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ENTREVISTA

Florencia de la V: “No me sorprendió lo que dijo el Presidente, sino el silencio de los demás políticos”

Harta, así está hoy Florencia de la V en medio de la avanzada homofobica. Pero no se rinde y este sábado volverá a marchar.

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Florencia de la V está harta. Dice que no puede volver a discutir lo mismo: “Repiten que solo hay dos géneros, entonces ¿yo qué soy? ¿Un holograma? Yo existo y antes de mí hubo otras”. Dice que cuenta hasta 10 porque no quiere responder desde el enojo. “Soy muy consciente de que el objetivo es lastimarnos para que saltemos, buscan el choque”, explica. Ella no quiere hacer lo que esperan que ella haga. Vio el discurso de Javier Milei en el Foro Económico Mundial en Davos desde la casa que comparte con su marido y sus hijos mellizos de 13 años. Escuchó al Presidente relacionar diversidad y abuso sexual infantil. “Tomó un caso aberrante pero está comprobado que los abusos intrafamiliares en general son de personas heterosexuales hacia sus propios hijos e hijas. Ahí te das cuenta de la mala fe del ejemplo”, asegura. Dice que se dio cuenta también de que no se puede discutir: “No te podés poner a argumentar porque está todo sostenido sobre falacias, es imposible discutir con necios”. 

—¿Qué se hace si no se puede discutir? 

—Y bueno, se sale a la calle. 

Florencia de la V va a participar este sábado de la marcha federal entre el Congreso y Plaza de Mayo. Durante la semana compartió los flyers de convocatoria en su instagram: antifascista, antiracista, LGBTIQ+. 

—Tenemos que destacar que fueron las pendejas y las maricas jóvenes las que propusieron esto. Nos están enseñando. Dijeron “¿Cómo nos vamos a bancar que este tipo nos esté diciendo pedófilos?”. Y mirá lo que se armó.

Desde La Libertad Avanza salieron a decir que el discurso de Milei hablaba de un caso puntual… 

—Desde que tengo uso de razón no había visto un presidente con intérpretes. Salen a decir que no dijo lo que dijo. No entendimos mal. 

¿Te sorprendió que Milei hablara de este tema en el contexto de un foro económico?

—¿Por qué no habló de los supuestos logros económicos? Pero a mí no me sorprendió lo que dijo él sino el silencio de los demás políticos y políticas. Pasaban las horas y no veía que nadie dijera nada. ¿Cuánto hace que estábamos todos juntos diciendo #NiUnaMenos? Todo el Congreso pronunciándose a favor de las mujeres, pero ahora dicen que van a sacar la figura de femicidio y no dicen nada. ¿Qué sucedió? ¿Por supuestamente estar económicamente bien vamos a tirar por la borda 40 años de democracia y derechos conquistados? Nos mienten cuando se suben a una causa, lo hacen porque está de moda o en ese momento les sirve y ahora se dan vuelta. Son de frágiles convicciones los políticos y cada vez es más evidente. 

¿Te decepcionó la oposición? ¿Que no hubiera un posicionamiento inmediato más claro? 

—Vengo decepcionada hace mucho con la oposición porque existe, pero ¿dónde están? Peleándose entre ellos. Por algo la gente eligió esto, ¿no? A mí me tiene bastante defraudada, por eso me enoja pensar que tengamos que volver a discutir cosas que ya hemos discutido.

—Este señalamiento de las identidades trans es parte de un fenómeno global, no está pasando solamente en Argentina. 

—Acá lo que no se bancan es la ley de Identidad de Género. Ellos no lo pueden creer, no pueden digerir que yo pueda decidir percibirme mujer. Es algo que no los debe dejar dormir, porque no lo pueden superar. Vienen los trolls y me dicen “Hacelo con la tuya, yo no quiero pagar tu tratamiento de hormonas”. Ponele que eso se lo puede discutir, pero no les molesta que hayan bajado los impuestos a los autos de alta gama, que todos los impuestos que han bajado sean para la gente más pudiente. 

