El adiós de Murdoch o cómo hacer un 'Succession' en la vida real
Rupert Murdoch, el multimillonario que construyó en siete décadas uno de los mayores imperios mediáticos de nuestros tiempos, anunció que se retira. A sus 92 años, deja su cargo de presidente de Fox y News Corporation en manos de su primogénito, Lachlan Murdoch (52), que asumirá el timón del conglomerado conservador en un momento delicado.
Sin embargo, Murdoch, nacido en Melbourne en 1931, no lo deja del todo: se convertirá en presidente emérito de ambas empresas, en las que aseguró que participará “cada día”.
Los plot twist que rodearon en el último año al personaje en el que se inspira la serie de HBO Succession, con el pago de casi 800 millones para evitar el juicio por difundir teorías de fraude electoral o el despido de la noche a la mañana de la estrella televisiva de Fox News, Tucker Carlson, podrían haber encajado perfectamente en esa ficción. No obstante, la serie no adivinó la forma en la que se dará, precisamente, la sucesión: Murdoch anunció que se retira y deja a su hijo al mando, mientras que Logan Roy, su alter ego televisivo, nunca tuvo un sucesor.
A través de sus sensacionalistas medios de comunicación de masas, como Fox News o The Sun, la influencia de Murdoch en la política, especialmente la estadounidense y la británica, no es deleznable: se le puede atribuir gran parte del éxito de Donald Trump en 2016, cuando ganó las elecciones presidenciales, y en 2020, cuando las perdió, pero logró que gran parte de la población creyera que habían sido amañadas.
A pesar de la deriva ultraconservadora del canal en los últimos años, Fox News sigue siendo hoy el canal por cable más visto en el país.
“Nuestras compañías gozan de buena salud, al igual que yo. Nuestras oportunidades superan con creces los retos comerciales”, afirmó el magnate en un comunicado en el que se despide de sus empleados. “Tenemos motivos de sobra para ser optimistas respecto a los próximos años; yo desde luego lo soy, y pienso estar aquí para participar en ellos”, dijo. En su nuevo cargo, su rol será más bien de asesor. “Puedo garantizarles que participaré cada día en el concurso de ideas”, aseguró, “veré nuestras emisiones con ojo crítico, leeré nuestros periódicos y páginas web y libros con mucho interés”.
Su hijo Lachlan, que asumirá el control de ambas empresas, lo elogió en el mismo comunicado: “En nombre de los consejos de administración de Fox y News Corp, de sus equipos directivos y de todos los accionistas que se beneficiaron de su duro trabajo, felicito a mi padre por sus 70 años de extraordinaria carrera. Le agradecemos su visión, su espíritu pionero, su firme determinación y el legado perdurable que deja a las empresas que fundó y a las innumerables personas a las que influyó”.
Siete décadas de sensacionalismo
La carrera de Murdoch empieza mucho antes que la creación de Fox News, en 1996, y muy lejos de Estados Unidos. Cuarenta años antes, tras la muerte de su padre en 1952, heredó la empresa familiar, News Limited, con difusión en Australia. Pronto, Murdoch se convirtió en uno de los propietarios de periódicos más reconocidos en su país, cuando los rotativos aún eran rentables. Inició un proceso de expansión empresarial que no paró hasta nuestros días. En 1960 compró el Daily Mirror y el Sunday Mirror, dos periódicos bien establecidos en Sidney, y se hizo con la propiedad de varias cabeceras regionales.
Desde un primer momento, sus adquisiciones tomaron su marca personal: una apuesta clara por el sensacionalismo, que daba más protagonismo a los sucesos y los deportes. Sin embargo, en 1964 fundó The Australian, el primer periódico de tirada nacional en el país oceánico, con el que buscó un enfoque más riguroso, que aportó mayor prestigio a la empresa. Unos años antes, en 1959, dio los primeros pasos hacia la recién nacida televisión, con la fundación de Southern Television Corporation, cuyo Canal 9 fue el primero que se emitió en el sur del país.
Poco más tarde, en 1969, comenzó la expansión internacional. Primero se estableció en Reino Unido, donde compró News of the World y The Sun (y años más tarde, en 1981, se haría con el periódico de la competencia, The Times, el primer periódico británico de gran formato). Después, se instaló en Nueva York, donde compró el tabloide New York Post en 1976 y lo convirtió en un periódico amarillista, del estilo de The Sun.
Años más tarde, siguió adentrándose en el mercado estadounidense con la compra de New York Magazine y The Village Voice, hasta que en 2007 dio un paso de gigante con la compra del The Wall Street Journal.
