Cientos de miles de personas claman en España contra la amnistía a independentistas catalanes
Las protestas en España contra la ley de amnistía a los independentistas catalanes y el pacto entre el PSOE y Junts cambiaron este domingo de horario y de patrocinador principal. El Partido Popular fue el protagonismo oficial con la convocatoria de concentraciones al mediodía en las 52 capitales de provincia —con Madrid como plato fuerte, con 80.000 asistentes según la Delegación del Gobierno y casi un millón según el PP— con las que quiso demostrar que “España es un clamor” contra el presidente en funciones y candidato a la investidura del PSOE, Pedro Sánchez.
Vox, que auspició las manifestaciones al anochecer de los últimos 10 días, apoyó la convocatoria, pero anunció que al término de las reuniones marchará de nuevo hacia las sedes socialistas.
Cuando aún faltaba más de media hora para el arranque del acto, la Puerta del Sol ya estaba llena. De un lado, el árbol de navidad gigante, a medio montar por el Ayuntamiento. Del otro, la estatua ecuestre de Carlos III, déspota e ilustrado. En el medio, los concentrados, con banderas de España y de la UE, estas últimas con el membrete del PP, que ondeaban al ritmo de la música tropical que emanaba del equipo de sonido desplegado por la organización. El ambiente era en ese momento festivo y mucho menos caldeado que los de las manifestaciones de los últimos 10 días.
La alusión europeísta no fue banal, ya que los populares se esfuerzan ahora en mostrar que las movilizaciones de extrema derecha de aroma falangista de los últimos días no van con ellos, o al menos no hasta el punto de que la burocracia de Bruselas deba preocuparse.
La zona central de Sol estaba vallada, una medida de seguridad que también permitió controlar que las pancartas que captasen las cámaras tuvieran lemas compatibles con el acervo comunitario. El enfado con el presidente del Gobierno en funciones fue, en todo caso, muy notable. Un póster entre el grupo le da nuevo sentido a las siglas del PSOE: “Pedro Sánchez Odia España”.
“No han sido las urnas, ha sido la codicia”
Presentado como “el alcalde de alcaldes”, José Luis Martínez-Almeida, también subió al atril para insistir en que “España no se rinde” ante la “ambición de Pedro Sánchez y el golpismo de Carles Puigdemont”. “Somos más y somos mejores”, presumió, aunque luego recordó que “no hay españoles de primera y de segunda”. También defendió a Felipe VI, del que recordó su discurso del 3 de octubre de 2017. “¿Dónde está?”, gritó una voz del público.
Tras la intervención de Almeida, la presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso, acusó a Sánchez de querer llevar a España a un régimen dictatorial y de “totalitarismo”. “Sánchez ha decidido ser el poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial”, añadió la líder regional del PP., quien acusó al presidente en funciones de haber decidido “que nunca más va a haber una alternativa a lo que él y los suyos representan”, que “ha decidido dinamitar las reglas del juego” y que “no va a perder el poder, le cueste lo que le cueste a España”.
Alberto Núñez Feijóo, por su parte, protestó porque la investidura de Sánchez “es lo contrario de lo que votamos en las elecciones” y reiteró que el vencedor, al obtener mayor número de votos, es él, a pesar de que no sacó adelante su investidura: “No han sido las urnas, ha sido la codicia”. Feijóo insistió en que “no nos callaremos hasta hablar en unas elecciones”.
“El presidente del Gobierno siempre ha sido el que gana las elecciones, hasta Pedro Sánchez. A partir de ahí da igual perder o ganar”, reiteró Feijóo. “El futuro de España no puede ser una compraventa. Queremos democracia, igualdad, justicia y dignidad, eso es la presidencia del gobierno de España”, añadió el líder del PP.
Feijóo dio las gracias a los asistentes a todas las marchas convocadas por el PP en las capitales de provincia en lo que calificó de una jornada “histórica”. Nada más comenzar su intervención, agradeció la asistencia de los votantes del PP y de los que no votaron al PP: “Gracias a vosotros gané las elecciones y Pedro Sánchez perdió las elecciones”.
Concentraciones en otras capitales de provincia
Los dirigentes del PP también acudieron a esas concentraciones en distintas capitales de provincia, donde miles de personas se sumaron a las protestas, como las cerca de 6.000 en Barcelona, unas 25.000 en Valladolid o hasta 30.000 frente al Ayuntamiento de Sevilla.
