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El caso del fiscal, sin definición

Nisman, diez años después: en qué se contradicen los peritajes oficiales sobre su muerte

Este 18 de enero se cumplen diez años de la muerte del fiscal Alberto Nisman.

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Una década atrás, durante la noche del domingo 18 de enero de 2015, el fiscal Alberto Nisman fue hallado muerto en el baño del departamento que habitaba en Puerto Madero, uno de los barrios más vigilados de la Ciudad de Buenos Aires.

Nisman había citado a sus custodios para las 11 de la mañana, pero cuando llegaron nunca pudieron comunicarse. El fiscal de la causa AMIA no respondía sus llamados. Pasadas las 17 de aquel domingo, dos de sus custodios subieron al piso 13 de las torres Le Parc. En la puerta del departamento, encontraron un ejemplar del diario de ese día. Nisman no lo había tomado. Comenzaron a llamarlo, en vano. Decidieron ir por su madre, Sara Garfunkel, la única que tenía copia de las llaves.

Cuando regresaron, minutos después de las 20, intentaron ingresar al departamento pero tanto la puerta principal como la de servicio estaban trabadas desde adentro. Llamaron a un cerrajero, que llegó recién pasadas las 22.30. Lograron abrir la puerta. Encontraron un departamento limpio y ordenado. Los escritos de Nisman sobre su denuncia por Memorándum con Irán estaban sobre la mesa. La televisión estaba encendida.

En el baño, el cuerpo de Nisman yacía junto a la bañera, rodeado de un charco de sangre. El primer médico que llegó a la escena, poco después de las 23, confirmó la muerte del fiscal: “Se pegó un tiro”, afirmó. No había carta de despedida, no había signos de lucha. 

Desde entonces, distintos fueros del Poder Judicial ordenaron peritajes para determinar cómo murió Alberto Nisman. Los resultados de ambos informes son oficiales pero contradictorios.

El primer peritaje fue realizado en 2015 por una junta del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Fue ordenado por la fiscal Vivana Fein, del fuero penal ordinario, donde se investigan los crímenes comunes: homicidios, muertes dudosas, robos, violaciones, entre otros delitos. 

El segundo peritaje fue elaborado por una junta interdisciplinaria de la Gendarmería Nacional, dos años más tarde, en 2017. Fue realizado a pedido del fiscal federal Eduardo Taiano y ordenado por el juez federal Julián Ercolini, luego de que el expediente por la muerte del fiscal de la causa AMIA pasara al fuero federal por decisión de la Corte Suprema. 

Los resultados de la primera pericia inferían que Nisman se habría suicidado. Los resultados de la segunda, concluyó que lo asesinaron. Aquí un resumen de ambos peritajes.

La Junta Médica de la Corte

En abril de 2015, tres meses después de la muerte de Nisman, se conformó una junta médica integrada por 15 expertos de diversas áreas forenses. Incluyó a diez profesionales del Cuerpo Médico Forense de la Corte; dos peritos de la Policía Federal; dos peritos de la querella -que representaban a la familia de Nisman- y uno de la defensa del único acusado en ese entonces, el técnico informático Diego Lagomarsino, el colaborador de Nisman que le llevó un arma durante la tarde del sábado, horas antes de que apareciera muerto. 

Durante los encuentros de la Junta Médica los peritos de la querella mantuvieron siempre posiciones encontradas con el resto de los expertos durante el análisis de las piezas documentales (filmación del lugar del hecho, fotografías y antecedentes de interés médico-legal). También, el informe de la autopsia.

A finales de mayo, la Junta Médica elevó su informe final. Fue firmado por todos sus integrantes, con excepción de los dos peritos de la querella. El documento tenía unas 200 páginas e incluyó las respuestas a un extenso cuestionario elevado por la fiscal Fein.

Los dos peritos de la querella siempre sostuvieron que a Nisman lo mataron. Los trece peritos restantes sostuvieron que, en base a las pruebas recolectadas, no podían descartar ninguna hipótesis y que no les correspondía hacer la calificación legal del hecho.

La Junta Médica afirmó que Nisman habría muerto entre la mañana y poco después del mediodía del domingo 18 de enero. 

Durante las deliberaciones de la prueba, ninguno de los integrantes de la Junta Médica, incluidos los dos peritos de la querella, advirtieron golpes en el cuerpo de Nisman. Establecieron que el cuerpo no había sido movido y no encontraron signos de lucha. 

No hallaron orificio de salida de la bala, que quedó alojada en el cráneo. Los peritos de la Policía Federal establecieron que las manchas de sangre en el baño y el cuerpo evidenciaban que Nisman se paró frente al espejo al momento del disparo. Hallaron restos de ansiolíticos en el organismo del fiscal.

Además, el Cuerpo de Investigadores Fiscales que analizó las manos de Nisman determinó que presentaban partículas incompletas de residuos de disparo. La querella sostuvo entonces que Nisman no pudo apretar el gatillo porque están incompletas.

La Junta Médica no pudo determinar la participación de terceras personas en la muerte de Nisman: no hallaron huellas ni rastros de ADN extraños.

La Gendarmería

En 2017, la Gendarmería, que dependía entonces del ministerio de Seguridad a cargo de Patricia Bullrich durante el mandato de Mauricio Macri, dio un vuelco al caso Nisman. Cuando a pedido del fiscal Taiano quedó a cargo del peritaje final sobre la muerte del titular de la UFI-AMIA, la fuerza conformó una junta interdisciplinaria y construyó una réplica del baño del departamento que habitaba Nisman en Puerto Madero.

Los expertos de Gendarmería sostienen que Nisman murió a las 2.46 de la madrugada del domingo. Esta es una de las principales diferencias con el peritaje inicial de la causa: la data de muerte. 

Además, Gendarmería afirma que el tabique de Nisman estaba roto y que había una lesión en el hígado. Se trata de otra contradicción con el informe inicial, en el que ninguno de los 15 peritos advirtió una rotura de tabique ni golpes en el cuerpo.

Esta vez, a diferencia del primer peritaje, Gendarmería encontró restos de ketamina en baja concentración en las vísceras de Nisman. El juez Ercolini relativizó el hallazgo.

La principal diferencia, además, es que los gendarmes sostienen que existió la participación de terceros en la escena del hecho y que el fiscal fue reducido por dos personas. Uno de estos sujetos habría empuñado el arma mientras el segundo sostenía a Nisman.

Nunca fueron identificadas ni se aclaró cómo ingresaron al departamento -estaba cerrado desde adentro- o cómo escaparon del lugar. No hay registros de terceros en las cámaras de seguridad ni movimientos de personas sospechosas. También se contradice con la hipótesis inicial de los peritos de la familia Nisman que sostenían en un primer momento la participación de un único homicida. Actualmente, la querella avala la teoría de Gendarmería.

Los gendarmes cambiaron la hipótesis sobre la posición del cuerpo de Nisman al momento del disparo. En lugar de estar parado frente al espejo, afirmaron que el fiscal tenía una rodilla en el suelo y que estaba ubicado de costado al espejo. 

Tras los resultados del peritaje, el fiscal Taiano denunció que las conclusiones de las pericias iniciales podrían ser negativas frente a la hipótesis de un homicidio, ya que las huellas y rastros habrían sido levantados incorrectamente. Existe un expediente por esta denuncia a cargo del fiscal. Su colega Fein siempre negó las acusaciones. Diez años después, siguen las contradicciones entre los peritajes oficiales sobre la muerte de Nisman

ED/MC

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