Fernández en la apertura del G20: el papa, los “inocentes” del FMI y una queja por la lista negra de vacunas
442 palabras, unos segundos menos que los tres minutos de reloj contemplados por la organización y dos quejas. Una, la repetida sobre el FMI; la otra por la “discriminación” sobre la movilidad según la vacuna que aplicó cada país.
Cuarto en la lista de oradores, Alberto Fernández hizo este sábado en la media mañana romana el primero de los tres discursos que tiene previsto en el G20. A las 10.45 ingresó en La Nuvola, el complejo hipercustodiado donde se desarrollan las disertaciones, donde lo recibió el primer ministro italiano, anfitrión de la cumbre, Mario Draghi.
El texto, que pasó por los filtros de Santiago Cafiero, la vicecanciller Cecilia Todesca Bocco, Gustavo Beliz y el embajador argentino en Washington, y sherpa del G20, Jorge Argüello, tuvo dos focos específicos.
Sobre la pandemia, pero en particular la distribución y el acceso a las vacunas contra el Covid-19, Fernández recordó que “casi el 80 % de las vacunas producidas se aplicaron en países de altos ingresos”. Observó, además, que “más del 60 % de la población de nuestra región aún no tiene completado su esquema de vacunación”.
“La vacuna aún no es un bien global. Ese triste panorama se patentiza cuando vemos que se restringe la movilidad de las personas según haya sido la vacuna a la que pudieron tener acceso”, cuestionó Fernández, en lo que pareció referirse a las limitaciones de circulación que tienen países, como Argentina, que aplicaron la Sputnik V, no autorizada, por ejemplo, para el ingreso a Europa.
Pero el tema más grueso, la principal obsesión de Fernández, la que asume que es clave para el relanzamiento de su gobierno, es la negociación con el FMI. En eso, con menos virulencia pero el mismo contenido, repitió el planteo político que hizo días atrás durante un acto en Morón por los 11 años de la muerte de Néstor Kirchner.
“El actual sistema, que prioriza a la especulación por sobre el desarrollo de los pueblos, debe cambiar”, apuntó Fernández y se refirió a la deuda que Argentina mantiene con el FMI.
“La deuda externa que mi gobierno heredó con el Fondo Monetario Internacional y que hoy estamos afrontando es un claro ejemplo de lo que está mal: única en la historia por su monto y por sus condiciones de repago, aprobada para favorecer a un gobierno en la coyuntura, acaba condenando a generaciones que miran impávidas el destino que le ha sido impuesto”, señaló.
“No hay inocentes en esa historia. Son tan responsables los que se endeudaron sin atender las ruinosas consecuencias sobrevinientes, como los que dieron esos recursos para financiar la fuga de divisas en una economía desquiciada”, dijo en una perdigonada doble: a Mauricio Macri, que recurrió de urgencia y con un acuerdo que de arranque parecía impagable, pero también al organismo que otorgó un crédito que se constató de índole política.
“Que nadie se confunda. No vengo a renegar del capitalismo. Vengo a alzar mi voz contra los que han sometido al capitalismo de la producción y el trabajo a la lógica de la especulación financiera. La ética social debe darle contenido a la economía. La ética social debe darle contenido a la economía”, aseguró Fernández y completó: El G20 debe involucrarse en esa tarea sabiendo que tanta injusticia social rodea nuestras vidas.
Fernández hizo una referencia al papa Francisco en su discurso. “La globalización iba a convertir al mundo en una 'Gran Aldea', la casa común de la que habla el Papa Francisco. Nacía la esperanza de una comunidad integrada y una convivencia pacífica. Los resultados fueron otros. La codicia de los poderosos condenó al olvido a millones de ”aldeanos“.
En la zona exclusiva para mandatarios, a la que ingresó junto a Cafiero, Argüello y el ministro de Economía Martín Guzmán, Fernández mantendrá una serie de bilaterales, la primera de ellas con Angela Merkel, la canciller alemana. En la foto de familia, que se demoró unos minutos, en los saludos de rigor, el presidente argentino tuvo un breve contacto con su par de EEUU, Joe Biden, con quien no está agendado una bilateral aunque hubo, en la previas, gestiones para que eso ocurra. EL mandatario argentino también se saludó con Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, el otro latinoamericano que participa de la cumbre.
PI/WC
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