—¿Creés que pueden ir contra la ley de Identidad de Género?

Nuestras leyes son muy jóvenes.  No creo que sea fácil, pero yo creo que están dispuestos a todo. Todo lo que decían “no lo va a hacer”, lo hizo. Y cosas peores. Disfrutan de la crueldad.

La gente quizás no tiene empatía con los putos, pero ¿y los viejos?. Gobiernan para la minoría. Pero nadie se lo plantea

—¿A qué cosas peores te referís?

Todos los recortes que hubo a los jubilados, eso ya me parece un montón. Porque la gente quizás no tiene empatía con los putos, pero ¿y los viejos?. Gobiernan para la minoría. Pero nadie se lo plantea. Y ya sé que me van a decir ensobrada. Si me pronuncio, ya dicen que soy K y yo siempre trabajé en el ámbito privado. 

Vivas nos queremos

El 9 de diciembre Florencia se despidió de la conducción de Intrusos. Había acordado su participación durante 2025, pero la llegada de Juan Cruz Ávila como CEO de la señal televisiva modificó la decisión previa sobre su continuidad, en línea con un diseño de programación que se anticipa como un giro oficialista en los canales de América. La conductora puso de manifiesto su decepción por el final abrupto. Todavía al aire, hizo críticas al Gobierno y se despidió con una frase que tendría repercusiones: “Creo en un país libre de verdad. Viva la diferencia, vivan los putos, vivan las travas y viva Perón”. 

—Alguna gente se sorprendió por el último viva. ¿Sos peronista?

Yo me crié en una casa peronista. Obviamente tengo mucha más simpatía por los gobiernos populares. Lo que me hizo acercarme al peronismo fue el odio al negro, ver como reaccionan a todo lo que ellos llaman privilegio. Quieren que la gente trabaje 15 horas, que la gente no se tome vacaciones, que el negro no disfrute. 

Lo que me hizo acercarme al peronismo fue el odio al negro, ver como reaccionan a todo lo que ellos llaman privilegio. Quieren que la gente trabaje 15 horas, que la gente no se tome vacaciones, que el negro no disfrute

—¿Qué pasó cuando se apagó la cámara, después de todo lo que dijiste?

Claro, pero ¿por qué lo dije? Por eso, porque tenía que ver con todo… ¿Por qué no estaba más? 

—¿Por qué no estás más? 

Por todo lo que yo represento. No son mis opiniones, no es lo que yo pueda llegar a decir. Tiene que ver con mi identidad trava. No pueden creer que haya una travesti, orgullosa en televisión. Feliz con familia, marido, con todo. No es algo que ellos quisieran que esté representado diariamente. 

—¿Pero sabés si hubo un pedido en tu contra o fue una decisión del canal?

Es que hoy por hoy, si vos querés pertenecer, si querés formar parte de ese universo, tenés que bajarte los pantalones. Hay gente que decide bajárselos. 

—¿Lo esperabas? 

—Nunca. Porque además me dijeron “Nos encanta tu trabajo, lo haces muy bien, está súper vendida la publicidad, el rating es insuperable”. ¿Entendés? No hay un motivo. Igual no me importa. Agarré mi cartera y me fui. Nosotras somos bastante despegadas. Yo ya perdí todo, entonces ahora gano.

—¿Qué quiere decir “Ya perdí todo”? 

—Todo. A mí me echaron de mi casa siendo chica. Cuando vos perdés el vínculo con tu familia, con tu papá. ¿Después de eso qué hay? Nada. Ya perdiste todo, ya no se puede ir más abajo. A partir de ahí fue sobrevivir, crecer. Entonces esto es trabajo, no es más que eso. Yo sigo teniendo a mi marido, a mis hijos, tengo mi vida. Me voy, pero la gente en la calle me dice que me extraña. Familias eh. Ayer en el shopping, un marido con la esposa y los hijos… El otro día hablaba con mi amiga Isha Escribano y me decía: “Tan mal no le hacemos al mundo”. Aunque nos quieran hacer ver como monstruos y asocien palabras negativas a nuestras identidades, la gente tampoco es tan boluda. 

