Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
EL MAPA DEL PODER QUE VIENE

La parálisis del PJ frente al dilema Milei y la campaña del miedo de Cristina

Javier Milei en un estudio de TV
3 de diciembre de 2023 00:01 h

0

“Javier me escucha”, dice Guillermo Francos en el instante exacto en que un corro de gobernadores peronistas hace silencio para escucharlo a él. De local, desde las oficinas del BAPRO donde una década atrás operó para que Daniel Scioli llegara a presidente, el futuro ministro del Interior se mueve cauto, anota, responde a cuentagotas, relata que su relación política con Javier Milei viene de hace tiempo, que no fue una extravagancia posPASO. Un esfuerzo por desmentir la lectura generalizada sobre la improvisación y precariedad que se trasluce en el armado mileista.

Para el peronismo territorial, el que tiene que pagar sueldos y necesita obras, Francos es un puente sólido pero estrecho con el Mundo Milei. No el único: Juan Manuel Olmos, portador de una triple lealtad con Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa -el único eslabón entero de eso que se llamó Frente de Todos, que ni fue frente ni fue de todos-, es un teléfono rojo con Karina Milei, “El Jefe”. Fue por esa vía que la vice le hizo llegar al presidente electo su desagrado con la entronización de Patricia Bullrich como ministra de Seguridad. No es por pruritos persecutorios o represivos, sino porque la teoría jurídica y política de Cristina respecto al fallido atentado en su contra, la conduce a Gerardo Milman, un estrecho colaborador de Bullrich.

Es una metáfora política desmesurada que la llegada del Cuarto Menem, un freshman, garantiza un neomenemismo, hoy altamente improbable aunque sectores del PJ se tienten con construir un Milei lleno de las virtudes que hace un mes le negaban

Olmos, nominado para presidir la Auditoría General, parece magnificar el oficio de operador multitasking. La tentación de compararlo con Juan Carlos “Chueco” Mazzón, emblema del gestor todoterreno, olvida que el peronista porteño tiene terminales en el poder real, uno más duradero, la justicia, ese que el mendocino no tenía tan aceitado. Otros tiempos, claro. La paradoja Olmos es que expresa la unidad cuando el peronismo, en el despoder, no encuentra la brújula porque no sabe -como la mayoría del sistema de poder- qué será Milei cuando deje de ser electo y se convierta en presidente pleno.

Ese enorme interrogante llevó a los gobernadores a convocar a Francos para que se sumara a su cumbre en el BAPRO. “Acá me siento como en mi casa”, saludó, entre sonrisas, el futuro ministro. A la misma hora, a 8 kilómetros de ahí, en el Club Hípico Alemán, en Palermo, estaban reunidos los gobernadores y legisladores de JxC. Hubo reproches porque el mileista fue a la cita con los peronistas. “Nosotros le pusimos fiscales y le cuidamos los votos pero se va a reunir con los peronistas”, se quejó uno ante elDiarioAR. “Guillermo habló con casi todos. Los peronistas lo llamaron y él fue. Los de Juntos no”, buscaron desdramatizar en LLA.

Es un equilibrio sutil y difícil. Hasta acá, el PJ mostró señales de unidad más firmes que el PRO y la UCR. Los territoriales de JxC quieren emerger como poder real, su propia “Liga de Gobernadores”, su CFI, a la que quieren sumar a Claudio Vidal, el sindicalista que puso fin a 30 años de gobiernos kirchneristas en Santa Cruz e, incluso, al neuquino “Rolo” Figueroa. Hay que poner una lupa sobre Vidal: es un error del análisis ambeño creer que el santacruceño es un peronista anti K cuando, en verdad, es muy anti K -se invoca un desprecio, en teoría mutuo, con Máximo Kirchner a quien le atribuye operaciones y denuncias- y es, además, bastante antiperonista, de familia radical, lo que lo arrima más al ecosistema de JxC que del panperonismo. Su efímera competencia, en 2019, con el lema del FdT fue parte de un acuerdo, dicen que incumplido, con Alicia Kirchner con el que Vidal jugó a perjudicar a otro de sus rivales patagónico: Javier Belloni.

