Kicillof se apoya en el Movimiento Evita para construir su candidatura nacional
Axel Kicillof avanza con su estrategia de cruzar los límites bonaerenses para encabezar una “alternativa” nacional al gobierno de Javier Milei. En el último tiempo, el gobernador se acercó al Movimiento Evita, una organización con representación en todo el país, que podría convertirse en el brazo territorial para impulsar su candidatura.
El último martes, Kicillof compartió un almuerzo en Moreno con la cúpula de la agrupación de Emilio Pérsico. El encuentro tuvo una particularidad: además de los dirigentes bonaerenses encabezados por la anfitriona Mariel Fernández, se buscó la presencia de la Mesa Ejecutiva Nacional, para darle un “carácter federal”. Participaron el santafesino Eduardo Toniolli (región centro), Silvia Horne (Patagonia), Carlos “Cacho” Luna y Johanna Duarte (región NOA y NEA), entre otros.
“A Axel le interesaba mostrar un encuentro federal. Es un mensaje a Milei y también es un mensaje a la interna, una demostración de que tiene con qué armar”, dijo a elDiarioAR un dirigente que participó de la cumbre que se extendió durante tres horas y en la que se esquivó el tema que desde hace tiempo monopoliza las reuniones del peronismo bonaerense: la guerra fría entre el gobernador y el referente de La Cámpora, Máximo Kirchner.
Luego de su experiencia fallida como brazo territorial del gobierno de Alberto Fernández, en el Evita son cautos en sus declaraciones No ocultan una cercanía con Kicillof, e incluso algunos de sus dirigentes se sumaron al gobierno bonaerense, como Gildo Onorato, presidente del Instituto Provincial de Asociativismo y Cooperativismo (IPAC). Pese a eso, ensayan un “equilibrio” que evite dejarlos como “rehenes” de la interna con La Cámpora. Por eso destacan el diálogo fluido que lograron en esta etapa con Cristina Kirchner y preparan un próximo encuentro con Máximo, que aún no tiene fecha definida pero sí el objetivo de balancear la última foto con Kicillof.
La premisa que repiten desde varios sectores es la de no jugársela antes de tiempo en una interna que los excede. “Ellos van a terminar arreglando, y nosotros no queremos quedar atrapados en diferencias que no tienen nada que ver con nuestro trabajo diario. Hoy no suman ni resuelven nada las disputas de palacio. Ahí no nos van a encontrar”, dijo a elDiarioAR uno de los principales dirigentes de la organización. Criticó, de igual modo, la postura de algunos intendentes de La Cámpora y la de su par de Avellaneda, Jorge Ferraresi, activo constructor de la candidatura de Kicillof: “Él hace su propio juego y algunos pensamos que eso a Axel ahora no le suma, al contrario, lo daña”.
“Nosotros necesitamos al peronismo de la Provincia unido bancando al gobierno de Kicillof, no nos sirve el internismo. Lo importante es poder reconstruirnos y generar una propuesta alternativa que devuelva la esperanza”, insistió.
La confrontación con Milei
Frente a la primera plana del Evita, acompañado por sus ministros de Infraestructura, Gabriel Katopodis, y de Trabajo, Walter Correa, Kicillof describió el escenario económico y los desafíos de la Provincia. Casi toda la jornada giró en torno a las políticas de Milei y cómo convertirse en la “contracara” del ajuste. El gobernador se llevó el compromiso de que la agrupación defenderá a su gestión frente a los embates del Presidente. Además del respaldo, el Evita le servirá como termómetro de lo que pasa en los barrios y al interior del país.
“La idea es poder dar respuestas desde la gestión a los perjudicados por Milei”, explicó Gildo Onorato a elDiarioAR. En ese sentido, detalló que los encuentros de Kicillof con el santafesino Maximiliano Pullaro (UCR) y el chubutense Ignacio Torres (PRO) fueron más que una foto de gestión, porque detrás de ellos hay una búsqueda de articulación en distintos niveles.
“Para reconstruir una propuesta popular y federal estamos trabajando con organizaciones de cooperativismo en todo el país, sobre todo en la región núcleo. Estamos en diálogo permanente con Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba. Pensamos una agenda federal para defender a los distintos sectores ante la ausencia del gobierno”, sumó.
Renovación y reconciliación
Durante el gobierno de Alberto Fernández, hubo un sector del Evita más crítico al “seguidismo”, que planteaban que los dirigentes más importantes debían dejar sus puestos en la gestión. Pérsico fue muy cercano al expresidente, aunque empezó a marcar críticas hacia el final del mandato.
Mientras que Fernando “Chino” Navarro, que también ocupó un cargo durante la gestión de Alberto, se alejó de la conducción del Evita, Pérsico quedó al frente pero hoy dicen que está “ayudando a un proceso de renovación” que tendrá entre sus protagonistas a la intendenta Mariel Fernández, Toniolli, Onorato y otros dirigentes como el diputado Leonardo Grosso.
Pese a las tensiones históricas, el Evita y La Cámpora hoy mantienen una relación más cordial. Ese vínculo empezó a darse durante los meses más complejos de la gestión de Alberto. En simultáneo con sus cuestionamientos al Presidente, Pérsico se acercó a Cristina y desde entonces se restableció el diálogo.
Máximo, pese a que en los últimos meses no se esforzó en ocultar las tensiones con el gobernador bonaerense, también busca dar una imagen de apertura y en su mesa chica hablan de que está dispuesto a recomponer relaciones con dirigentes que tomaron distancia. Una muestra de eso fue su reunión con Guillermo Moreno, paso previo a la cumbre de economistas que armó el exsecretario de Comercio, legitimada por todos los sectores internos al haber mandado a sus representantes.
Pese a no haber resuelto sus conflictos de fondo, Kicillof y Máximo ensayan una tregua desde el 1ro de julio, cuando compartieron el acto por 50° aniversario de la muerte de Juan Domingo Perón. Ahora, una nueva efeméride llevará al gobernador al conurbano: ya confirmó su presencia en la “Marcha de Antorchas” el próximo 26 de julio en Moreno, donde junto a la intendenta Fernández y la cúpula de la organización de Pérsico rendirán homenaje a Eva Perón en un nuevo aniversario de su fallecimiento.
LA/MG
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