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Ciencia
La erupción del Vesubio vitrificó el cerebro de un habitante de Herculano: lo mató una nube de más de 500ºC

Fragmento del vidrio orgánico hallado en el interior del cráneo del individuo fallecido en Herculano.

Antonio Martínez Ron

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Un equipo de investigadores italianos y alemanes descubrió los restos de un cerebro vitrificado por el calor en el interior del cráneo de un individuo que murió en la antigua ciudad romana de Herculano durante la erupción del Vesubio en el año 79 d.C. Los investigadores creen que probablemente se formó cuando murió a causa de una nube de cenizas muy caliente pero de corta duración.

El equipo dirigido por el vulcanólogo Guido Giordano, del Departamento de Ciencias de la Universidad de Roma Tre, analizó los fragmentos de vidrio extraídos del interior del cráneo y la médula espinal de un individuo fallecido en su cama en el Collegium Augustalium de Herculano, en el sur de Italia. Los resultados del análisis, que se publican este jueves en la revista Scientific Reports, incluyeron imágenes con rayos X y microscopio electrónico e indican que, para que el cerebro se convirtiera en vidrio, debió haber sido calentado por encima de al menos 510 grados Celsius antes de enfriarse rápidamente.

El primer golpe mortal del Vesubio

La formación de vidrio orgánico es extremadamente difícil, ya que las temperaturas ambientales rara vez son lo suficientemente bajas como para que el agua que contiene la materia orgánica se solidifique. Los científicos habían identificado el material en 2020, pero no tenían claro cómo se había formado. 

Ahora los autores señalan que esto no podría haber ocurrido si el individuo se calentó únicamente por los flujos piroclásticos que sepultaron Herculano, ya que las temperaturas de estos flujos no alcanzaron más de 465 grados y se habrían enfriado lentamente. Por lo tanto, concluyen, basándose en las observaciones de erupciones volcánicas modernas, que una nube de cenizas supercalentadas que se disipó rápidamente fue el primer evento mortal durante la erupción del Vesubio. 

Un material único

Los científicos también creen que los huesos del cráneo y la columna vertebral del individuo probablemente protegieron el cerebro de la descomposición térmica completa a más de 500ºC, lo que permitió que los fragmentos formaran este vidrio orgánico único.

“Este escenario es de gran importancia no sólo para la reconstrucción histórica y vulcanológica, sino también para fines de protección civil —señala Giordano —, porque define una peligrosidad muy alta incluso para flujos muy diluidos que no tienen grandes impactos en las estructuras pero que pueden ser letales por sus temperaturas, cuyo conocimiento puede traducirse en medidas efectivas de prevención y mitigación”.

Este escenario es de gran importancia no sólo para la reconstrucción histórica y vulcanológica, sino también para fines de protección civil

Guido Giordano Investigador de la Universidad de Roma Tre y autor principal del estudio

“Este material cerebral y espinal vitrificado no solo no se encontró nunca en ningún otro de los cientos de esqueletos de víctimas de la erupción del Vesubio del año 79 d.C., sino que es el único ejemplo de su tipo conocido en el mundo”, señala Pier Paolo Petrone, coautor del estudio. “Es probable que las condiciones particulares que se dieron al inicio de la erupción en el lugar del descubrimiento, así como la protección del cráneo y los huesos de la columna vertebral del individuo, crearan las condiciones para que el cerebro y la médula ósea sobrevivieran al impacto térmico, permitiendo posteriormente que se formara este vidrio orgánico único”.

Para Nahúm Méndez Chazarra, geólogo y divulgador que no participó en el estudio, el artículo tiene una serie de derivadas muy importantes, unas a nivel de investigación y otras más prácticas. “El hecho de que se hayan preservado restos orgánicos vitrificados a esas temperaturas podría ayudarnos a encontrar nuevas maneras de preservar biomateriales, como una alternativa a la vitrificación en frío y al mismo tiempo abre una ventana a que se puedan encontrar más restos de este tipo bajo condiciones similares no solo en Pompeya, sino relacionados con otras erupciones volcánicas”, asegura.

Por otro lado, la existencia de una nube de ceniza a muy alta temperatura de la que hablan los autores, es un dato a tener en cuenta para hacer mejores modelos de las erupciones, según el experto.

“Incluso a nivel forense, la preservación de detalles tan minúsculos dentro del cerebro vitrificado podría abrir una vía de investigación para el estudio de restos arqueológicos usando distintas técnicas ya que, a la vista de esta investigación, condiciones realmente extremas podrían también preservar restos orgánicos”, concluye.

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