Fracciones

Pero cada bloque tiene sus propios conflictos: el radicalismo debería elegir jefe el 15 de diciembre, lugar por el que pulsean Martín Lousteau y el correntino Gustavo Valdés. Una anomalía la constituye que Gerardo Morales, con su apoyo a Lousteau, hace que por primera vez el radicalismo del norte no se mueva en bloque. Es probable que, al final, haya un acuerdo que evite la disputa luego de que ambos espacios hagan un conteo de cuánto junta cada uno. El PRO, con la salida de Bullrich, deberá elegir nuevo jefe formal. Los que empujan a Jorge Macri se encontraron con que el jefe de gobierno no quiere nacionalizarse tan rápidamente. A lo sumo, en 2024, se quedará con la jefatura del PRO porteño.

El PRO, luego del acuerdo “personal” de Bullrich con Milei, está en medio de una tormenta. Cada uno negocia por las suyas y como puede. A Diego Santilli le atribuyen intereses en desembarcar, con su gente, en Vialidad mientras que Juan José D'Amico, que escoltó a Rogelio Frigerio en Interior, aporta nombres al cordobés Osvaldo Giordano en Anses. Cristian Ritondo, que saludó al electo con una foto tuitera abrazado a una motosierra, arrancó diciembre sin destino: quiso presidir la cámara de Diputados y, al final, Milei pareció hacerle una concesión a Cristina y Mauricio Macri, que coincidían en su rechazo a que Florencio Randazzo vaya a ese lugar.

En LLA presumen como una solución salomónica de Milei bendecir a Martín Menem, no solo por el pedido de los diputados libertarios de que vaya uno propio, sino porque el presidente electo constató que Randazzo despertaba furia en Macri y en Cristina. En el peronismo ven menos peligroso a Menem que al excompañero de fórmula de Juan Schiaretti. En el PRO, -Ritondo, en particular- advierten que es una derrota menos gravosa que vaya el riojano comparado con el desplante que suponía que ahí quede el exministro de CFK. Hay una metáfora política desmesurada en creer que la llegada del cuarto Menem, un freshman, expresa un neomenemismo, aunque haya sectores del PJ que se tienten con construir un Milei lleno de las virtudes que ellos mismos le negaban hace un mes. Menem, según Zulemita Menem, creía otra cosa.

Menos poética es la posible entronización de Francisco Paoltroni como presidente provisional del Senado. Con poca historia en Formosa, donde fue candidato a gobernador y sacó 9%, el senador tiene escaso rodaje y algunas denuncias, y debería ser el ejecutor con Victoria Villarruel del instrumento legislativo al que Milei plantea enviar, el 11 de diciembre, su proyecto de ley ómnibus, de 7000 páginas, que escribió Federico Sturzenegger y que pretende que se apruebe a fines de diciembre o principios de enero. Villarruel dejó pasar una propuesta que le acercó el salteño Juan Carlos Romero para armar un interbloque de JxC-LLA y provinciales. El bloque libertario solo tiene 7 senadores, número que no le alcanza para presidir comisiones clave.

Cristina avisó, para espantar la tesis de que quiere poner a alguien propio en la línea de sucesión, que la presidencia provisional debe ser para LLA pero en el interbloque panperonista, que comanda Jose Mayans, no coinciden. Se lo dijo Mayans a Villarruel: “A nosotros nos votaron como primera minoría, tenemos 33 senadores”. “Vamos viendo”, le dijo la vice que no muestra demasiada empatía -ni tampoco información precisa- con lo que pasa en el hotel Libertador, el búnker de Milei.

Lo que fue hasta el 19-N Unión por la Patria (UxP) empezó a reconfigurarse. Ver el bloque de Diputados sirve como pista: de los 108, siete son de Sergio Massa, 57 del dispositivo CFK y 34 de gobernadores y sin tierra. Este sub bloque es la tentación de Francos que, sin decirlo, da a entender que viene un Milei tiempista y pragmático, que aplicará la motosierra en segmentos que, presume, no generarán indignación masiva. Francos trasmite que el presidente libertario no solo no es “gorila” sino que, además, se siente cómodo con el peronismo. Ya se contó en elDiarioAR: el ministro tiene, entre sus tareas, tejer relaciones con sectores del PJ para compensar el peso y la influencia de Macri y el PRO.

En el mileismo, celebran el recorte presupuestario que aplicó Osvaldo Jaldo en Tucumán, como si fuese una victoria cultural

“Hay gobernadores que no tienen plata para pagar el aguinaldo ¿vos pensás que van a reaccionar si podan el INCAA?”, dice, brutal, una fuente del peronismo que tiene terminales en Cristina. “Será con más tiempo y orden que lo que dijo en la campaña pero Javier sabe, y el peronismo también, que esto así no puede funcionar más. Pero no viene a hacer locuras”, dicen desde el ala política de LLA. Aparecen, en diagonal, cuestiones como el recorte presupuestario que aplicó Osvaldo Jaldo en Tucumán, que en el mileismo celebran casi como si fuese una victoria cultural.