En nombre propio

Debutó como actriz en 1996, el mismo año que en la Ciudad de Buenos Aires se derogaron los edictos policiales que permitían detener personas por ir vestidas con ropa “del sexo contrario”. Como podía, Florencia había empezado su transición tres años antes. “Salía a la calle y no sabía si volvía a mi casa. Era así, pasaba por al lado de un policía y miraba para abajo. Era todo el tiempo, quizás tomar un taxi y hundirte en el asiento para esconderte”, recuerda. 

Y de pronto, la fama. 

—Mi construcción de identidad fue casi simultánea con mi trabajo. Era muy chica, sin información y expuesta a la opinión pública. Fue muy fuerte para mí atravesar todo eso, estaba sometida a entrevistas que eran extremadamente violentas, pero yo aprendí a sortearlas. Veía a Lohana Berkins o a Diana Sacayán en las marchas del Orgullo y me gustaba escucharlas hablar de una Argentina diferente, de derechos. Pero en ese momento yo no me sentía capacitada. 

¿Te acordás de las primeras marchas a las que fuiste?

—Claro. Fui por primera vez en el '95. No era como ahora. ¡Y yo era muy chica! 

Florencia tuvo el DNI con su nombre incluso antes de la sanción de la ley de Identidad de Género en 2012. A ella le fue otorgado en diciembre de 2010, unos cinco meses después de la sanción del Matrimonio Igualitario. La Federación Argentina LGBT la había buscado para proponerle presentar un amparo judicial que reconociera su derecho a la identidad como gesto de militancia y visibilización en reclamo de una ley nacional. Desde entonces es legalmente Florencia Trinidad.

—Es un camino largo. Y sigue, porque la deconstrucción no es solamente para las personas cis, la deconstrucción es para nosotras también. Cuando yo empecé, si vos no te ponías tetas, no eras considerada travesti. Eras como incompleta, como un loco. Entonces yo me terminé operando como cinco o seis veces las lolas. Porque se me encapsularon, después eran demasiado grandes. Y ahora pienso que no sé si me hubiera querido operar al principio. Hoy me abrazo como soy. 

Has cambiado la manera en la que hablás de vos misma. Ahora parecés más cómoda con el término travesti. 

—Esto lo hablamos con las chicas eh, era una discusión que teníamos en su momento. Algunas no querían un documento que diga “mujer” para mantener la identidad travesti. Es una discusión más grande y en el momento se tomó “mujer” para comprender a todas las feminidades. Pasa que yo después dije que era mujer y argentina y se agarraron de eso…

Se refiere a un discurso que dio en su programa “La Pelu”, que se emitía en 2013 por Telefe. En medio de una escalada de agresiones por su identidad, la conductora se sacó el maquillaje en vivo y habló a cámara pidiendo respeto por su dignidad. 

—Sentí la necesidad de hablar porque todos lo tomaban como una pelea mediática y a mí me estaban violentando. Yo ya había empezado a tomar consciencia. Y no era la misma que había debutado, estaba consolidada, llenaba teatros. 

—¿Ahí empezás a animarte a pronunciarte más políticamente?

—Lo que pasa que yo no hay mucho que le pueda dejar a mis hijos y lo que quiero es que ellos sientan orgullo de su madre.

No hay mucho que le pueda dejar a mis hijos y lo que quiero es que ellos sientan orgullo de su madre

Orgullo y prejuicios

La madre de Florencia se llamaba Sabina Baez y murió cuando ella tenía dos años. La familia guardó en secreto las circunstancias de esa muerte prematura, pero en 2018 la conductora decidió contarlo: fue producto de un aborto clandestino. La invitaron a exponer en las audiencias previas al debate legislativo por la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en el Congreso. Fue y dijo: “El Estado debería brindar lugares seguros para que no muera ni una más”. 

