“Argentina tiene muy buena ciencia”, aseguró Luis Caffarelli, que ganó el “Nobel” de matemáticas
Estudiar cómo cambia un trozo de hielo cuando se derrite o entender cómo las superficies avanzan son algunos de los fenómenos que apasionan al matemático argentino Luis Caffarelli, quien hoy ganó el prestigioso premio Abel, considerado el Nobel de las matemáticas, y que aseguró que “Argentina tiene muy buena ciencia”.
Egresado de la Universidad de Buenos Aires y profesor de la Universidad de Texas, en Estados Unidos, Caffarelli, de 74 años y confeso hincha fanático del club Boca Juniors, fue distinguido hoy por sus “contribuciones fundamentales a la teoría de la regularidad de las ecuaciones diferenciales parciales no lineales”, según anunció la Academia Noruega de Ciencias y Letras que otorga el premio dotado de 676.500 euros.
“Estoy muy contento. Fue una felicidad para mí. Es algo que me dice que he trabajado muy bien y también que estuve y estoy rodeado de un grupo de gente muy especial”, dijo Caffarelli, en una entrevista por Zoom con Télam desde su oficina en la ciudad de Austin, Estados Unidos.
Las ecuaciones diferenciales son herramientas utilizadas por los científicos para predecir el comportamiento del mundo físico y aparecen como leyes para describir fenómenos tan diferentes como el fluir del agua o el crecimiento de las poblaciones.
Para definir su campo de estudio, Caffarelli señaló: “En principio son matemáticas, pero es una matemática que se usa para colaborar en cuestiones más de física, ya sean fluidos, fuerzas. Estudiamos las propiedades internas, vemos cómo son las superficies, cómo avanzan, cómo son absorbidas por otras”.
A través de elementos tan abstractos como ecuaciones y funciones matemáticas, Caffarelli logra entender cómo se producen los fenómenos que nos rodean. Por ejemplo, busca dar respuestas al problema del hielo que se derrite en el agua.
¿Qué se ubica en la fase intermedia entre el agua y el hielo? “Puede ser otro mundo”, aseguró Caffarelli sonriendo detrás de unos anteojos de marco negro.
“Está el fluido y el fluido congelado. El avance de uno sobre otro depende de si hay temperatura positiva. Entonces, la parte que es acuosa se va presentando sobre la parte que es sólida. El movimiento es muy interesante y puede ser muy distinto. La parte acuosa puede tener un montón de entradas finitas”, detalló el científico maravillado por las interacciones tan complejas que pueden presentarse.
Y esa pasión se puede notar en cada cosa que lo rodea. Durante la videollamada con Télam, resaltaba en la pantalla un cuadro colgado detrás de él. Lo pintó una de sus estudiantes, quien intentó representar con una figura amarilla la superficie terrestre en medio de un océano azul. “Esa es otra interacción entre fluidos”, acotó el científico.
Consultado sobre qué es lo que más le gusta de su trabajo, dijo que “es mirar la particularidad de la estructura de distintas configuraciones”.
Los teoremas descritos por Caffarelli permiten abrir una nueva puerta en el estudio de la ciencia, desde campos tan variados como la medicina o el conocimiento del universo.
Caffarelli aseguró que “la vida” lo llevó a estudiar estos temas y recordó cómo dio sus primeros pasos: “Estudié matemática, física y todo eso en la escuela común. Empecé como todos los chicos y aprendí las cosas básicas, sumar, multiplicar”.
“Después ya fui al Colegio Nacional Buenos Aires y empecé con cosas más profundas. y de ahí fui a la Universidad de Buenos Aires”, relató el científico.
De sus días en la universidad, Caffarelli recordó que “ahí estaba luchando con lo que estaba haciendo. Me ponía orgulloso cuando me salía algo, de cada paso que daba”.
En ese entonces, jamás pensó que hoy recibiría el premio internacional más importante de las matemáticas, pero aseguró a Télam que “quizás, todos, de alguna manera, pensamos 'uy, en algún momento haré cosas extraordinarias' ”.
El científico, que reside en Estados Unidos, vuelve seguido de visita a la Argentina y contó que le gusta pasear por La Boca y por Caminito: “Yo crecí en La Boca y la quiero mucho. Por otro lado, me gusta mucho Mar del Plata”.
Además, se reúne con colegas argentinos para intercambiar ideas porque no se “puede desprender de la ciencia” ni cuando está de vacaciones.
“Argentina tiene muy buena ciencia y cuando voy allá no puedo dejar de juntarme con mis colaboradores y ver qué están haciendo ellos”, aseguró.
Confeso hincha del Club Atlético Boca Juniors, Caffarelli, con más de 40 años de contribuciones innovadoras al campo de las matemáticas continúa apasionando por descubrir soluciones para algunas de las ecuaciones clave que siguen sin resolverse.
La historia del premio que ganó el argentino
Bautizado en homenaje al matemático noruego Niels Henrik Abel (1802-1829), el premio está financiado por el Gobierno del país escandinavo. Caffarelli recibirá la distinción en Oslo el 23 de mayo durante el acto de entrega. Matemático sumamente prolífico, Cafarelli realizó más de 130 colaboraciones y asesoró a más de 30 estudiantes de doctorado durante medio siglo. Además, obtuvo numerosos galardones, como el Premio Leroy Steele a la trayectoria otorgado por la Sociedad Matemática Americana, el Premio Wolf y el Premio Shaw.
DA
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