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Crónica

¿Qué pasaría si Jamie llama a su pariente en Ferrari y le pide una butaca para Franco?

Franco Colapinto con su manager, Jamie Campbell-Walter.

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Se llama Jamie Campbell-Walter. Tiene 52 años. Es escocés. Es padre de tres hijos: Harry Oliver (2004), Lucie Rose (2005) y Poppy May (2010), producto de su matrimonio con Amelia Lamb. Está casado en segundas nupcias, desde agosto pasado, con la española María Catarineu. Era piloto de carreras. Lo vimos correr dos veces en Potrero de los Funes, en el campeonato FIA-GT1, compartiendo fechas con el por entonces poderoso SuperTC2000. Este cronista lo había visto subirse al podio en las Mil Milhas Brasileiras, que en 2007 era la fecha de cierre de la Le Mans Series (hoy FIA WEC o Mundial de Endurance). Fue piloto oficial de la casa británica Aston Martin y en ese rol conquistó el título mundial de Resistencia en 2013.

Se asoció con otro piloto europeo al que vimos competir en la Argentina en el TC2000, el francés Nicolás Minassian, el ganador de esas Mil Milhas Brasileiras, que vino en 2009 a conducir un Peugeot en los 200 Kilómetros de Buenos Aires. Campbell-Walter y Minassian corrieron juntos las 24 Horas de Le Mans de 2005 y terminaron decimocuartos. Durante 2013, el francés de origen armenio estuvo a sueldo de Luis Pérez Companc, el industrial argentino que todavía participa en carreras de resistencia. Como director deportivo de la escuadra IDEC Sports, Minassian tuvo como piloto al ascendente Nicolás Varrone en la European Le Mans Series.

Las conexiones deportivas de Jamie Campbell-Walter (desde ahora Jamie) son muy significativas, pero acaso las personales sean bastante mejores…

En 2019, Jamie, Catarineu y Minassian crearon la Bullet Sports Management, una empresa de representación deportiva. Radicada en Londres –aunque Jamie viva entre Mallorca y Madrid–, la compañía tiene a Franco Colapinto como su piloto más destacado, después de que el chico de Pilar compitiera en nueve Grandes Premios de Fórmula 1 durante 2025. Y entre otros pilotos en su lista de representados figura el austríaco Ferdinand Zvonimir Maria Balthus Keith Michael Otto Antal Bahnam Leonhard Habsburg-Lothringen, más conocido como Ferdinand de Habsburg. No es un excéntrico: si el imperio de Austria-Hungría hubiera sobrevivido al final de la Primera Guerra Mundial, hace más de un siglo, Ferdinand sería su monarca. Los Habsburgo rigieron sobre el Danubio casi 600 años, entre 1276 y 1918.

Pero la conexión entre Jamie y el príncipe de Habsburgo no es naif. ¡Son parientes! (Entre los representados también figuran un par de hermanos alemanes, los Goethe, descendientes directos del poeta y dramaturgo del siglo XVIII, Johan Wolfgang von Goethe, cuya obra más famosa fue el Fausto, pero esa debiera ser otra historia, vinculada con el petróleo y el cine).

Jamie era nieto del contraalmirante Keith McNeil Campbell-Walter, que nació en la India y sirvió para la Royal Navy durante la Segunda Guerra Mundial. Era descendiente del Clan Campbell, que data del siglo XIII, uno de los más poderosos de los Highlands escoceses. Murió en 1976, seis años antes de la Guerra de las Malvinas, aunque estaba retirado desde 1958. El contraalmirante tuvo dos hijos; uno era Richard, el padre de Jamie, quien murió el pasado 1º de marzo; la otra, Fiona Campbell-Walter, fue una niña mimada de la alta sociedad inglesa. Había nacido en Nueva Zelanda y tuvo una fulgurante carrera como modelo de Givenchy y Christian Dior, entre otros, siendo además tapa de revista como Life o Vogue, en la década de 1950, lo que –entre otras aventuras– la llevó a vivir un acalorado romance con Alexander Onassis, el hijo del magnate naviero Aristóteles Onassis, el mismo que viviera en Buenos Aires entre 1923 y 1930, cuando comenzó a amasar su fortuna. Dos particularidades: Fiona era 17 años mayor que Alexander; al romance se oponían tanto su padre el armador como su madrastra Jacqueline Kennedy-Onassis…

El romance concluyó de manera trágica cuando el pobre Alexander murió en 1973, a los 23 años, en un accidente de aviación en Atenas; al año siguiente, atenazada por la angustia, Athina, la madre de Alexander, se suicidó con una sobredosis de barbitúricos. En 1975 fue el turno de Onassis, deprimido por la desgracia. Christina, la hermana de Alexander y única heredera del imperio Onassis, falleció en 1988, a los 37 años y de un infarto, en el Tortugas Country Club, en las afueras de Buenos Aires. Había sido un amigo de Onassis, el armador Alberto Dodero, quien financiara la compra de la Ferrari 125 con la que Juan Manuel Fangio consiguió su primera gran victoria en Europa, el GP de Monza de 1949. Como se ve, esta historia tiene numerosas ramificaciones en la Argentina.El romance de Fiona –la tía de Jamie – y Alexander se había encendido mucho después de que la modelo acabara su matrimonio con el barón suizo Hans-Heinrich Thyssen-Bornemisza de Kászon et Impérfalva, al que conoció esquiando en Saint Moritz. Thyssen le propuso casamiento en la mismísima boda del príncipe Rainiero de Mónaco y la actriz estadounidense Grace Kelly.  

