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Deuda externa

Sturzenegger dijo que “Argentina nunca más va a tener déficit” y Georgieva completó: “Nunca más tendrá otro programa con el FMI”

Georgieva valoró la política económica de Sturzenegger y aseguró que este será el último acuerdo de la Argentina con el Fondo Monetario Internacional, el organismo que dirige.

Juan José Domínguez

24 de abril de 2025 17:11 h

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La Argentina, su tradición fiscal errática y su relación con el FMI tuvieron una definición contundente en esta tarde en Washington DC en el sentido contrario de la historia. En el seminario “Debate sobre la Economía Global: Crecimiento y Resiliencia en un Mundo de Incertidumbre”, el Ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, lanzó una afirmación categórica: “Argentina nunca más va a tener déficit fiscal; vamos a tener superávit.” La frase encontró eco inmediato un añadido inesperado por en la directora gerenta del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, quien sentada al lado del funcionario de Javier Milei sumó: “Por lo tanto, Argentina nunca más va a tener otro programa con el FMI. Este es el último”.

La jornada, realizada este jueves 24 de abril de 2025 en el Atrio de la Sede Central del FMI en Washington, no era un encuentro más en la agenda de organismos internacionales. El debate abordó los desafíos globales derivados de la debilidad del crecimiento económico, la incertidumbre de los mercados y el aumento del endeudamiento.

Sturzenegger, uno de los principales funcionarios del gabinete de Milei, a quien llama “El Coloso”, y artífice de las reformas de desregulación, subrayó que los problemas del país “son 99% autoinfligidos”. El expresidente del Banco Central durante el gobierno de Mauricio Macri —cuando sufrió la crisis cambiaria que motivó posteriormente la imposición del cepo cambiario, que fue levantado recién siete años después— destacó que “el presidente Milei, habiendo heredado un déficit del 5% del PBI, equilibró el presupuesto en un mes y lo ha sostenido”. “Mucha gente pensaba que eso era imposible, yo mismo lo pensaba. Y sin embargo, se hizo, y se ha sostenido”, aseveró.

Para Sturzenegger, la estabilidad fiscal y la eliminación del déficit no sólo son una política de contención macroeconómica, sino una estrategia de crecimiento: “En un entorno inestable, no se puede crecer. La inflación es un impuesto que pagan los pobres”. Sumó a su argumentación el avance sobre la desregulación y la libertad económica, a las que definió como “los motores principales de una mejor perspectiva para la Argentina”. Criticó el exceso de regulaciones, por considerarlas antiemprendedurismo, antipymes, anticompetencia y procorrupción, y agradeció expresamente el apoyo del FMI en este proceso.

El complemento de Georgieva que sorprendió a todos

El intercambio marcó un giro discursivo de fondo. Georgieva, quien lidera el organismo desde 2019 y es la primera persona de una economía emergente en ocupar ese rol (Bulgaria), recogió la promesa de Sturzenegger y la llevó al plano institucional: “O sea, que la Argentina nunca más va a tener déficit fiscal. Por lo tanto, Argentina nunca más va a tener otro programa con el FMI. Este es el último. Teníamos que dar una primicia acá. Eso está bien”.

La Argentina nunca más va a tener déficit fiscal. Por lo tanto, la Argentina nunca más va a tener otro programa con el FMI. Este es el último. Teníamos que dar una primicia acá. Eso está bien

Kristalina Georgieva directora gerenta del Fondo Monetario Internacional (FMI)

El seminario, que reunió a figuras centrales del debate económico global como la propia Georgieva, la ministra de Finanzas del Reino Unido, Rachel Reeves; el ministro de Finanzas de Alemania, Jörg Kukies, y la profesora del MIT Kristin Forbes, sirvió de escenario para que la situación argentina fuera puesta como ejemplo de reformas estructurales en tiempos de crisis. “La estrategia de desregulación y libertad económica, junto con la estabilidad macroeconómica, creo que son los motores principales de una mejor perspectiva para Argentina”, insistió Sturzenegger.

Las intervenciones no solo ofrecieron un diagnóstico del presente, sino que buscaron marcar un horizonte definitivo para una relación históricamente conflictiva: “Nunca más déficit, nunca más FMI”. La promesa de Sturzenegger y la ratificación de Georgieva, ambas realizadas ante economistas, funcionarios y empresarios del mundo, implican que el equilibrio fiscal y el superávit presupuestario se convierten en un compromiso de largo plazo para la política argentina.

El futuro dirá si la economía argentina puede sostener la disciplina fiscal y, en consecuencia, evitar nuevos acuerdos con el FMI. Pero el mensaje fue claro: “Teníamos que dar una primicia acá. Eso está bien”.