En la capital catalana, dirigentes del PP, Ciudadanos y Vox, evitaron la fotografía conjunta situándose en lugares distintos de la plaza. Vox acudió a la protesta, convocada formalmente por la plataforma Cataluña Suma, con pancartas propias y ubicó un puesto de propaganda en la plaza, encabezado por su secretario general y líder en Catalunya, Ignacio Garriga. Los simpatizantes de Vox emprendieron una manifestación hacia la Delegación del Gobierno, a la que se sumaron buena parte de los asistentes.
En la capital andaluza, Banderas de España, Andalucía y Europa, y alguna de Vox, inundaban la plaza del Ayuntamiento desde antes del mediodía en el centro neurológico de la capital hispalense, con carteles de “España no se rinde”, “España en rojo e igualdad” y otros similares, y cánticos de “Puigdemont a prisión” (el más repetido), “No a la amnistía, huelga general” o “España unida jamás será vencida”.
En València, el PP reunió a varios miles de personas en una protesta a la que se sumaron líderes de Vox. Los insultos y descalificaciones a Sánchez y los gritos de “Puigdemont a prisión” marcaron la actitud de los asistentes a la protesta en València, que contó con el presidente de la Generalitat Valenciana, el popular Carlos Mazón, el vicepresidente y conseller de Cultura, Vicente Barrera, de Vox, la alcaldesa de Valencia, María José Català, y el eurodiputado Esteban González Pons, que tuvo que pedir a un grupo de ultraderecha que empezó a armar escándalo que se retirara.
En Valladolid, con cerca de 25.000 asistentes concentrados al grito de ‘Viva España’ y ‘Pedro Sánchez hijo de puta’, la protesta evolucionó en una manifestación hacia la sede del PSOE local, donde Vox convocó a las 13 horas. Esta semana las convocatorias frente a la sede socialista apenas reunieron a 200 personas, una cifra que se superará cuando lleguen los manifestantes, informa Alba Camazón.
La respuesta “serena y firme” del PP
El PP quiso apostar, según el manifiesto que hizo circular desde el sábado, por una “respuesta serena y firme” a lo que a su entender es el intento de Sánchez de “derrotar al Estado” al frente del movimiento independentista. La serenidad propuesta es consecuente con la crítica a los disturbios que se vinieron produciendo en las manifestaciones de los últimos 10 días, pero que los populares solo condenaron abiertamente a partir del miércoles.
El tono de la censura a Sánchez y al PSOE sigue siendo superlativo, por el contrario. Si la presidenta de la Comunidad de Madrid y del PP regional, Isabel Díaz Ayuso, calificó el pacto entre socialistas y Junts de “dictadura por la puerta de atrás”, la portavoz de los populares en el Congreso, Cuca Gamarra, afirmó que formar gobierno en estas circunstancias sería un “fraude electoral”, y el manifiesto insiste en que lo que el PSOE pretende es “destruir la democracia española”.
El PP buscó en Madrid una estampa de gran sostén popular, y quizás por ello eligió como escenario de la concentración la Puerta del Sol, una plaza de considerablemente menor superficie que la de Colón, que es donde vinieron culminando preferentemente en los últimos años las reuniones populares de las derechas. Además, en Sol el ayuntamiento está instalando un árbol de navidad gigante, lo que redujo considerablemente el espacio disponible.
Aunque aceptó ceder el protagonismo de la convocatoria al PP, Vox se resiste a desdibujarse en la protesta, y anunció que al término de las concentraciones sus dirigentes marcharán camino de las sedes socialistas de las 52 capitales porque “si el golpe lo da el PSOE, lo normal y lógico es manifestarse ante sus sedes”. En las manifestaciones de los últimos días tuvo un papel destacado la nueva organización juvenil Revuelta, vinculada al partido de extrema derecha.
Durante 10 días se produjeron disturbios puntuales y enfrentamientos con la policía, con la participación de organizaciones de inspiración fascista que han coreado consignas muy beligerantes, con insultos constantes a Sánchez e incluso a Felipe VI, trufadas de cánticos racistas y hostiles en general contra los “rojos”.
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