Inflación y el valor de la moneda argentina
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Informe
Sacarse los pesos de encima: la obsesión de bancos y comercios por evitar los billetes de menos de 200 pesos
Algunos bancos han elevado en el último año del 1% al 5% la comisión que cobran a las grandes empresas por los billetes de $ 200 para abajo. Son los mismos que entregan en los cajeros automáticos para no clientes parvas de papeles de $ 100 cuando ellos piden extraer varios miles. Mientras, las cadenas de supermercados y farmacias y algunas estaciones de servicio y locales de comida rápida comenzaron hace cuatro años a suministrar cash. ¿Por qué todas estas grandes firmas quieren sacarse de encima los billetes de baja denominación en un tiempo en que se necesitan $ 15.800 para lo que hace un año se compraba por 10.000, es decir, 58 billetes de $ 100 más, por ejemplo?
Los costos de atesoramiento, de lo que llaman numerario (control del efectivo, revisarlo, contarlo, ordenarlo), de transporte y de seguridad llevan a que algunos bancos cobren comisiones por aceptar billetes chicos. En una entidad privada alegan que el Banco Central debería tomarles los de $ 100 para destruirlos y acreditárselos para que puedan prestarlos, pero no lo hace. El presidente de la autoridad monetaria, Miguel Pesce, justificó que no se emitan billetes de más de $ 1.000 para estimular las transferencias electrónicas. “Entonces los bancos estamos tapizados de billetes de baja denominación -prosiguen en el banco privado-. Tapizados significa un supermercado entero lleno de góndolas con billetes. No los podemos prestar, no les podemos sacar rendimiento, no sé si lo hacen para que no haya más pesos prestables que después deben absorberse con Leliq (Letras de Liquidez). Sólo se pueden cargar en cajeros automáticos, pero la gente putea y no los quiere. Si no ponemos comisión a las grandes empresas, nos tiran todos los billetitos a nosotros y no a los otros bancos, que ya los cobraban. Además se agrega el costo de transporte de caudales.” Las empresas de logística como Prosegur, Brink's, Juncadella o Codecop se quedan con entre el 1% y el 2% de lo movilizado.
El Galicia cobra una comisión del 5% a los grandes clientes si sus depósitos de efectivo contienen más de un 15% de billetes de $ 200 o menos. En otros bancos privados como Santander y BBVA también aplican un descuento. El Banco Nación cobra un 1% a los grandes clientes que depositan más de $ 100.000 por el concepto de “recuento de billetes”. En la entidad estatal consideran que la tarea le quita mucho tiempo a sus empleados.
Otros bancos como el Provincia de Buenos Aires, el Ciudad, HSBC e ICBC no cobran comisión por depósito de efectivo. En uno de ellos celebran que el Central haya comenzado un cronograma para empezar a recibir los billetes de $ 100 que tienen acumulados en su tesoro. Destacan que en sus cajeros abundan los de $ 500 y 1.000: “Si ponés de 100, tenés que reponer a cada rato”. En otra entidad coinciden: “Los billetes de poco valor hacen menos efectivos los ATM (automated teller machine, como se llaman los cajeros automáticos en inglés)”. No obstante, advierten: “El costo del efectivo es el segundo mayor que tienen los bancos, después de la plantilla de empleados. En un contexto inflacionario, lo deseable sería el suministro de billetes de mayor denominación”.
Supermercados, estaciones de servicios, farmacias y fast foods tampoco quieren acumular efectivo, sobre todo por los costos logísticos, pero también por las comisiones bancarias. En una cadena de súper explican que empezaron a ofrecer retiro de billetes en la línea de cajas por dos motivos: por el gasto de transporte y porque el gobierno de Mauricio Macri los impulsó a hacerlo porque consideraba que los bancos estaban colapsados. En otra empresa supermecadista también apuntan contra el costo logístico, aunque suman el de manipuleo y la comisión de los bancos. “Además es un servicio para los clientes que en ciertas localidades muchas veces no tienen suficientes ATM”, agregan.
En una cadena competidora mencionan los costos de transporte, las comisiones bancarias y también que no les funcionó como negocio la instalación de cajeros automáticos en los locales. Señalan que los bancos les cobraban por el total del depósito hace un año un 0,1% y ahora llegan a sacarles entre el 0,6% y el 1,2%. “El retiro de efectivo en línea de caja nos quita presión, pero no nos soluciona 100% porque nos queda un gran remanente. Y el costo operativo sólo por el flujo de pago en efectivo es del 3% entre comisiones bancarias y transporte”, contabilizan.
En tiempos en que la pobreza azota al 37% de la población y la clase media también padece por los salarios bajos, muchos se desesperan por conseguir billetes. Pero las grandes empresas y bancos buscan quitárselos de encima porque con una inflación del 58% anual y en ascenso suponen un peso que daña su negocio.
AR
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