Elecciones en Corea del Sur: un 'Juego del Calamar' entre dos presidenciables populistas en empate técnico
Los candidatos favoritos, el fiscal conservador Yoon Suk-yeo y el empresario progresista (y oficialista) Lee Jae-myung, habían mantenido preferencias parejas de un 40% en las encuestas de intención de voto. Ahora los sondeos a boca de urna dan un empate técnico en el resultado de una elección presidencial que se resuelve en primera vuelta. Dos varones antagónicos en sus opciones ideológicas declaradas, aunque afines en sus estilos políticos en que reclaman uno y otro ser la voz del pueblo.
Con un electorado preocupado por la economía hogareña, el acceso al empleo y a la vivienda, con una grave crisis inmobiliaria en Seúl (donde los precios aumentaron 50% en este quinquenio), todo ha inducido a que a la campaña crispada se rigiera según las reglas del duelo, un combate individual, a matar o morir, entre los finalistas de un 'Juego del Calamar' y en los ojos y las pantallas de una audiencia de 52 millones, la población de Corea del Sur. El que gane sucederá en la presidencia al progresista Moon Jae-in. En Corea del Sur no hay reelección, pero la caducidad de las grandes esperanzas inspiradas por este abogado y militante por los DDHH había llegado mucho antes que el vencimiento de su mandato por cinco años y no renovable.
Con la mayor participación electoral desde 1997, los centros de votación dispuestos para las elecciones presidenciales cerraron hoy en Corea del Sur registrando el alto nivel de asistencia del 75,7%, lo que supone 3 puntos más que en los anteriores comicios de 2017. Los 14.464 centros de votación en todo el país abrieron sus puertas a las 6.00 de la mañana para cerrarlas a las 7.30 de la tarde. La última hora y media estuvo destinada a que votaran quienes padecían el contagio del coronavirus o estaban en cuarentena por el covid. En padrón electoral de 44 millones, un 36,93 % (unos 16 millones) ejerció el votó anticipado.
Guía mayor del voto ha sido el fracaso del actual presidente Moon para defender el empleo y el salario, para contener la inflación y la suba de los precios inmobiliarios, para reaccionar ante cómo se abría sin pausa la brecha de la desigualdad social.
El ganador de estos comicios tomará posesión el próximo 10 de mayo sustituyendo a Moon. Una victoria de Lee daría continuidad al progresismo en el gobierno y una de Yoon rompería por primera vez los ciclos de diez años de alternancia entre ambos bloques que se han sucedido desde que el país recobró la democracia en 1987.
Cinco años atrás, cuando Moon ganó la presidencia con una mayoría sólida, su figura promisoria había sido vista como la del elegido providencial que venía a salvar a la democracia surcoreana. Su triunfo y el aire de higiene, probidad, transparencia, que hizo correr en la política surcoreana, relucían tanto más limpios porque los suyos habían sido unos comicios convocados con anticipación. La decisión de voto, según los estudios electorales, sin embargo, se ha visto guiada por el balance final de todos los fracasos del presidente Moon. Fracaso para defender el empleo y el salario, fracaso para contener la inflación y la suba de los precios inmobiliarios. Entretanto, a lo largo del quinquenio presidencial, la brecha de la desigualdad social se ampliaba sin pausas, especialmente en la población joven.
La predecesora del actual presidente Moon, la conservadora Park Geun-hye, había sido destituida escandalosamente, acusada, y condenada, por corrupción y abuso de poder. El escándalo y la cárcel se llevaron también a uno de los herederos mayores de la empresa Samsung, buque insignia del almirantazgo empresarial del sur de la Península.
La traumática destitución de Park es un hecho que, para sus admiradores, partidarios y fanáticos, clama por venganza o represalia. En un giro inesperado de los acontecimientos, que acrecentó el coeficiente de violencia en la campaña, el candidato que en esta elección representa al partido conservador de Park es el fiscal Yoon, el que la acusó, hizo procesar, y envió a la cárcel. Si esto drenó un cierto caudal de votos de mujeres fuera de las filas conservadoras, a la vez atrajo, según los sondeos previos, un más voluminoso caudal del voto masculino veinteañero en su entusiasmo por el verdugo de la antigua líder del partido derechista por el que irían a votar por primera vez. Espectáculo de esta violencia vindicativa y reivindicatoria fue el acto de campaña donde un votante golpeó en la cabeza con un martillo a Song Young-gil, presidente del partido gobernante, el progresista Partido Democrático (PD).
La guerra de Ucrania también contribuyó a ahondar la grieta, con la juventud urbana demócrata progresista a favor de Kiev, y el realismo 'sucio' de la oposición conservadora evitando juzgar y menos condenar a Putin, el Kremlin y Moscú. Rusia tiene como aliada clave en esta encrucijada a China, país limítrofe y socio comercial clave de Surcorea. El fiscal Yoon no encuentra cargos que formular. Y como candidato presidencial conservador se burló del presidente Volodimir Zelenski posteando el emoticón, que después borró, de una naranja llorona -la fruta con el color de la revolución democrática ciudadana de 2014 en Ucrania
AGB
0