Grieta expuesta entre los que quieren que los despedidos cobren indemnización y los que no
El segundo debate presidencial dejó expuesta una grieta: los dos candidatos que está a favor de terminar con que los despedidos de un empleo cobren indemnización, los dos que rechazan esa reforma y la que busca una solución intermedia. Es una pena que varios de ellos no hayan explicado bien lo que proponen, pero en este artículo de elDiarioAR se enterarán.
Javier Milei sólo mencionó que quiere “modernización del sistema laboral y reducción de penalidades”. Pero ocultó que en su plataforma habla de eliminar el pago a los despedidos, lo que no sólo afecta a los que están en la formalidad sino también a los no registrados, incluidos los monotributistas en relación de dependencia encubierta, que pueden recurrir a la Justicia en caso de ser cesanteados. En lugar de indemnización, los trabajadores echados recibirían un seguro privado de desempleo que se fondearía con aportes de los antiguos patrones, lo que se llama fondo de garantía y que se aplica en el convenio colectivo de la Unión Obrera de la Construcción (Uocra). En la actualidad hay un seguro de desempleo, pero lo paga el Estado. Antes de que hablara el candidato libertario, el peronista antikirchnerista Juan Schiaretti coincidió con su propuesta al abogar por el “fondo de garantía como tienen la UOCRA”.
En primera fila del público seguía el debate uno de los empresarios que financia el plan dolarizador de Milei, Eduardo Bastitta, dueño de Plaza Logística y del proyecto de ciudad tecnológica en Colonia del Sacramento, Uruguay, que el candidato libertario visitó tras su victoria en las primarias.
Myriam Bregman, del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), pidió réplica tras la exposición de Milei para poner blanco sobre negro cuando habla de “modernización”. “Indemnizaciones, ¡afuera!”, expuso Bregman la propuesta del aspirante de La Libertad Avanza (LLA) usando su propio modismo. “¡Licencias, afuera! ¡Aguinaldo, afuera!”, continuó aclarando las ideas del libertario. “Si sos monotributisa, precarizado, no vas a estar mejor (con Milei), no te van a dar los derechos que hoy no tenés”, le apuntó al votante repartidor de Rappi y Pedido Ya, que se volvió un estereotipo de los que están con LLA. “El propone la libertad de que te exploten sin límite”, apuntó la postulante del FIT. Después Massa ratificó los dichos de Bregman contra Milei: “Los trabajadores perderían los derechos a las vacaciones y la indemnización, es decir, un régimen de esclavitud”.
Patricia Bullrich opinó que “las indemnizaciones deben ser justas para las dos partes”. No dio detalles, pero sus economistas están a favor de mantener los pagos por despidos establecidos por la ley de contrato de trabajo, pero apuntan contra las multas que en los juicios incrementan el costo de echar empleados. Se trata de sanciones contra los que contratan bajo la informalidad. La candidata de Juntos por el Cambio (JxC) arremetió contra el sindicalismo: “Nosotros defendemos a las empresas, no a los que bloquean empresas”, en alusión a los Moyano. Apuntó a los camioneros, aliados de Massa, y a Luis Barrionuevo, nuevo amigo de Milei: “La Argentina de paro permanente se termina”. “Vamos a bajar impuestos al trabajo”, prometió.
Juan Schiaretti apuntó contra el “desastre de la grieta” en términos de salario, en referencia a la caída del poder de compra en los gobiernos de Mauricio Macri y Alberto Fernández. Propuso “bajar la carga social a las pymes” y repetir a nivel nacional un plan de empleo juvenil de la provincia que gobierna, Córdoba, y que se llama Primer Paso, que consiste en una práctica rentada. También abogó por subsidiar la mano de obra.
Sergio Massa, ministro de Economía en este tiempo de una inflación que apunta ya al 140%, prometió igualmente una “mejora de ingresos desde dos lugares, paritarias libre y reducción de impuestos”. Señaló varias medidas que adoptó tras las primarias, en las que su Unión por la Patria (UP) acabó tercera: la baja del IVA para 16 millones de consumidores, la eliminación del impuesto a las ganancias para 2 millones de empleados y la merma de cargas sociales a pymes que tomen jóvenes y beneficiarios de planes sociales. A futuro, propuso que aquellos que reciben pensiones por discapacidad puedan acceder al empleo. También abogó por obligar a que las empresas deban pagar lo mismo a hombres y mujeres por la misma tarea.
Bregman se dedicó más a describir el panorama actual que a sugerir soluciones: “Hoy una enfermera va del hospital a la clínica y el fin de semana cuida enfermos. Le pregunto, Massa, ¿se puede vivir con $124.000 como viven los jubilados?”. Milei también atacó al ministro candidato porque, según él, sólo mencionó a los trabajadores, pero no al “capital” -incluso recordó que la Marcha Peronista habla de combatirlo-, y no se refirió a la “producción”. Pero Massa había hablado de las pymes y de bajas de retenciones al maní y la leche, pese a que Schiaretti las cuestionó por temporarias. El gobernador cordobés le recordó al candidato de UP que en un año como jefe del Palacio de Hacienda se dispararon la inflación y el dólar. Massa le retrucó que él asumió cuando se agitaba el fantasma del “helicóptero”, es decir, de la caída del gobierno de Fernández.
“Dólar a mil pesos, hiperinflación”, exageró Bullrich, cuando el blue se disparó pero por ahora a $880 y aún técnicamente no hay híper, que es cuando la inflación supera el 50% mensual. De todos modos, tuvo razón en señalar que ambos riesgos se ciernen cada vez más sobre la economía argentina. “Entras a un almacén y no te alcanzan $5.000”, añadió. Y también arremetió contra las sospechas de coimas a la hora de conseguir que el secretario de Comercio, Matías Tombolini, autorice las autorizaciones del Sistema de Importaciones (SIRA): “Tongolini te dice quién va primero en esa cola”.
Al comienzo del debate, Milei volvió a las advertencias de la última semana pero prometió mano dura: “Estamos al borde de la híper, pero con el agravante de una peor situación social (que en las anteriores hiperinflaciones de 1975 y 1989), no se arregla con palabras bonitas y buenos modales”. “A mí me sorprende porque Bullrich habló de SIRA, me sorprende porque el señor (Carlos) Melconian (economista de JxC) se juntó con Massa para pedir que cuide las sira, es un tongo. ¿Así quieren cambiar?”. Melconian no ha negado esa reunión, pero sí que le haya formulado esa solicitud.
Bregman propuso reducir la jornada laboral a seis horas diarias, es decir, 30 semanales, de las 48 actuales y a menos de las 40 que sugiere UP. Las horas libres se repartirían entre desempleados y trabajadores precarios, según la aspirante del FIT. También quiere que el salario mínimo sea igual a la canasta básica. Milei la chicaneó sugiriendo que reduzca la jornada a una hora diaria para repartir el trabajo entre todos. “Sería maravilloso que el salario sea como la canasta, pero con lo que vos proponés todos vamos a ser más pobres”, disparó el libertario. Él y Schiaretti coincidieron en que para que haya empleo debe crecer la economía y la inversión.
AR/DTC
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