Cumbre de las Américas
Las tres “sorpresas” de Fernández que inquietaron a la administración Biden
- Espero ansioso la invitación.
Joe Biden saludó a Alberto Fernández y con una frase dio a entender, en el lenguaje sinuoso de la diplomacia, que podría aceptar la invitación que minutos antes le había hecho el presidente argentino para que participe en la cumbre de la CELAC que se programa para diciembre próximo en Buenos Aires.
El convite fue uno de los tres elementos del discurso que Fernández dio en la Cumbre de las Américas que sorprendieron a la administración Biden. Si bien siempre existen contactos y consultas entre los gobiernos, en los que se sondea el tono y contenido de las exposiciones, el presidente argentino incluyó tres temas que fueron incendiarios para EEUU y no estaban en el menú previo.
La invitación a Biden pareció, a simple vista, la más inocente pero no es tan así. Fernández lo convocó para una cumbre donde van a estar los países que EEUU excluyó del encuentro de Los Ángeles y que, habrá que ver como avanza el proceso, podría ser más exitosa en concurrencia que la se realiza en esa ciudad. Es, para el presidente de EEUU, un lugar incómodo. Es cierto, también, que no figura entre las prioridades.
Hubo, sin embargo, dos capítulos más duros y que tuvieron repercusión casi inmediata entre funcionarios estadounidenses. En la primera línea del auditorio, se vio al embajador Jorge Argüello, conversando con Brian Nichols, el subsecretario de Estado y la máxima autoridad de la administración Biden para América Latina y el Caribe.
Argüello, ante elDiarioAR y otros medios que cubren la cumbre, descartó que el discurso de Fernández pueda complicar las relaciones entre Argentina y EEUU. “La relación bilateral es excelente y está mejorando”, aseguró el embajador. Antes, frente a una consulta de este medio, dijo que el discurso no fue crítico con Biden sino con Donald Trump.
- Fue un discurso duro y con críticas importantes a la administración Biden. ¿Esto puede afectar la relación bilateral?- preguntó elDiarioAR.
- De ninguna manera ha sido un discurso contra la administración Presidente Biden. Yo diría que, si ha hecho alguna crítica, fue hacia la administración del presidente Donald Trump. Esto no afecta la relación, porque nunca una relación bilateral se verá afectada si los interlocutores hablan con claridad y sin sinceridad. Por el contrario, tiendo a pensar que la administración Biden valora la claridad conceptual del Presidente Fernández“, sostuvo el embajador en Washington, uno de los que participó en la mesa chica que redactó el mensaje que leyó el presidente argentino.
Renuncias
Pero hubo dos párrafos, inusualmente duros, que no estaban en el radar y que generaron consultas cruzadas. Una fue el pedido, explícito, de renuncia de Luis Almagro a la secretaría general de la OEA. Es conocida la crítica del gobierno argentino al desempeño del uruguayo y de esa entidad pero no había existido, todavía, y menos en un foro de ese nivel, un planteo tan tajante.
“La administración Biden no está conforme con Almagro pero no tienen poder interno para correrlo”, apuntó un funcionario que está en Los Ángeles. La imputación a la OEA por su rol en el golpe a Evo Morales en Bolivia y el pedido de reformular el organismo con otras autoridades, fueron un shock y pueden tener repercusiones. Santiago Cafiero, el martes, apuntó con dureza a Almagro en la reunión de cancilleres y anticipó el tono.
Almagro, que tiene como colaborador estrecho al empresario argentino Gustavo Cinosi, está alojado en el hotel Ritz al igual que Fernández. El miércoles, en la noche de Los Ángeles, estuvieron a punto de cruzarse en el lobby. El encuentro, que está roto desde el golpe en Bolivia, no se produjo por segundos.
A la vez, el discurso generó adhesiones en Buenos Aires. Según una fuente del FdT, Cristina Kirchner siguió el discurso y, a su modo, expresó su conformidad con el tono y el foco de la exposición. “Mandó a pedir el detalle del discurso”, contó un colaborador que interpretó ese gesto como una señal positiva en una relación siempre tirante.
El tercer factor que desplegó Fernández y no estaba en los pronósticos de los funcionarios de EEUU, fue la mención al BID, cuya presidencia ocupa Mauricio Claver-Carone, que llegó a ese lugar durante la gestión de Donald Trump, y rompió una costumbre histórica: siempre ese lugar fue para un latinoamericano, nunca para alguien que provenga del gobierno de EEUU.
“Son dos herencias incómodas que Trump le dejó a Biden”, analizó un funcionario y contó que los planteos de Fernández en la Cumbre de las Américas ponen sobre la mesa, con una intensidad que no había tenido hasta ahora, dos reclamos del continente: el rol de la OEA, y las tareas muy cuestionadas de Almagro, y que el control del BID; una banca de desarrollo regional clave para el hemisferio, esté bajo control de un exfuncionario de Trump.
PI
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