Un temporal provocó 45 muertos y más de 50 desaparecidos en San Pablo
La Costa Verde de San Pablo que posee bellísimas playas rodeadas de morros, con un mar celeste y calmo, sufrió este domingo la peor catástrofe de su historia. Villas y ciudades cubiertas por torrentes de agua barrosa, centenares de árboles caídos, sin electricidad, y sin barcos ni balsas para desplazarse entre islas, es la escena actual de una muy larga franja del litoral norte de este estado.
El número de brasileños fallecidos por las torrenciales lluvias en el litoral marítimo de San Pablo trepó a 45, en apenas un día. Los desaparecidos suman ya 50. Estas cifras son el resultado de las búsquedas que fueron retomadas esta mañana, a lo largo de más de 300 kilómetros de costa. En los lugares más afectados, como el municipio de San Sebastián comenzó a faltar agua y comida; según los turistas que aún permanecen en residencias alquiladas, una botella de agua llega a costar 93 reales (o sea, 18 dólares o 6.200 pesos). El gobierno de San Pablo logró recuperar un tramo de ruta que posibilita la salida de estos balnearios; pero según los testimonios, la enorme fila y los riesgos que se corren con los atascamientos originan un “escenario similar al de personas que huyen de una guerra”
Es tal la dimensión de este desequilibrio climático que el presidente Lula da Silva debió suspender su descanso del feriado de Carnaval en Bahía para estar presente en las áreas devastadas junto con el gobernador paulista Tarcisio de Freitas. El jefe de Estado ponderó: “Esta es una escena que no veíamos de ace tiempo. Hoy tenemos la presencia del Gobernador y del Gobierno nacional, junto a intendentes y varios ministros”. Luego señaló que “nuestra tarea ahora es reconstruir las casas que se perdieron”. Y al finalizar reiteró con énfasis: “Estamos todos juntos, pese a las diferencias políticas. Y sabemos que juntos tenemos mucha más fuerza para recuperar las ciudades. Ese es mi compromiso y el del gobierno federal”.
A lo largo de más de 300 kilómetros del litoral paulista, el volumen de lluvias superó todos los estándares: precipitaciones de 600 milímetros en apenas unas pocas horas, dejó una gigante área, de más de 300 kilómetros de extensión, sumergidas en el lodo. Los meteorólogos no tienen dudas: “Es un acontecimiento climático extremo”. Y advierten que el estado de San Pablo no registra, en su historia, un fenómeno de tamaña intensidad “aun cuando haya temporadas tormentosas”. Las cifras denuncian la dimensión del desastre: en Bertioga, una de las ciudades de la región, llovió 683 milímetros en menos de 24 horas, es decir el doble de la medida de lluvia de todo el mes de febrero, que es de 347 milímetros. La información procede del Cemaden (Centro Nacional de Monitoreo y Alertas de Desastres Naturales).
Dos días antes de ocurrir este evento siniestro, se habían emitido informes meteorológicos que indicaban fuertes precipitaciones de 200 milímetros en un día. Era preocupante por representar un riesgo; pero esos datos no acercaban a la magnitud de lo ocurrido. Los especialistas dijeron que el acontecimiento se debe a un choque de un frente de alta humedad y temperatura, procedente del Amazonas, con una corriente fría que procedía del sur del continente (es decir, de Argentina). Para los especialistas “son los cambios climáticos globales los que explican la mayor frecuencia y la intensidad inédita de estos fenómenos”.
Hasta ahora, hay 2.500 personas que debieron dejar sus casas y son abrigadas en escuelas y establecimientos disponibles para la protección. Pero hay un sinfín de turistas y habitantes de esa área que permanecen incomunicados. Por empezar, la famosa ruta del litoral marítimo que une la ciudad paulista de Santos con Río de Janeiro quedó inutilizada. Hay trechos de esa carretera con enorme agujeros en el asfalto, especialmente entre Mogi das Cruzes y Bertioga. Esto obstaculiza el rescate de turistas y habitantes de la región.
Uno de los afectados por la catástrofe, el publicitario Raúl Ferreira, contó que se puso en contacto, desde la casa que había alquilado en Guarujá, con la Policía Militar. Quería saber si debía permanecer en el lugar o abandonarlo. “La policía nos dijo que había muchos deslizamientos en la ruta de retorno hacia San Pablo. Y nos pidió que permaneciéramos en el lugar”. El gobernador Freitas se apresuró, la noche de este domingo, a pedir a los brasileños de las ciudades balnearias: “Quien está en un lugar seguro no debe salir. Las rutas están cortadas y hay riesgos”. Se sabe que muchos de los que buscaban pasar el Carnaval en esas bellas playas perdieron conexión con internet. Es el caso de quiénes estaban en Ilhabela, conocida como uno de los centros turísticos principales del litoral norte paulista. Y la ciudades de Bertioga y de Guarujá fueron declaradas zonas de desastre por presentar los escenarios más dramáticos dejados por la tormenta.
EG/MG
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