Se afirma que Valenzuela volteó el acuerdo para ampliar el endeudamiento de Kicillof por pedido de Mauricio Macri. Hay un mérito en el expresidente: se le atribuyen todas las malicias y todas resultas verosímiles

El aguinaldo en la primera prueba de fuego para Milei. No solo el nacional. En provincias como San Luis, Claudio Poggi, no sabe con qué se va a encontrar porque la transición con Alberto Rodríguez Saa fue caótica. El equipo de Poggi estima que en 2024 la provincia tendrá un déficit de 150 mil millones de pesos, en una provincia que depende 80% de los fondos coparticipables, y que -según denunció Poggi- hubo 5500 pases a planta permanente. La mancha roja se extiende. En la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof escucha demandas a diario para asistencia extra por fin de año. Un municipio con dificultades es Mar del Plata, que comanda Guillermo Montenegro, alcalde PRO que anticipó su apoyo explícito a Milei. Hay un hilo curioso ahí atrás: Kicillof le pidió a la Legislatura una autorización de endeudamiento que compensaba la expansión del presupuesto por la inflación, hubo un principio de acuerdo con JxC pero al final, a través de Diego Valenzuela, todo naufragó. Se afirma, en La Plata, que Valenzuela intervino a pedido de Mauricio Macri. Hay un mérito en el expresidente: se le atribuyen todas las malicias y todas resultan verosímiles.

Ocurre, al final, un fenómeno: la victoria de Milei rompió la matriz y entre los pedazos, Macri y Cristina sobreviven como porciones el poder.

Campaña

“Yo voy a estar acá cerca, en el Patria, así que si quieren verme...”. Con una sola frase, Cristina Kirchner apagó una doble teoría envenenada: la que la excluye del ring político y la que, más brumosa, la imagina fuera del país. Es su despedida del Senado, sus últimos días como vice, y en unas horas hará la más visible de un puñado de movidas para estructurar su sitio en el despoder: vía Tik Tok, la red que eligió como marquesina, dejará una advertencia sobre la “estanflación” que auguró Javier Milei, una dosis autorreferencial de “yo les avisé” con una cuota tardía de campaña del miedo.

La vice irrumpe, a diez días del triunfo de LLA con casi 56%, con una advertencia sobre el futuro que en el ecosistema del peronismo, sobre todo el territorial y el institucional, perciben inoportuno y leen como un gesto de Cristina para pararse en el centro de la escena con el objetivo de condicionar lo que viene. El mensaje de “los espero en el Patria” huele, a simple vista, contradictorio con aquello de que otros tomen el bastón del Mariscal. ¿Cristina quiere dejar de conducir o quiere, en definitiva, que le vayan a pedir que vuelva a conducir?

Su intervención tiktokera despertó lecturas disímiles. “Todos estamos perplejos, no sabemos qué va a pasar y ella patea el hormiguero para que nos despabilemos, tenemos que salir de la perplejidad”, tradujo el Tik Tok sobre estanflación una fuente del mundo CFK. Por lo pronto, la patada de la vice no generó mayor ruido ni movimientos. Sin jefe ni orden, los gobernadores prefieren esperar que ocurra si es que algo ocurre. En uno de los círculos concéntricos del kirchnerismo, se observa como un error la crítica anticipada, muy prematura, de Cristina. “Insiste con la campaña del miedo cuando quedó claro que la campaña del miedo no sirvió”, apunta una fuente que la respeta y hace el planteo casi desde la intriga, porque no comprende las razones de la irrupción de la vice.

Un dato para seguir: Axel Kicillof, que tuvo dos encuentros con Francos, define cuál será su mecanismo de cohabitación con Milei, donde su prioridad será, en principio, defender lo que afecte a la provincia de Buenos Aires. Debe reconfigurar su esquema de poder, tejió una alianza táctica con Sergio Massa y podría incorporar a su gabinete a jefes territoriales. Lo que no parece encontrar cauce es la convivencia con Máximo Kirchner, sobre quien cae una lluvia ácida para que apure su salida de la jefatura del PJ bonaerense.

PI/DTC

Etiquetas
stats