Los anuncios económicos
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Análisis
Batakis anuncia un ajuste para calmar a los mercados, ¿intranquilizará a Cristina Kirchner?
“No vamos a gastar más de lo que tenemos” no eran las palabras del anuncio del déficit cero que elaboró en 2001 el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo. Tampoco de quien quiso emularlo en ese cargo y con esa receta en 2018, Nicolás Dujovne. Quien pronunció esa frase hoy fue la nueva jefa del Palacio de Hacienda, Silvina Batakis, pero con una diferencia respecto de aquellos ajustadores: esta vez la regla no apunta al rojo cero sino al que se le prometió al Fondo Monetario Internacional (FMI) para 2022: un 2,5% del PBI, una meta de la que la Argentina se desvió en el segundo trimestre por el impacto de la guerra de Ucrania (importaciones de energía encarecidas, mayor gasto social para compensar el incremento de la inflación), pero que pretende reencauzar en la segunda mitad del año. Para ello, deberá ajustar las erogaciones que se acrecentaron de más.
El anuncio de Batakis apunta a calmar la inestabilidad del dólar paralelo y del mercado de deuda en pesos en el que financia el déficit, pero habrá que ver si la repetición de la receta de su antecesor, Martín Guzmán, no termina por irritar a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Durante meses, ella y sus dirigentes más fieles criticaron a Guzmán y hasta pidieron su renuncia, aunque ahora la tachen de irresponsable. Tras la dimisión del economista platense formado en Estados Unidos y ante la intención del presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, de colocar a su sucesor, albertistas como el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, propusieron a la entonces secretaria de Relaciones con las Provincias, que estaba bajo la tutela del ministro del Interior, el camporista Eduardo “Wado” de Pedro. Cristina Kirchner la aceptó, pero nunca la propuso. Habrá que ver si con el correr de los días la sigue tolerando. De ahí las dudas que continúan entre los operadores del mercado: les gusta el ajuste, pero descreen de que la vicepresidenta lo permita en el mediano plazo.
Entre las definiciones principales de la ministra destacan:
* “Las cuotas presupuestarias mensuales que el Ministerio de Economía otorga a toda la Administración Pública Nacional para poder hacer la asignación y ejecución de sus propias erogaciones va a ser solamente acorde con la proyección de la caja real; es decir que no vamos a gastar más de lo que tenemos”;
* “Vamos a hacer una modificación en la Ley de Administración Financiera en dos sentidos: la primera es que todos los organismos del Sector Público Nacional tienen que estar contemplados en el manejo eficiente del Presupuesto y las erogaciones”;
* “Estamos proponiendo que el congelamiento de personal que tenemos vigente se amplíe a todos los organismos del Estado”;
* “Se mantienen las metas acordadas con el FMI” y
* “El viernes va a estar abierta la segmentación de las tarifas para distintos tipos de población”, es decir, el mecanismo para quitar subsidios al 10% más rico de los hogares.
Entre los economistas, una mayoría celebró el anuncio de ajuste, aunque manifestó sus discrepancias en otros aspectos de las medidas. “La única medida concreta es el manejo de la caja única: es juntar toda la liquidez de todos los organismos y centralizar su manejo. Medida pragmática, está bien”, admitió un ex ministro del gobierno de Cambiemos.
María Castiglioni, de C&T Asesores Económicos, opina que “no hay demasiado cambio de lo que venía haciendo Guzmán”. “Batakis arrancó su discurso de hoy con un mensaje de ir al equilibrio fiscal. Siguen las metas con el FMI, esto es importante. Las medidas sobre el manejo de la caja apuntan a tener las herramientas para corregir el desvío del segundo trimestre. No dio demasiado detalle de dónde va a hacer el ajuste. Sobre el manejo de la deuda dijo que iría a un sendero de tasas positivas (por encima de la inflación), es decir, estarían dispuestos a subirla, y colocarían bonos ligados al tipo de cambio. ¿Intentarán colocar bonos a más largo plazo? Veremos. Es fuerte la idea de que no van a devaluar, planteando el supuesto de que el tipo de cambio real (ajustado por inflación) multilateral (en relación al dólar, el euro, el yuan y el real) está en equilibrio, en lo que no estamos de acuerdo. Hay un 11% de atraso respecto a diciembre, que era un tipo de cambio ajustado pero era el pactado con el FMI. Vamos a ver si puede evitar la devaluación: depende de que no sigan perdiendo reservas. En conclusión, el paquete no genera demasiadas expectativas, veremos cómo reacciona el mercado”, analiza Castiglioni.
