El lado B de Vaca Muerta: desigualdad, poblaciones sin gas, sin agua, precios por las nubes, sismos y contaminación
Están parados sobre la mayor reserva de gas no convencional del país, la segunda más importante del mundo, y la boca del gasoducto Néstor Kirchner, pero a sus casas el gas nunca llegó. Este invierno, los habitantes del suelo que se extiende sobre Vaca Muerta se calentarán nuevamente con garrafas y leña, si tienen suerte; los más pobres entre los pobres quemarán basura y zapatillas para cocinar y pasar menos frío. No pueden evitar decir que algo no cierra.
Las contradicciones de Vaca Muerta, también la cuarta reserva de petróleo no convencional en el mundo, le suman un capítulo a la histórica paradoja argentina, la del granero del mundo donde la gente pasa hambre.
Durante tres días, elDiarioAR recorrió esta zona de la provincia de Neuquén, donde conviven la extracción de gas y petróleo convencional con las plantas de fracking para la extracción de recursos no convencionales; donde subyace la “promesa de salvación” de la crisis económica, la necesidad de reservas en el Banco Central, la soberanía energética y el gas que abastece a Buenos Aires, pero más del 38% de la población es pobre.
Sobre Vaca Muerta, la inflación tiene su propia inflación extra y los alimentos y alquileres tienen “precio petrolero” para todos. Aquí el progreso trajo prostitución; algunos prosperaron económicamente y otros quedaron atrapados en la niebla. Aquí los desechos petroleros contaminantes forman montañas a 11 kilómetros del centro de la ciudad capital y las autoridades no quieren hablar de daños al medioambiente. Aquí la tierra comenzó a temblar en 2015 y se rajaron las casas de un pueblo entero.
El viaje a Vaca Muerta fue organizado por Periodistas por el Plantea, Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) y el Observatorio Petrolero Sur (Opsur), y financiado por Earthworks, una organización ambientalista de Estados Unidos que milita contra la contaminación provocada por la industria de hidrocarburos y la minería.
elDiarioAR consultó y dialogó con vecinos, trabajadores sociales y de la salud, investigadores, académicos, dirigentes de la oposición, del pueblo mapuche y vecinales, puesteros, comerciantes, ambientalistas, autoridades de la provincia y voceros de cuatro de las petroleras que operan en los territorios recorridos. Esta es la primera entrega de la otra cara de Vaca Muerta.
En el oeste de la ciudad de Neuquén, se ubican los barrios más carenciados de la capital provincial. La sala de atención primaria de uno de ellos no tiene gasas, ni dentista, ni pediatra -y la mayoría de los pacientes son niños-, pero a pocos metros las cigüeñas extraen petróleo convencional.
En este barrio del oeste, la población es de unos 2.000 habitantes. Las principales afecciones por la que los vecinos consultan son las respiratorias, debido a que se calefaccionan a leña o incluso queman basura o zapatillas viejas, afirmó una de las trabajadores de la salud en este rincón de la capital de la provincia.
La gobernación, a cargo de Omar Gutiérrez, entrega garrafas sociales dos veces a la semana, pero no alcanza para todos, aseguró la trabajadora, quien pidió reserva de identidad. En el comedor del barrio ya no hay cupo. Abundan las consultas y pedidos de ayuda por casos de violencia doméstica y de género, y “consumos problemáticos” en varones, explicó.
Las familias son numerosas y no tienen trabajo estable, viven de changas de albañilería o microemprendimientos. Muchos llegaron desde otras provincias y otros países, como Colombia y República Dominicana, con el objetivo puesto en conseguir trabajo en torno a Vaca Muerta y el boom del fracking que comenzó hace una década en una provincia históricamente petrolera. “Vienen a buscar una mejor oportunidad y no la encuentran. Luego, los alquileres son carísimos y no tienen cómo pagarlos. Sin trabajo ni vivienda, terminan en la precariedad”, aseguró la trabajadora de la salud. “Es un escenario que se repite en cada barrio de la zona oeste de la ciudad”, agregó.
