Efemérides
Día Mundial del Galgo: ¿por qué se celebra cada 1 de febrero?
El 1 de febrero se celebra el Día Mundial del Galgo, una fecha impulsada por asociaciones de amigos de los galgos, que tratan de concienciar al público en general de los maltratos a los que son sometidos estos animales, e intentan darles una segunda oportunidad, rescatándolos y ofreciéndolos en adopción como animales de compañía.
La matanza y el abandono que sufren estos perros cada 1 de febrero, sobre todo en España, hizo que la fecha sea la oportunidad para contar la realidad que padecen y cómo terminan cuando son descartados. Esta raza nunca antes había sido considerada como “un miembro de la familia”, sino un objeto para lograr dinero fácil.
Un denario romano, una antigua moneda del año 73 a. C., tenía de un lado el rostro de una mujer y del otro la figura de un perro de aspecto físico ligero y estilizado, de patas largas y pecho voluminoso. Debajo de él, una flecha apuntaba en la misma dirección que sus patas delanteras. El perro estampado en la moneda corre, sus ojos saltones y boca entreabierta van detrás de algo. Ese objeto es, quizás, uno de los primeros indicios de la relación entre los galgos y el hombre.
La historia no logró determinar cuándo ni dónde apareció la raza, pero quienes investigaron el origen se asombran por la similitud física entre el galgo y los perros que aparecen en las pinturas egipcias y especulan con que, quizás, sus raíces sean faraónicas, como las del Pondenco. Los buscadores de esas primeras huellas aseguran que también se parece al Vertades romano. La única prueba sobre la antigüedad de la raza está en un texto romano del siglo II a. C. escrito por el cónsul de la Bética donde hacía referencia a una cacería de liebres.
Otro escrito, más alejado en el tiempo, también cuenta sobre esa actividad en los países árabes y cristianos, sin distinción de clases. Desde entonces y hasta la actualidad, varias naciones continúan con esa práctica y las consecuencias que éstas generan dieron nacimiento al día que hoy se conmemora.
El 1 de febrero marca el fin de la temporada de caza con galgos y esto significa que miles de los perros usados para esa actividad perderán la vida o serán abandonados porque ya no resultan de utilidad para los cazadores.
Carreras de galgos
Estos canes de hocico largo, gran olfato y patas largas también fueron utilizados (lo son aún) en varios países para correr carreras, correr a la libre, como dicen en Europa. En Argentina ello pasó hasta noviembre de 2016, cuando se sancionó la Ley 27.330 que las prohíbe en todo el territorio.
En España, la temporada de caza se inicia en octubre y termina el 31 de enero. Durante ese período estos elegantes perros viven en zulos oscuros y estrechos; y cuando no les toca salir a cazar son encerrados, apenas alimentados o directamente los hacen pasar hambre.
Eso no es todo para estos perros. El entrenamiento al que son sometidos para correr es por lo menos despiadado.
Los primeros en ser descartados son aquellos que, en la carrera veloz por la presa, se quiebran alguna pata, cosa que no es inusual ya que esta raza llega a correr a una velocidad de hasta 69 km/h, capacidad que desde temprano la convirtió en objeto preciado para cazadores y apostadores que vieron en esa virtud la posibilidad de lucro.
Ser uno de los animales más veloces les representó un problema porque comenzó la reproducción descontrolada para tener perros cazadores y corredores, no fueron “pensados” en hacerlos miembros de una familia, por eso cuando la temporada de caza llega la matanza y el abandono masivo de perros y todos los que logran sobrevivir aparecen famélicos y enfermos.
Desde que se conoce el padecimiento de estos perros se crearon cientos de la asociaciones y ONG que los rescatan y les buscan un hogar, dándoles así una nueva oportunidad de futuro.
La sanción de la Ley 27.330, que prohíbe y pena las carreras de perros en todo el territorio argentino, generó precedente en América Latina y los países vecinos tomaron nota, sobre todo Uruguay y Chile, a donde comenzaron a llegar los galgueros argentinos con su perros para hacerlos correr.
NB
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