La UCR sueña con la resurrección, ante el repliegue macrista y el escándalo de Olivos
El radicalismo apuesta por la prescripción definitiva del 2001. Y cuenta con un objetivo todavía más ambicioso: que la resurrección partidaria incluya reconectar con la identidad socialdemócrata perdida en el camino. Una suerte de alfonsinismo antipopulista, a su vez alejado del discurso de Mauricio Macri. ¿Existirá un electorado capaz de darle volumen a ese ensayo? Si bien la dirigencia radical asegura que el paso al frente ya es irreversible y federal, su consolidación dependerá en gran parte de la suerte de un outsider: la de Facundo Manes.
La recuperación de la autoestima se basa en una combinación de situaciones. La performance errática del gobierno, con el Olivos-gate como ejemplo más reciente, alimenta los sueños del renacimiento y reinvención, dentro de un partido con 130 años de historia. Pandemia mediante, la presidencia de los Fernández no logra recuperar el tono épico y disruptivo del ciclo cristinista. “Los años felices” del relato de la vicepresidenta se vuelven cada día más nostalgiosos. Y la UCR busca capitalizar esa impotencia del oficialismo en beneficio propio. Incluso se muestra más combativo contra el Gobierno que el larretismo.
El diputado Mario Negri impulsó un pedido de juicio político contra el Presidente. Lo hizo a raíz de la difusión de la foto del cumpleaños de Fabiola Yáñez en la quinta de Olivos, en plena restricción pandémica. Sin chances de que prospere, la presentación busca desgastar la autoridad de Fernández. Facundo Manes y Martín Lousteau también metieron el dedo en la llaga del escándalo, mientras Horacio Rodríguez Larreta por el momento prefiere mantener un perfil bajo al respecto.
El gobernador jujeño Gerardo Morales resume así el cambio en el centro de gravedad de la coalición opositora. “Hasta hace poco tiempo los radicales inorgánicos iban corriendo a sacarse una foto con Horacio. Eso lo paramos”, explica Morales ante elDiarioAR. “Ahora antes de tirarse encima de Larreta nos piden permiso. Eso ya es muy importante”, concluye el gobernador radical.
Antes de que explotara el Olivos-gate, la experiencia decepcionante de Macri en el poder los había empujado a abrir el debate sobre el liderazgo dentro de Juntos por el Cambio. El hecho de haber sido el socio minoritario del macrismo de golpe se transformó en una oportunidad. Facilitó el operativo despegue del PRO.
Negri impulsó un pedido de juicio político contra el Presidente a raíz de la difusión de la foto del cumpleaños de Fabiola Yáñez en la quinta de Olivos, en plena restricción pandémica. La presentación busca desgastar la autoridad de Fernández.
Ahora la UCR se le anima al partido amarillo. Sobre 22 provincias en las que funciona JxC, habrá primarias en 17. La competencia, sin embargo, no encierra peligro de fractura. Porque los radicales no pretenden romper con el PRO, sino conducirlo.
Después de que Macri abandonara la Rosada, hubo otro mojón que le dio ímpetu a la UCR. Fue la triple elección de autoridades internas en Capital, Provincia y Córdoba, realizadas en marzo pasado. Entre las tres votaciones participaron más de 200 mil personas.
En Córdoba y Provincia se enfrentan dos sectores: la estructura del partido, apadrinada por el cordobés Mario Negri (jefe del interbloque de JxC) y el jujeño Morales, versus el retador Martín Lousteau. El economista apostó por su conocimiento y buena estrella para desafiar al aparato, que contaba con el aval de la mayoría de los intendentes bonaerenses y de Córdoba. No lo logró. Pero las internas fueron parejas y no dejaron a los perdedores fuera del mapa.
A fin de este año, se podría repetir la pulseada entre Lousteau y Morales. Ambos tienen ambiciones de ir por la presidencia nacional de la UCR. El gobernador ya lo decidió. Lousteau evalúa la posibilidad.