El Maestro Yoda y las sandías

Los panelistas revelaron cuáles son sus películas preferidas, y llegado el turno de Sturzenegger eligió La amenaza fantasma (2000), el Episodio I de la saga La Guerra de las Galaxias, y destacó la figura de Yoda para comparar la “filosofía” del gobierno de Milei. “Simplemente hay que mantenerse fiel a su visión, a sus valores, a sus políticas”, dijo y continuó: “En nuestro caso, como mencioné, la estabilidad fiscal y macroeconómica, la desregulación y la libertad económica, que creo que es algo que, en general, ha faltado en América Latina. Y por eso América Latina, como región, suele haber estado bastante decepcionada en términos de crecimiento. Y nuestro compromiso es con el libre comercio. Creo que la integración para la región es absolutamente esencial. Así que sólo hay que aferrarse a los valores y las políticas, y seguir al Maestro Yoda, y todo saldrá bien”.

En una de sus intervenciones más llamativas, Federico Sturzenegger ilustró el exceso regulatorio en Argentina con una anécdota sobre la exportación de sandías. Contó que recibió el correo de un productor que exporta sandías a distintos países del mundo, quien relataba el insólito obstáculo burocrático que enfrentaba: “La Administración Nacional de Alimentos y Medicamentos me obliga a empaquetar las sandías de una manera específica, que no es la que quieren mis clientes en el exterior. Y esto no es plutonio, no es uranio radiactivo, son sandías”, señaló el funcionario.

El productor, tras diez años de reclamos infructuosos, había encontrado una solución tan absurda como reveladora: “Empaco las sandías como exige la normativa local. Pero cuando el barco zarpa, mando otro barco con 60 personas, rompen los paquetes y reempaquetan las sandías como las quieren mis clientes”. Sturzenegger confesó que, al leer el correo, dudó de su veracidad por lo inverosímil de la situación, pero finalmente concluyó que “nadie podría inventar algo así”.

A partir de este caso, Sturzenegger denunció que “en materia de regulación, nos hemos ido al otro extremo. La regulación siempre tiene un dueño, y el dueño es algún interés, algún empresario que se beneficia de esa barrera de entrada o de esa burocracia. Porque para la burocracia es poder, es una oportunidad para ejercer ese poder, para generar corrupción”. El Ministro de Desregulación explicó que, tras analizar el caso junto a la autoridad sanitaria, decidió eliminar el exceso normativo: pasó de un kilo y medio de papeles a solo ochenta gramos de regulación, limitada a dos requisitos básicos —identificación del productor y certificación sanitaria para exportación—, y dejó en manos del mercado la decisión sobre el empaque y la calidad de la fruta. “La calidad y la función de producción las tiene que juzgar el cliente, no el funcionario público”, sentenció.

Georgieva dijo que le “encantó” la anécdota de las sandías y de inmediato conectó la intervención del funcionario de Milei con una advertencia sobre los riesgos de la sobrerregulación en el sector financiero. La titular del FMI sostuvo que “cuando hay una regulación excesiva en un lugar, el dinero se mueve hacia donde la regulación es más liviana” y advirtió sobre el crecimiento de las instituciones financieras no bancarias, muchas veces fuera del alcance de los controles estatales.

“Tenemos que pensar cuál puede ser el impacto de la regulación en el hecho de que las cosas se trasladen a un entorno totalmente no regulado. Si uno logra un buen equilibrio, si se tiene una regulación bien pensada, es más probable que se logre mantener bajo un techo seguro a una mayor parte del sistema financiero”, remarcó Georgieva.

Sturzenegger le entregó a Georgieva un pin de la motosierra

“Nosotros trabajamos en el Ministerio de Desregulación y Reforma del Estado, y nuestro símbolo es este pin, que es una motosierra. Llevamos con orgullo este pin de motosierra, que pagamos con nuestro propio dinero y no con dinero del Gobierno. Sólo quería aclararlo. Y como gran defensor del programa argentino, quiero regalarle a la directora gerente un pin de motosierra”, dijo el ministro de Milei. La jefa del Fondo le agradeció.

“Quiero ver una economía mundial resiliente y de buen desempeño, una economía integrada, capaz de soportar shocks —porque seguramente vendrán más shocks—, y que sea vibrante e imaginativa. Nadie habla de inteligencia artificial como si hubiera desaparecido, pero es un gran factor en nuestra economía y es muy emocionante que esté presente. Eso es lo que quiero ver: una economía global bien integrada, muy dinámica, innovadora, y donde la gente pueda ver que la iniciativa privada les aporta beneficios a ellos, a sus familias, a mis nietos, a todos”.

Sturzenegger, en tanto, centró su expectativa exclusivamente en la Argentina y en la meta fiscal: “Mi preocupación no es tan global como la de la Directora Gerente; la mía es Argentina, y lo que quiero es que el país vuelva a sorprender con un superávit fiscal aún mayor que el del año pasado. Eso es lo que me gustaría. Por eso llevo puesto este pin. Con esta promesa, me pongo el pin [de la motosierra]”.

JJD

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