El FMI pidió un “amplio apoyo político” para la nueva etapa del acuerdo con la Argentina
A menos de dos meses para las elecciones generales, el Fondo Monetario Internacional (FMI) pidió este viernes que en la Argentina se alcance un “amplio apoyo político” para garantizar el éxito de la nueva etapa de acuerdo firmado, por el que se desembolsaron US$7.500 millones.
“La implementación de programas decisivos, la formulación de políticas ágiles y la planificación de contingencias siguen siendo imperativo, y es posible que se necesiten medidas adicionales para lograr los objetivos del programa y salvaguardar la estabilidad”, advirtió el organismo al difundir su “staff report”, un informe técnico ampliado sobre el acuerdo.
En esa línea, el Fondo estableció que un “amplio apoyo político y la apropiación del programa siguen siendo fundamentales en el corto y mediano plazo, ya que resolver los profundos desafíos del país requerirá esfuerzos continuos de las futuras administraciones”.
Además, el FMI difundió la letra chica del acuerdo de la quinta y sexta revisión del Programa de Facilidades Extendidas con la Argentina. Se trata de las condiciones a las que el Gobierno se comprometió para recibir mencionado desembolso.
“Desde la finalización del cuarto examen, la situación económica de la Argentina se ha vuelto cada vez más frágil, con episodios de mayor volatilidad del mercado, y más recientemente, con incertidumbres políticas”, comienza el análisis del organismo.
“Si bien la sequía histórica resultó en pérdidas mayores a las esperadas en la producción agrícola, las exportaciones y los ingresos fiscales, la actividad no agrícola ha mostrado resiliencia, lo que refleja una demanda interna sólida, en parte gracias al resultado de desvíos en las políticas. La inflación y las presiones externas se han intensificado, con reservas cayendo a niveles peligrosamente bajos debido a la sequía y a una política de ajuste insuficiente. Los desvíos de políticas se reflejan en parte en limitaciones políticas y electorales”, detallan y citan los resultados de las primarias.
“El programa se ha desviado, reflejando la sequía histórica junto con desvíos y retrasos en las políticas. Los criterios de desempeño de fines de junio para la acumulación neta de reservas internacionales, el equilibrio fiscal primario y la financiación del déficit fiscal se incumplieron por amplios márgenes”, cuestionaron los técnicos del Fondo.
“En términos más generales, los objetivos clave del programa (reducir la inflación y reconstruir las reservas) siguen siendo difíciles de alcanzar, ya que los desequilibrios han aumentado en el contexto de shocks externos y una débil implementación de políticas. Ante los retrasos en la finalización de la quinta revisión, más allá del calendario original de junio, las autoridades movilizaron financiación puente para mantenerse al día con todas las obligaciones financieras con el Fondo”, indicó el sumario del documento.
El organismo alertó que la caída de la economía será de 2,5% este año y que espera una inflación de 120%, aunque advierte: “Esto dependerá mucho de la evolución del traspaso del tipo de cambio (passthrough) a los precios y de la implementación de políticas”.
“La reciente realineación del tipo de cambio, junto con el endurecimiento de la política monetaria, debería seguir ayudando a respaldar la acumulación de reservas y al mismo tiempo limitar el tipo de cambio traspaso a la inflación. En el futuro, la velocidad de rastreo se calibrará cuidadosamente para ayudar lograr objetivos de acumulación de reservas y desinflación, mientras que las tasas de interés reales se mantendrán suficientemente positivo para seguir respaldando la demanda de activos en pesos. Intervenciones en el mercado de divisas de valores y futuros también será limitado y temporal, centrado en abordar condiciones desordenadas. Mientras tanto, las prácticas monetarias múltiples, las restricciones cambiarias y Las medidas de gestión de los flujos de capital se irán retirando gradualmente tan pronto como las condiciones lo permitan. ya que no sustituyen a una política macroeconómica sólida”, continuó el organismo.
Por otro lado, el FMI reconoció “la importancia de impulsar el potencial exportador y las reservas de Argentina, y que la finalización de la primera fase del gasoducto fue un avance bienvenido. Se seguirá prestando atención a proteger a los pobres y apoyar el crecimiento inclusivo a medida que se abordan los desequilibrios”.
En cuanto a las metas de cumplimiento para fin de año, el objetivo primario del déficit fiscal para 2023 se mantiene sin cambios en el 1,9% del PBI. Consistente con un endurecimiento de la política fiscal para el resto de este año, el ingreso de divisas tras la devaluación y los impuestos cambiarios temporales deberían ayudar a compensar la pérdida de exportaciones relacionada con la sequía.
De todos modos, el staff remarcó que será necesario un mayor control de los gastos durante todo el período electoral, incluso para proteger el gasto social y de infraestructura prioritario. De esto se desprende que el FMI espera el gasto público caiga 8% durante el segundo semestre.
Entre otros temas, informó que “en particular, las autoridades se han comprometido a realizar mayores esfuerzos para actualizar las tarifas energéticas en línea con la producción, costos y contener los salarios y las pensiones del sector público, dados los desvíos pasados en estas áreas”.
En cuanto a la acumulación de reservas, prevé que “el nuevo paquete de políticas aumentará las reservas internacionales netas en aproximadamente 8 mil millones de dólares entre agosto y diciembre; aún así, no se llegaría al objetivo de la cuarta revisión de finales de 2023. Más allá de este año, si bien el alivio de las condiciones de sequía debería respaldar el crecimiento, se espera que la recuperación a la tendencia sea gradual, dados los obstáculos derivados de las políticas necesarios para abordar los desequilibrios macroeconómicos persistentes”.
LC con información de agencia NA
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