En Capital, la carrera fue mucho menos beligerante que en la Provincia y en Córdoba. Fue prácticamente una pelea simulada como las de Titanes en el Ring. Tanto el espacio de Enrique “Coti” Nosiglia como el de Daniel “Tano” Angelici apoyan a Lousteau. Sponsor del despliegue del economista, el nosiglismo es un factor de poder estable en la Ciudad. Negocia desde bambalinas y, de mínima, pretende que el senador sea el sucesor de Larreta en 2023.
Esa tribu tiene una alianza firme con el alcalde. La PASO entre Manes y Diego Santilli será una prueba de fuego para las ambiciones presidenciales de Larreta. Por eso el alcalde se suma a las recorridas de Santilli y puso la logística porteña al servicio del precandidato bonaerense.
“Una derrota de Santilli contra Manes alentaría a las figuras del radicalismo para la presidencia. Al propio Facundo, a Gerardo Morales, a Cornejo, a Lousteau”, afirma el senador y precandidato a diputado Julio Cobos ante elDiarioAR.
Con la tranquilidad de no ser candidato, Lousteau por ahora se saltea la Provincia y se enfoca en el resto del país. El martes viajará a Córdoba y, de ahí, rumbeará hacia Santa Fe. En ambas provincias compiten cuatro listas dentro de Juntos. Ante semejante dispersión, que incluye boletas híbridas de radicales y macristas, Lousteau realizará apoyos focalizados. En Córdoba respaldará al candidato a diputado Rodrigo De Loredo. Se trata de un concejal radical de la capital provincial que competirá contra la boleta de Mario Negri.
En Santa Fe, hará campaña junto a Maximiliano Pullaro, ex ministro de Seguridad durante la gestión de Miguel Lifschitz. Pullaro, cabeza de lista para entrar al Senado Nacional, entró en la diáspora del Frente Amplio Progresista hacia JxC en Santa Fe. Lo hizo de la mano de Lousteau. El senador le facilitó una puerta de ingreso ideológicamente amable hacia un espacio integrada por el PRO. Con Macri en la presidencia, ese salto hubiera sido imposible para los radicales progresistas del FAP. La semana siguiente, Lousteau visitará La Pampa, Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego.
La ilusión generalizada del radicalismo, sin embargo, choca contra una pregunta anticlimática: ¿y si Manes pierde por paliza contra Santilli? ¿Ese desenlace le pondría un tope al intento de resurrección alfonsinista?
Este sábado, Lousteau debutó en una recorrida porteña junto a María Eugenia Vidal. En la ciudad también se postula su principal apadrinado: economista Martín Tetaz. El tour bonaerense de espaldarazo a Manes está en agenda, pero sin fecha precisa ni apuro para concretarla.
“Nos refugiamos durante mucho tiempo en los radicalismos provinciales para sobrevivir. Ahora, con volumen en la Ciudad y en la Provincia, eso da consistencia de partido nacional pero además impacta en el entusiasmo del interior”, se agranda Ernesto Sanz.
En la Capital, Vidal competirá contra una boleta 100% radical. La motoriza una vieja guardia boina blanca: el diputado Facundo Suárez Lastra, el abogado Ricardo Gil Lavedra y el mítico Jesús Rodríguez. Su primer candidato a diputado es el exsecretario de Salud Adolfo Rubinstein. El espacio intenta construir una oferta socialdemócrata y pañuelo verde, para un votante progresista que no elija al peronismo.
La ilusión generalizada del radicalismo, sin embargo, choca contra una pregunta anticlimática: ¿y si Manes pierde por paliza contra Santilli? ¿Ese desenlace le pondría un tope al intento de resurrección alfonsinista? Las voces más optimistas afirman que el proceso no depende tanto de la suerte del neurocientista. Un dirigente retruca con maquiavelismo: “¿Y si después Santilli pierde por 10 puntos contra Victoria Tolosa Paz qué pasa?”.
AF
0