Juan Miguel Massot, profesor de la Universidad del Salvador, califica el discurso como “tranquilizador, dentro de lo que se puede esperar”. “En general, es un mix de medidas concretas para cumplir con el acuerdo con el FMI y, por otro, algunas más heterodoxas que quizás no sean muy prácticas o efectivas como la constitución del Tribunal de Defensa de la Competencia para control de precios, aunque esa no es la función de ese tipo de organismos. Si la parte fiscal y monetaria la encaran bien, es posible que el escenario se descomprima bastante y que la inflación y otros problemas en marcha se limiten. Por ejemplo, podría desacelerarse la inflación y llegar más cerca del 3% mensual a fin de año, lo que sería un gran logro. Pero es todo un desafío. En cuando al dólar oficial actual, sería competitivo si las distorsiones que afectan a los sectores exportables fueran menores y hubiese una gran confianza en el país y el Gobierno, que no es el caso. Esto lo confirma el cepo, los dólares paralelos y la dolarización de los ahorros. Esta bien que lo diga por razones de narrativa política, pero hay que trabajar más el asunto desde lo concreto para fomentar en serio las exportaciones. Además, si los precios de las commodities siguen cayendo, crecerá la necesidad de una mejora del tipo de cambio real y de la estructura de incentivos a las exportaciones, desde trabas burocráticas a retenciones. Y esto hay que trabajarlo ahora mismo. Si no, no estarán cuando se las necesiten”, concluye Massot.
Marina Dal Poggetto, de la consultora Eco Go, analiza la señal fiscal: “Con una inflación viajando al 80/90%, sostener los cupos de gastos y límites en la cantidad de personal implica un ajuste fiscal que habrá que ver cómo asimilan las distintas partes de la coalición: el Instituto Patria, Barrios de Pie. Sostiene las metas acordadas con el FMI. No hay medidas de ingresos”. Es decir, ni subas de retenciones para no irritar a un campo que igual parará este miércoles ni insistir con el proyecto de ley de gravar la renta inesperada por la guerra, como hicieron Reino Unido e Italia. En cuanto a la liquidez, Dal Poggetto señala que Batakis “se aseguraría el manejo de las cuentas públicas, en un estilo similar al utilizado por Rafael Perelmiter como ministro de Economía bonaerense durante el período de restricciones”. Perelmitter y Batakis ocuparon ese cargo en el gobierno de Daniel Scioli y como tales conocieron las podas que la administración de Cristina Fernández de Kichner le impuso a la provincia de Buenos Aires por las peleas internas de entonces. “Batakis podría manejar los depósitos a plazo de los distintos organismos nacionales”, observa la directora de Eco Go. Por último, se refiere al aumento de tasas: “Si el Banco Central remunera los pesos, a diferencia de lo realizado la semana pasada, las medidas pueden permitir una descompresión en el corto plazo”.
“Fue un mensaje positivo, aunque incompleto”, opina el consultor Gabriel Rubinstein. Otro economista de un banco internacional elogió que pusiera énfasis en el equilibrio fiscal, pero advirtió: “No dijo cuánto ahorro fiscal logrará ni habló explícitamente de reducción del gasto. Lo que quedó flojo fue el tema cambiario: lo minimiza. No se dijo nada de desdoblar el tipo de cambio ni restringir divisas para el turismo”.
“Fue una ratificación del programa del FMI con promesas de ajuste y con remaches que buscan evitar una fuerte devaluación del peso, lo cual, en la visión oficial, sería desestabilizante”, observa Hernán Hirsch, de FyE Consult. Su colega Ricardo Delgado, de Analytica, considera que “dijo lo que tenía que decir para los mercados, pero la duda es si la propuesta ortodoxa será creíble, cómo implementarla y sobre todo cómo neutralizar las inexorables resistencias internas”. “Un experimento digno de verse”, invita Delgado.
Javier Alvaredo, de ACM, opina que “el discurso fue en el sentido correcto en cuanto a dar señales de terminar con el desmadre del gasto que se observó durante los últimos nueve meses, aunque habrá que esperar a que eso se implemente y a que no haya cuestionamientos políticos internos en el Frente de Todos”. “No hubo anuncios concretos todavía y no parece suficiente para revertir el deterioro del ultimo tiempo”, agrega Alvaredo. Irina Moroni, de la Fundación Capital, que dirige Martín Redrado, apunta al mismo análisis: “Se busca dar señales fiscales y monetarias, pero con relativamente poco. Las medidas anunciadas, en principio, frente a la magnitud de los desequilibrios acumulados, no parecen disipar riesgos cambiarios e inflacionarios”. Difícil que la economista fueguina formada en La Plata y la Universidad de York, Reino Unido, contente a los mercados y a Cristina Kirchner por igual.
AR
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