En abril último, el partido del gobernador Gutiérrez, el Movimiento Popular Neuquino (MPN), perdió las elecciones en la provincia por primera vez en más de 60 años. Su sucesor será Rolando Figueroa, del frente Neuquinizate, ex integrante del partido gobernante.
elDiarioAR intentó consultar al gobierno provincial y al futuro gobernador sobre las problemáticas de Vaca Muerta pero sólo recibió respuestas parciales o nulas.
Los sin gas
A unos 104 kilómetros al noroeste de la ciudad capital, se encuentra la localidad de Añelo, un pueblo convertido a la fuerza en la sede de Vaca Muerta. En 2001, Añelo tenía unos 1.700 habitantes. Actualmente rondan los 9.000, pero los vecinos denuncian que la infraestructura nunca se adecuó y los beneficios de albergar a los trabajadores y ejecutivos de una treintena de petroleras llegaron para unos pocos. Chevrón, YPF, Shell, Pluspetrol, Total son sólo algunas de las empresas que operan en Vaca Muerta.
El resultado del crecimiento fue el colapso, aseguró Luis Castillo, vecino del barrio La Meseta, donde se asentaron los recién llegados hace una década, cuando el pueblo empezó a quedar chico.
“Los hoteles colapsan los desagües cloacales, que llegan hasta la ruta, ¿los ven?”, preguntó Castillo desde una formación rocosa donde se instaló el barrio y desde donde se puede ver Añelo desde arriba. Castillo llegó a Añelo desde la Cordillera hace nueve años en busca de prosperidad económica. Actualmente es chofer de pasajeros. Sus principales reclamos son la falta de gas y de agua en La Meseta.
“En lo que respecta a gas, la Argentina podría autoabastecerse”, afirma la petrolera estatal YPF en su sitio web. “Nuestro país podría convertirse rápidamente en un exportador de gas en firme a la región, especialmente a Chile y Brasil y en un paso posterior, en exportador al mundo con una planta de GNL”. Pero en La Meseta de Añelo, donde las reservas están debajo de sus pies, sólo el 35% tiene conexión de gas natural, aseguró Castillo.
El boom de Vaca Muerta se convirtió en una falsa promesa para muchos de estos casi 9.000 habitantes. Esperaban mucho más. La llegada de los petroleros encarece alquileres y precios. Un monoambiente ronda los $150.000 mensuales pero no todos ganan como los empleados de las petroleras. Una habitación con baño compartido ronda los $80.000.
Aún así, Añelo sigue siendo una mejor opción que volver a casa, dijo Castillo.
En el centro de Añelo, la dueña de la principal panadería llegó hace dos décadas, montó una confitería y una birrería. Su experiencia en Añelo, aseguró, es puro éxito. Llegó en el momento justo. Dice que le fue tan bien que “fundió” a la competencia porque no había lugar para dos panaderías en el pueblo.
En Neuquén, alrededor del 60% del presupuesto viene de los aportes de las petroleras, explicó Fernando Cabrera Christiansen, del Observatorio Petrolero Sur (Opsur). En términos generales, el 30% de estos aportes provienen de las regalías y el otro 30% del pago de impuesto a los ingresos brutos, que en la provincia lo aportan fundamentalmente las petroleras. ¿En qué se invierte ese dinero? En salarios estatales, responde.
“El fracking necesita mucha más mano de obra que el petróleo convencional y emplea a unas 22.000 personas de manera directa en Neuquén y Río Negro, a lo que hay que agregar a empleados de la Uocra y del comercio local ante el boom de Añelo”, afirmó el periodista especializado.
En La Meseta, Castillo tiene un comedor los fines de semana junto a otros vecinos. “Preparamos 180 viandas sábado y otras 180 para domingo”, dijo. “Vaca Muerta hubiera servido si le hubiesen dado a Añelo lo que es de Añelo, como el gas. En invierno, pago entre 60.000 y 70.000 pesos de luz por mes. Estamos programando cortes de ruta para las próximas semanas. Nos dijeron que en diciembre iban a sacar un brazo del gasoducto Néstor Kirchner para 180 familias del barrio y nunca llegó”, afirmó.