Le cuesta fijar una fecha. Pudo ser acá. Pudo ser cuando le entregaron el DNI o incluso antes, en 2008, cuando sin ley ni derecho organizó una “boda simbólica” a la que fue con el tradicional vestido blanco. Es difícil saber cuándo porque fue paulatino, con contradicciones y oleadas en las que Florencia fue tomando una voz pública política. El último punto de inflexión, asegura, fue la pandemia. 

Igual que ahora, estaba sin trabajo. La cuarentena había terminado abruptamente la temporada teatral. Como todos, estaba aislada. Y se quedó en su casa, leyendo. Empezó por Paul Preciado y “Un apartamento en Urano”. Leyó: “No soy un hombre. No soy una mujer. No soy heterosexual. No soy homosexual. No soy tampoco bisexual. Soy un disidente del sistema sexo-género. Soy la multiplicidad del cosmos encerrada en un régimen epistemológico y político binario, gritando delante de ustedes”. 

—A partir de ahí fui por todos los autores y autoras que mencionaban en los libros que tenían que ver con género, empecé a leer a Judith Butler. Me empecé a dar cuenta de que el ambiente en el que yo me había criado no era el mismo que el que estaba transitando ahora.

Putos fachos hubo siempre. Cada uno habla desde su realidad. Si yo hablara desde la mía, no tendría que opinar. Tuve suerte, tengo una vida increíble y hablo desde un lugar de absoluto privilegio, pero yo no puedo desconocer la realidad de lo que le pasa a mis compañeras

¿Qué pensás de los gays que defienden a Milei incluso ante estos últimos dichos?

—Putos fachos hubo siempre. Cada uno habla desde su realidad. Si yo hablara desde la mía, no tendría que opinar. Tuve suerte, tengo una vida increíble y hablo desde un lugar de absoluto privilegio, pero yo no puedo desconocer la realidad de lo que le pasa a mis compañeras o lo que siguen viviendo las infancias. 

—¿Las infancias trans, decís?

—Claro. Ojalá a mí me hubieran cuidado, me hubieran abrazado. Si nosotras, con todo lo que nos negaron, hemos llegado hasta acá, imaginate con infancias cuidadas, con Educación Sexual Integral que muestre que hay un mundo más allá del binarismo. Porque la ESI no contagia homosexualidad a nadie. Sí habla de que hay una diversidad humana enorme. 

¿Desde cuándo tenés conciencia de ser trans?

—Desde que fui al jardín, desde siempre. Cuando era chica creía que había nacido en un cuerpo equivocado, que era una nena y que en algún momento me iba a transformar. 

¿Qué creías que se iba a transformar? ¿Tu cabeza o tu cuerpo? 

—¡El cuerpo! No tuve herramientas, no tuve contención. Yo no quiero que a las infancias les pase lo que me pasó a mí. No quiero que crean que no hay una salida, que no hay un mundo hermoso esperándolos.

Las travas, los putos, las disidencias estamos en todas y después siempre estamos solos

Respeto 

A la marcha va a ir con amigas. “Voy a estar ahí como estuve en todas, el año pasado no falté a ninguna marcha. Las travas, los putos, las disidencias estamos en todas –y esto es algo que dice Florence Guimaraes– y después siempre estamos solos. Entonces si van a acompañarnos, está buenísimo lo que va a suceder”, asegura. 

Florencia repite la palabra “respeto” cuando habla de su colectivo. Los libertarios repiten la letanía sobre el “respeto irrestricto por el proyecto de vida del prójimo”, una contradicción cada vez más manifiesta. “El planteo es ‘que ellos hagan lo que quieran en su casa’. ¿Cómo lo tenemos que interpretar? ¿Tengo que estudiar, trabajar, vivir entre cuatro paredes para que no me vean? Otra vez tenemos que decir que podemos andar en la calle aunque les moleste nuestra imagen. ¿Esto no lo habíamos discutido ya? ¿Por qué tenemos que hacerlo otra vez? Me molesta”. Florencia de la V está harta. Pero no se rinde. 

MA/MG

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