siguen abiertas, capeando el temporal. Rara porque nadie mencionó que la taquilla española de 2020 fue la más baja desde principios del siglo XXI. Rara porque el sector calcula 446 millones de pérdidas y el dato no se escuchó en toda la noche. Tampoco lo insuficientes de unas ayudas institucionales que aún muchos no disfrutaron.

Todo fue tan frío como una videollamada, como las que se realizaron para conectar con todos los nominados que no estaban presencialmente en el Teatro del Soho Caixabank de Málaga, que en lo técnico fue perfectamente funcional. Funcional, dicho de una cosa diseñada u organizada atendiendo, sobre todo, a la facilidad, utilidad y comodidad de su empleo. No se me ocurre otro adjetivo mejor para describir la 35 gala de los Premios Goya.

Unos Goya sin política

La gran triunfadora de la noche fue, como era esperable, Las niñas, de Pilar Palomero. Su debut se hizo con los Goya de Mejor Película, Mejor Dirección Novel, Mejor Guion Original y Mejor Fotografía, que fue para Daniela Cajías, la primera mujer de la historia en ganar en esta categoría.

Las niñas, una película que narra la historia de una niña que crece en los noventa, entre campañas de educación sexual y represiones de un colegio de monja, partía como la clara favorita de la velada. Esta misma semana triunfó en los Premios Feroz, y ya había ganado la Biznaga de Oro del festival de Málaga.

Otra mujer que hizo historia fue Patricia López Arnaiz, primera mujer con un papel interpretado en euskera (vasco) en ganar el Goya a Mejor Actriz. El cabezón de Mejor Actor fue para Mario Casas por No matarás, suerte de deuda que los académicos tenían con un actor que ya había sido premiado en repetidas veces en los Premios Feroz o la Biznaga de Plata en el Festival de Málaga por papeles como el que interpretó en La mula o Las brujas de Zugarramurdi.

Adú, que partía como la favorita con 13 nominaciones, se conformaba con cuatro premios: Mejor dirección para Salvador Calvo, Mejor actor revelación para Adam Nourou, Mejor dirección de producción  (Ana Parra y Luis Fernández Lago) y Mejor sonido (Eduardo Esquide, Jamaica Ruíz García, Juan Ferro, Nicolas de Poulpiquet).

El primer Goya para Nerea Torrijos (Mejor diseño de vestuario), que empezaba su discurso de agradecimiento con un “¿Hablo ya?”, marcaba el tono de confusión de la velada. También era el primer cabezón para Akelarre, que sumó hasta cinco premios: Mejor música original para Aránzazu Calleja, Maite Arroitajauregi, Mejor dirección artística para Mikel Serrano, Mejor maquillaje y peluquería para Beata Wotjowicz y Ricardo Molina y por último Mejores efectos especiales para Mariano García Marty y Ana Rubio.

Los primeros galardones en entregarse en la gala tuvieron un gesto relevante: los nombres más importantes de nuestro cine entregaban los Goya históricamente considerados menos importantes. Los premios de categorías técnicas los entregaron talentos internacionalmente reconocidos como Pedro Almodóvar o Penélope Cruz

De ellos y ellas se acordó también Antonio Banderas: tuvo palabras de apoyo para los técnicos, los transportistas, los eléctricos, los proyeccionistas y los taquilleros. “Ninguno de los colectivos que he nombrado posa en la alfombra roja, pero son una parte importantísima de la familia del cine. Quería nombrarlos porque a veces en nuestro sector se asoma solo la punta del iceberg. Son cientos de familias, miles de personas que viven del mundo del cine en particular y la cultura en general. Y no podemos permitirnos que permaneciesen anónimos. Es por eso que va desde aquí nuestro cariño, nuestra solidaridad con todos ellos”, apuntó el presentador y codirector de la gala junto a Maria Casado. 

La primera nota política la apuntó Rozalén. “Las casas están llenas de Rosas, de mujeres cuidadoras y valientes. Ahora viene una fecha importante, así que desde nuestra ventanita seguiremos revindicando quienes somos”, dijo la cantante al recoger su Goya a Mejor canción por el tema Que no, que no para La boda de Rosa. La artista se acordaba así del 8M, casi al mismo tiempo que el Tribunal Superior de Justicia ratificaba la decisión de Delegación de Gobierno de Madrid de prohibir las protestas está a la vuelta de la esquina. Una reivindicación cuyas protestas, todo sea dicho, seguirán prohibidas en Madrid, según ratifica el Tribunal Superior de Justicia.

Por lo demás, a pesar de la dramática situación del cine español durante la pandemia, no hubo apenas críticas del Gobierno. El único comentario al respecto lo ofreció el actor Alberto San Juan, que en su discurso al recoger el Goya a Mejor Actor de Reparto por Sentimental dijo: “Quiero decirles a los del Partido Socialista Obrero Español: Los derechos humanos no pueden ser bienes con los que se especule. Tener un hogar es un derecho muy básico”. Unas palabras que, por lo que sea, quedaron fuera del recorte de vídeo de RTVE compartido en redes.

El premio a la mejor película iberoamericana fue, paradójicamente, para el español Fernando Trueba por la producción colombiana “El olvido que seremos”.

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