Los sin agua
“Vaca Muerta no es un yacimiento, es una formación sedimentaria depositada en un mar de edad jurásica, en la Cuenca Neuquina”, explica el sitio web del Gobierno. En esta zona de la Cuenca Neuquina, las grandes reservas de gas y petróleo no pueden extraerse con el simple bombeo de las cigüeñas y requieren una técnica mucho más invasiva: el fracking o fractura hidráulica. Consiste en la inyección de millones de litros de agua, arena y aditivos químicos a alta presión en la roca del sedimento. Al inyectar estos materiales se generan nuevas fracturas en la roca y se amplían las ya existentes. Eso permite finalmente la extracción del gas y el petróleo.
La cantidad de agua del Neuquén y otros ríos requerida por las petroleras es otro de los puntos conflictivos de Vaca Muerta, especialmente debido a la sequía que afecta desde hace una década a la provincia. “Un pozo al que están fracturando recibe en promedio 90.000.000 litros de agua y 15.000 toneladas de arena, más un cóctel de 30 o 40 químicos”, explicó el geógrafo Javier Grosso, investigador de la Universidad Nacional del Comahue.
El agua también es motivo de conflicto por el precio del canon que las empresas pagan por ella y por las denuncias de presunta contaminación, el “flowback”: el agua con químicos y restos de hidrocarburos que deja el fracking tras la fractura.
El tratamiento de estas aguas está a cargo de empresas privadas pero desde legisladores locales, como el diputado Andrés Blanco (Frente de Izquierda y de Trabajadores, FIT), hasta el Opsur y abogados ambientalistas han alertado sobre las consecuencias en el agua que toman y del aire que respiran los neuquinos. elDiarioAR solicitó consultar a la autoridad ambiental de la provincia por estas denuncias, hasta el momento, sin éxito.
En Neuquén, los datos oficiales sostenían en 2021 que esa cantidad no es excesiva comparada con otras industrias de la provincia, como la fruticultura y que “de llegar a consumir los máximos niveles permitidos en todas las empresas a la vez, se captaría entre el 12,8 y el 0,16% del caudal de los ríos de la zona”, publicó el diario Río Negro.
YPF, por ejemplo, afirma que gestiona el agua “con un enfoque integral centrado en la sustentabilidad del recurso” y que toma en cuenta “su uso compartido con las comunidades aledañas, la eficiencia en su consumo y la adecuada gestión de los efluentes generados”. La petrolera de bandera argentina asegura que utiliza la herramienta Acueduct para identificar “los puntos de captación y vertido que se encuentran en las cuencas con estrés hídrico” durante la sequía.
Sin embargo, en Añelo y los pueblos de alrededores, el acceso al agua sigue siendo un punto conflictivo. Los vecinos ya se acostumbraron a las inmensas mangueras llamadas “anacondas” que extraen el agua directamente del río hacia las plantas de fracking.
En el barrio La Meseta, ubicado sobre una formación rocosa en Añelo, Castillo aseguró que pasan semanas sin agua a pesar de que tienen una planta. El problema es que no hay presión suficiente para todos.
Después de las 6 de la tarde, el pueblo se llena de hombres con ropa de petroleros y ejecutivos de las empresas, caminando, bajando y subiendo de vehículos privados. Terminan su jornada laboral y regresan a sus hospedajes o departamentos construidos en distintas zonas del pueblo. “Cuando llegan a los hoteles a bañarse nos quedamos sin agua”, se quejó Castillo. ¿Quiénes están en los hoteles?
“A veces nos traen agua en camiones cisternas de las petroleras, pero sale sucia y la gente se enferma. Yo por suerte siempre pude comprarme los bidones de agua, pero otros no. La contaminación y el petróleo no la vamos a parar pero por lo menos queremos poder traer agua potable”, afirmó Castillo. “Desde hace siete años cortamos rutas reclamando”, aseguró.
