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En medio del luto por la muerte del papa

En nombre de la libertad (y con fondos públicos), Milei convirtió la Casa Rosada en sede de un homenaje a Huerta de Soto

Milei y Huerta de Soto en Olivos, donde el Presidente utiliza un overol de YPF para trabajar.
24 de abril de 2025 16:59 h

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A las doce en punto, mientras en Plaza de Mayo comenzaban los preparativos de las Madres para su tradicional ronda de los jueves, en el Salón de los Científicos de la Casa Rosada se servía almuerzo caliente para una mesa de anarcocapitalistas. El menú no lo eligió el mercado ni fue resultado de una subasta espontánea entre oferentes voluntarios: lo pagó el Estado argentino. En simultáneo, en otro sector de Balcarce 50, Javier Milei agasajaba al economista español Jesús Huerta de Soto, su ídolo intelectual, con un encuentro privado.

El Presidente, que milita la desaparición del Estado, organizó desde el Estado una comida formal en honor al hombre que considera “el anarco-capitalista más importante del mundo” y su comitiva. La escena, por sí sola, tenía algo de teatral. Como si un elenco entero de puristas del mercado hubiese decidido por un día suspender sus convicciones para disfrutar de los placeres de una administración pública que, al menos este mediodía, funcionaba con eficacia.

El evento fue el prólogo informal a la actividad central del día: la entrega del Doctorado Honoris Causa que Huerta de Soto recibirá esta tarde, a las 19, en la sede de la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (ESEADE), en el barrio porteño de Palermo. Allí, frente a un auditorio afín, el Presidente brindará un discurso de entre 15 y 20 minutos con eje en la libertad económica, la crítica al socialismo y las virtudes intelectuales del homenajeado. La ceremonia se realizará en pleno luto oficial por la muerte del papa Francisco y horas antes de que Milei parta rumbo a Roma para asistir al funeral en el Vaticano.

En los pasillos de la Casa Rosada no pasó desapercibido que el homenaje no solo interrumpiera el duelo oficial, sino que reconfigurara la agenda presidencial. El vuelo a Roma, originalmente previsto para las 22 del jueves, se pospuso por expreso pedido de Milei para poder encabezar la ceremonia. Es que el reordenamiento del cronograma reflejó algo más profundo: el homenaje a su mentor ideológico tiene para el Presidente más peso que cualquier protocolo diplomático.

A esa lógica también se pliega Manuel Adorni, el vocero que aspira a convertirse en legislador porteño y que, mientras sus rivales de campaña respetan el silencio por el luto, acumula millas y visibilidad. En ESEADE no hablará, pero estará en escena. Lo acompañará José Luis Espert, que también formará parte del armado bonaerense. No es casual: si hay algo que une a ambos, más allá de las desconfianzas, es la fidelidad doctrinaria al ideario liberal y el desprecio por lo que consideran “la casta política”, aunque no falten en La Libertad Avanza los que formaron parte de ella durante años.

El homenaje, claro, no ocurre en el vacío. Forma parte de una liturgia que Milei repite con disciplina desde su llegada al poder: sumar prestigio simbólico a sus aliados ideológicos, devolver gentilezas recibidas en Europa y Estados Unidos, y en simultáneo instalar su figura como tótem global del libertarismo. No por nada, cada premiación es seguida de un posteo con tapas de diarios, menciones de “fenómeno barrial” y mensajes cifrados a su base de fans. En ese ecosistema, la ESEADE opera como el laboratorio local de la Escuela Austríaca: un templo sin sotanas donde se reparten doctorados como bendiciones laicas.

El día había arrancado con otra escena curiosa: la irrupción de Milei en una entrevista televisiva que Antonio Laje le hacía al economista español, en A24. Con Adorni y Espert como testigos, el Presidente interrumpió el set para saludar a su referente y de paso contestarle, en vivo, a Mauricio Macri, quien en una cumbre del PRO acusó a sus exaliados de haber sido “comprados” por el oficialismo. “Que traiga las facturas, que las muestre”, retrucó el jefe de Estado, visiblemente molesto, aunque enseguida aclaró que la alianza con el PRO “marcha fuerte” en territorio bonaerense y que sus principales referentes “van a armar una estructura súper competitiva para ganarle la provincia al soviético, al comunista y bolchevique”, en alusión al gobernador Axel Kicillof.

Premio mata protocolo

Mientras en la Argentina el Gobierno congela becas, ajusta universidades y recorta presupuestos educativos, Milei se presenta como gran mecenas del pensamiento liberal extremo. La contradicción no le incomoda. “Nosotros no creemos en el Estado”, repite, incluso cuando utiliza los recursos del Estado para proyectar ese mensaje. En su relato, no hay contradicción sino estrategia: usar la estructura pública para dinamitarla desde adentro. El mismo razonamiento que sostienen figuras como Alejandro Nimo, el agregado comercial argentino en España, también admirador de Huerta de Soto, que impulsa una “diplomacia de la libertad” con embajadas mínimas, teletrabajo consular y funcionarios que no sean diplomáticos de carrera, sino fieles creyentes en el achicamiento del Estado.

Huerta de Soto, por su parte, también juega su ficha. Aunque es un nombre minoritario en el universo académico europeo, su asociación con el presidente argentino le devolvió notoriedad y lo transformó, al menos en estos márgenes, en una figura con aura de gurú. Que su premio sea entregado en una jornada de duelo nacional, mientras el país se prepara para despedir al primer papa argentino, y que ese mismo día el Presidente priorice este acto en su agenda, son detalles que hablan de las prioridades del oficialismo. La libertad, la ortodoxia económica, el desmonte del Estado: todo vale más que los protocolos, la tradición o incluso la muerte de un jefe de Estado Vaticano.

Como en los homenajes anteriores en España, Alemania o República Checa, el gesto excede al economista español. Se trata de otra pieza en la construcción de una red ideológica internacional donde el presidente argentino se presenta como el profeta libertario del sur. No importa si en esos espacios se convive con ultras y filo-nazis, como en Alemania. En la épica de Milei, la diplomacia no necesita embajadas, ni consejos, ni sutilezas: alcanza con una bandera, una cámara y una frase de Murray Rothbard.

La jornada de este jueves concluirá con la partida de Milei rumbo a Roma, acompañado de una comitiva que generó polémica por su tamaño. La explicación oficial fue sencilla: “El Vaticano pidió siete integrantes por delegación, no vamos más que eso”, dijeron cerca del Presidente, como si esa dimensión fuera ajena a cualquier cálculo doméstico.

Se subirán al avión Karina Milei, Patricia Bullrich, Guillermo Francos, Sandra Pettovello y Adorni, este último en una suerte de gira paralela en su rol de candidato porteño. La demora del vuelo presidencial, reprogramado para después del acto en ESEADE, fue justificada como una necesidad logística, pero en la práctica responde al calendario personal del Presidente. Nada es más importante que honrar a su maestro. Ni siquiera el papa.

PL

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