Cuando llevaba nueve años en EEUU, decidió nacionalizarse en el país, renunciando a su ciudadanía australiana y satisfacer así el requerimiento legal para poder ser propietario de una cadena de televisión. Eso le permitió, en 1986, adquirir el mítico estudio de cine Twentieth Century Fox, así como un conjunto de canales regionales, que terminó por unir en un mismo grupo para EEUU, Fox Television Stations.
Ese año, el grupo empresarial lanzó Fox Broadcasting Company, destinada a competir directamente con cadenas como ABC, CBS y NBC, que habían dominado durante décadas el mercado. Y su éxito fue indiscutible: en 2004 ya era la cadena de transmisión gratuita mejor calificada entre el grupo de edad de 18 a 49 años, una posición que mantuvo hasta 2012; y tan solo tardó 13 años desde su creación en convertirse en la cadena de televisión más vista en el país, en 2007.
La producción de series como Los Simpsons o Expediente X, la obtención de derechos de retransmisión del fútbol americano (NFL) o el prestigio de un canal que progresivamente se fue arrinconando al sensacionalismo conservador, explican gran parte de su éxito.
Los buenos resultados en la televisión le hicieron expandir dicho negocio en Reino Unido con la creación de BSkyB (ahora Sky Group), que se convirtió en la televisión digital de pago más grande del país. Años más tarde, compró Sky Italia y Sky Deutschland, y expandió su negocio por Europa, Asia y América del Sur, a través de una escisión en su empresa, de la que nació News Corporation.
Las sombras de Murdoch
Murdoch deja el cargo desde el que dirigió centenares de medios de comunicación en todo el mundo. Y deja una imagen de hombre exitoso en EEUU. Pero su carrera no estuvo exenta de fracasos y polémicas. En 2005, por ejemplo, compró la red social Myspace por más de 500.000 millones de dólares, que en pocos años fue aplastada por Facebook, por lo que se vio obligado a venderla por tan solo 35 millones.
Otro de los momentos que mancharon su carrera fue cuando, en 2011, Murdoch se enfrentó a la acusación de que había estado pirateando teléfonos de famosos, miembros de la realeza y ciudadanos de manera regular. Todo ello a través de sus empresas, principalmente News of the World, que tuvo que pagar más de 1.000 millones de libras a sus víctimas.
Aunque, sin duda, el último año fue de los más difíciles para el imperio mediático. Después de siete décadas sacando provecho de un estilo amarillista, a través del cual difundía sus ideas políticas, le tocó pagar por sus mentiras. Concretamente, por las mentiras que llevaron en enero de 2021 a un millar de personas a asaltar el Capitolio en Washington, convencidas de que Trump había sido víctima de un fraude electoral en los comicios del año anterior.
Fox tuvo que pagar casi 787,5 millones de dólares por difamar a la empresa Dominion Voting Systems, propietaria de las máquinas de recuento electoral. Lo hizo sin necesidad de llegar al juicio, en un acuerdo prejudicial, a sabiendas de que en caso de condena la cantidad a pagar podría haber sido mucho mayor (Dominion reclamaba 1.600 millones de dólares por daños y perjuicios). Aun así, se trata de la cifra más alta que se ha dado nunca en un pacto prejudicial de estas características.
Pocos días después, la cadena despidió a su presentador estrella, Tucker Carlson, cuyo programa en prime-time había sido uno de los mayores difusores de las mentiras trumpistas. De hecho, la demanda de Dominion había revelado una serie de mensajes privados en los que se certificó que Carlson, así como otras destacadas figuras de la cadena, habían difundido dichas fake news -en muchas ocasiones, a través de sus invitados- a sabiendas de que no eran ciertos. Ahora, el presentador acumula millones de reproducciones en su nuevo programa en X (antiguo Twitter).
El conglomerado queda en manos del hijo mayor, Lachlan Murdoch, quien tiene gran conocimiento de la empresa, ya que lleva años en el puesto de CEO de Fox News. No se esperan grandes cambios, al menos ideológicos, en el devenir de la empresa: Lachlan comparte la misma visión conservadora de su padre. Después de una larga batalla con su hermano menor, James, Lachlan se convirtió en el heredero en 2019, después de que Fox vendiera su estudio de cine y otros activos por cable a Disney por 71.000 millones de dólares (casi 67.000 millones de euros).
A día de hoy, el imperio de los Murdoch es más pequeño, pero siguen en su poder activos periodísticos muy poderosos e influyentes a nivel internacional, como Fox News.
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