El pueblo que tiembla
Sauzal Bonito está ubicado a unos 48 kilómetros al suroeste de Añelo. Es un paraje rural, con menos de 300 habitantes. Comenzó a sufrir sismos en 2015, como describió elDiarioAR en 2021. El río Neuquén lo separa de Fortín de Piedra, el área de Vaca Muerta explotada por Tecpetrol, la petrolera de Techint.
Desde el puesto El Buen Dormir, a unos 17 kilómetros del pueblo, es posible ver la planta de fracking. A los padres de Luis Zapata, empleado municipal que atiende este puesto decorado como una unidad básica del MPN, el gobierno de Omar Gutiérrez les prometió una casa antisísmica porque la de adobe se rajó, pero todavía están esperando.
De las 50 anunciadas en mayo de 2022, debían entregar 7 casas en la primera etapa. “Hasta el momento tres ya fueron entregadas, mientras que las restantes presentan un 80 por ciento de avance”, informó la provincia ante la consulta de elDiarioAR. “Se trabaja en un convenio con la empresa Tecpetrol que permitirá construir seis viviendas más, con una inversión aproximada de $63,1 millones”, agregó la gobernación en una respuesta por escrito. Son casas de madera, encastradas, construidas por una empresa de la provincia. elDiarioAR contectó a la compañía del grupo Techint pero sus voceros declinaron comentar sobre los sismos y Vaca Muerta.
“Los temblores se sienten cuando están perforando acá cerca”, aseguró Zapata. “A la gente grande perjudicó más que a otros porque sufren del corazón. Los niños al principio se asustaban mucho, sobre todo de noche”, afirmó.
La misma historia cuentan Noemí y su esposo Carlos López. Viven en Sauzal Bonito. Carlos fue petrolero y está jubilado. Sus hijos trabajan en la industria. “Se hacen las gallinas distraídas”, dice Carlos, cuya casa de cemento también se rajó. Lo dice en referencia a las autoridades locales, provinciales y a las empresas: nadie admite que los sismos son provocados por el fracking. Sólo los expertos.
La inyección de agua, arena y químicos a alta presión en la roca del sedimento está provocando que la tierra tiemble, aseguró el geógrafo Grosso. Las construcciones estaban hechas de adobe o material, ninguna estaba preparada para afrontar sismos porque la zona nunca había temblado antes de la llegada del fracking, explicó Grosso, quien investiga la actividad sísmica en la zona desde hace años.
Noemí atiende el almacén “Los 7 ángeles”. En Sauzal Bonito tampoco hay red de gas y hasta hace dos años en el pueblo se repartía el agua en camiones. “Tendríamos que estar sobrados de todo acá si estamos arriba de la Vaca Muerta”, se quejó.
“Sauzal Bonito es la población más cercana a la zona fracturada, prácticamente fracturan debajo de sus casas porque realizan fracturación horizontal. El movimiento se produce cuando acumulás presión y rompés el equilibrio del subsuelo. La zona registró al menos 413 sismos desde 2015”, afirmó el geógrafo Grosso. El último fue este mismo lunes 22, el quinto en lo que va de mayo de 2023. El Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES) lo calculó en 2,5 ml (Richter), a 15 km al sudoeste de Sauzal Bonito.
Los sismo más fuertes comenzaron a partir de 2019. El 23 de enero de ese año, sufrieron 35 sismos en un día y el 7 de marzo de 2019 ocurrió el más fuerte hasta hoy: 5.0 ml (Richter). Durante la madrugada del 9 de mayo de 2022 los sacudió un nuevo sismo de 4.7 ml (Richter), que generó incluso la caída de rocas sobre caminos.
“La generación de sismos no está sancionada. Entonces, las empresas no están haciendo nada ilegal. Pero son las mismas compañías que en Inglaterra y Francia tienen prohibido frackear por riesgo sísmico y en Estados Unidos su actividad está regulada por el mismo motivo”, afirmó Grosso.
La Fundación de Ambiente y Recursos Naturales (FARN) presentó junto a abogados de Neuquén un amparo ante la Corte Suprema de la Nación hace más de un año. Espera que el máximo tribunal convoque a una audiencia pública y ordene a la provincia frenar el fracking.
ED/MG
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