Inédito para la historia del reclamo ambiental: desde La Cámpora hasta el PRO marcharon juntos contra el cambio climático
La lucha contra el cambio climático logró este viernes lo que ninguna otra causa consigue en la Argentina: que marchen juntos desde La Cámpora hasta los jóvenes del PRO. Decenas de miles de manifestantes, sobre todo adolescentes y veintiañeros, se movilizaron desde la Plaza de Mayo hasta el Congreso, en consonancia con otras protestas en el resto del país y del mundo, todos encolumnados detrás del reclamo que inició hace tres años la joven sueca Greta Thunberg para reclamar medidas urgentes a los gobiernos para que el planeta siga siendo habitable. En la marcha porteña se mezclaron organizaciones ecologistas más y menos radicales, movimientos sociales y partidos políticos, incluidos los de izquierda y la UCR.
“Hoy se produjo un hecho inédito en la historia del movimiento socioambiental porque miles de organizaciones partidarias, sociales y de la sociedad civil impulsaron una convocatoria que unifica la justicia social con la justicia ambiental”, dijo a la agencia Télam Bruno Rodríguez, referente de la organización Jóvenes por el Clima, el Thunberg argentino. Enrique Viale, abogado ambientalista, también destacó a elDiarioAR la diversidad de expresiones políticas y sociales en la marcha. Observó que, más allá de que aparezcan contradicciones, hoy los jóvenes de los distintos partidos políticos están reclamando a sus dirigentes ocuparse del tema. Un asunto vital para su futuro: la continuidad de la vida tal como la conocemos.
Por allí se oían los de la agrupación Basta de Soluciones Falsas (BSF) protestando contra la minera Barrick, la petrolera Chevron, el acuerdo porcino con China o el ministro de Ambiente, Juan Cabandié. Por aquí estaban los de La Cámpora coreando a Néstor Kirchner o los de Somos Barrios de Pie, organización social oficialista, coreando por el “ecologismo popular”. También estaban el diputado oficialista Leo Grosso, del Movimiento Evita, y el candidato izquierdista Nicolás del Caño. Resultaba raro ver marchar a los del PRO con sus banderas amarillas. Al lado, los radicales y más allá unos ecologistas que advertían que problema no era el clima sino el sistema capitalista. Más atrás, el trotskysmo, con las chicas ecosocialistas pintadas de negro para protestar contra la extracción petrolera con fracking en Vaca Muerta. También estaban los cartoneros de Juan Grabois, del Movimiento de Trabajadores Excluidos; su Frente Patria Grande, la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), los obreros de la imprenta recuperada Madygraf, los ecologistas de Eco House o los estudiantes de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Estaban los veganos y los vendedores de choripán. Sólo faltaban los libertarios, cuyo líder, Javier Milei, niega el cambio climático.
Todos preocupados por lo mismo, aunque con soluciones disímiles y en colisión. Al menos los Jóvenes por el Clima, impulsores en buena parte de esta masificación y diversificación de la protesta ecologista en las calles porteñas, convocaron este viernes en reclamo de una transición energética -salir de los hidrocarburos hacia las energías renovables-, una ley de protección de humedales -frente al avance de proyectos agropecuarios e inmobiliarios- y un “presente y un futuro social y ambientalmente justo”. Queda mucho por acordar y hacer, pero este viernes se dio un primer paso.
AR
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