Dani Alves, condenado a cuatro años y medio de cárcel por agresión sexual
La Audiencia de Barcelona condenó al futbolista Dani Alves a cuatro años y medio de prisión por un delito de agresión sexual. El tribunal concluye que el deportista violó a una joven en la discoteca Sutton de Barcelona la madrugada del 31 de enero de 2022, pero le impone una pena más baja que la solicitada por la Fiscalía al contemplar que el futbolista resulta beneficiado por la ley del 'solo sí es sí'.
En su sentencia, la sección 21ª de la Audiencia de Barcelona descarta la absolución solicitada por la defensa del futbolista y da la razón a la tesis planteada por la Fiscalía, que pedía nueve años de cárcel, y la acusación particular de la víctima, que ejerce la abogada Ester García, que reclamaba hasta doce años de prisión.
La razón de que la pena impuesta a Alves sea la mitad de la que pedía la Fiscalía estriba en la ley del solo sí es sí, que rebajó las penas mínimas por agresión sexual de seis a cuatro años de cárcel. Como Alves cometió la violación en el periodo en que la pena mínima eran cuatro años, el tribunal está obligado a imponer la pena “más favorable al acusado”, tal y como razonan los magistrados en su sentencia.
Al Código Penal más beneficioso para Alves, el tribunal suma el hecho de que el futbolista “se ha mostrado conforme a indemnizar a la víctima por encima de los parámetros habituales”, lo que conduce a los jueces a imponer la pena de cuatro años y medio de cárcel, solo seis meses más que la mínima en el momento de los hechos (la actual vuelve a ser de seis tras la reforma de la norma).
Como el jugador ha pasado más de un año en prisión preventiva, en pocas semanas ya podrá disfrutar de permisos para salir de prisión al haber cumplido ya una cuarta parte de la pena.
La sentencia da credibilidad a la víctima, que desde el primer minuto después de la agresión ha mantenido la misma versión de los hechos, esta es, que Alves la violó en un diminuto baño del reservado de la discoteca.
Lo contrario mantuvo durante el juicio el futbolista, que tras varios cambios de versión alegó que se trató de sexo consentido y que iba borracho. Este intento para aligerar la condena se topó con el contundente desmentido que realizaron dos psicólogas, paradójicamente contratadas por la defensa del futbolista, y que expresaron que Alves sabía lo que sucedía pese a haber bebido alcohol.
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