Del matrimonio, que duró nueve años, entre 1956 y 1965, nacieron Francesca (en 1958) y Lorne (en 1963), los primos de Jamie. En esos años, Fiona era especialmente amiga de Marella Caracciolo di Castagneto, la esposa del célebre L' Avvocato Gianni Agnelli, el hombre más poderoso de Italia, el titular del emporio Fiat, que en 1969 se había quedado con la mayoría del paquete accionario de la Ferrari. Lo interesante fue que Francesca se casó en 1993 con Karl Von Habsburg, el jefe de la Casa de Habsburgo-Lorena, la antigua casa real de los extintos tronos austrohúngaros. El matrimonio duró hasta 2017, pero tuvieron tres hijos: Leonor (en 1994), Ferdinand (en 1997) y Gloria.

Ferdinand, claro, es el actual piloto de Alpine en el Mundial de Endurance –los motores franceses volaron como fuegos artificiales en las 24 Horas de Le Mans, la carrera que el cordobés José María López estuvo a punto de ganar con Toyota–, y Jamie no es solamente su manager, sino el primo de su madre.

Leonor, la hermana mayor de Ferdinand, se dedicó al diseño de joyas y se casó en julio de 2020 con el belga Jerome D’Ambrosio, ocho años mayor que ella, en una pequeña ceremonia en el Registro Civil de Mónaco, celebrada en plena pandemia del Covid-19 por el entonces alcalde monegasco, Georges Marsan. Leonor y Jerome, dicen las crónicas, se habían conocido en 2017 en un vuelo de Londres a Niza, cuando él estaba divorciándose de su primera mujer. Esos datos no parecen relevantes, salvo por un detalle: D’Ambrosio había sido corredor de autos, como su flamante cuñado. En 2005 abandonó las 24 Horas de Spa apenas unas vueltas antes que la Ferrari que compartían Jamie y Minassian. Pero, sobre todo, fue piloto de Fórmula 1 en 2011, conduciendo para el equipo Virgin (luego Marussia, luego Manor). También corrió F-1 en 2012, cuando como suplente de la escuadra Lotus reemplazó a Romain Grosjean (compañero este año del arrecifeño Agustín Canapino en el equipo Juncos Hollinger Racing en IndyCar) durante el GP de Italia. Acabó su carrera en la Fórmula E, dónde corrió entre 2014 y 2020. Ciertamente: su segundo matrimonio, esta vez con una heredera de los Habsburgo, ameritaba dejar el volante.

Pero como era necesario continuar trabajando, sus contactos le permitieron conseguir un contrato muy lucrativo: primero en el equipo Venturi de Fórmula E, cuya líder era Susie Stoddart, la mujer de Torger “Toto” Wolff, el Team Principal de la escuadra Mercedes de Fórmula 1. Y luego, directamente en esa escudería, como asistente de Toto y su eventual reemplazo en las carreras, como en el GP de Japón de 2023, a las que Wolff no pudiera acudir.

Una de sus ocupaciones más importantes, sin embargo, era supervisar el área de Estrategia del equipo, que hasta 2022 había dirigido con enorme acierto nada menos que James Patrick Vowles, el mismo que había dejado Mercedes en enero de 2023 para hacerse cargo de Williams Racing… y 21 meses más tarde darle la oportunidad a Colapinto de competir en F-1.

D’Ambrosio estaba como quería en Mercedes. Pero como diseñadora de joyas, su mujer Leonor había completado su maestría en el Instituto Marangoni de Milán, y a fines de 2023 consiguió un empleo en la elegante capital de la Lombardía. Así que el expiloto se vio obligado a plantearse un sacrificio si no quería partir en dos a su familia: abandonar Inglaterra y su fabuloso trabajo en Mercedes, para radicarse en Italia.

Su mentor Wolff llamó a su amigo Fred Vasseur, quien desde comienzos de 2023 era su homólogo en la Scuderia Ferrari. Ambos mantienen una amistad desde 2016 y cada vez que el francés viajaba a Inglaterra por cuestiones deportivas pernoctaba en la casa de los Wolff. “Hablo con él varias veces por semana. Es un poco como el rugby: nos golpeamos en la nariz, pero podemos salir del campo y tener una relación respetuosa”; así caracterizaba el austríaco la relación.

Toto intercedió por D’Ambrosio ante su amigo Fred: debía radicarse en Italia, ¿no habría un puesto para el belga en Ferrari? Vasseur respondió afirmativamente. Hoy sabemos que, mientras Wolff abogaba cándidamente por su empleado, el francés operaba en las sombras para arrebatarle a Wolff una preciada gema: Lewis Hamilton. El pase se anunció el pasado 5 de febrero.

Cuando le envié un WhatsApp a Fred hace dos días no me contestó, así que supongo que lo supe. Pero luego, no, Fred no me lo dijo, Lewis sintió que quería decírmelo primero”, contó Wolff en Bahrein, antes del primer Gran Premio de 2024. D’Ambrosio disfrutó de una enorme fortuna: su pase a Ferrari no se habría concretado si el caso Hamilton hubiera estallado antes. Lo cierto es que desde octubre, sirve en Ferrari como delegado de Vasseur pero, básicamente, como líder de la Academia de Pilotos de la casa de Maranello…

De cualquier forma, el belga llegó a un ambiente relativamente familiar y no solo porque sus antepasados eran italianos. La madre de su suegra, Fiona Campbell-Walter, había sido la amiga de Marella Agnelli, la abuela de John Elkann, el actual presidente de Ferrari. Continúan las conexiones de esta historia con la Argentina: una tía abuela de Elkann, Susanna Agnelli, es la madre de Cristiano Ratazzi, que vive en nuestro país desde 1971, dónde durante años fue titular de la Fiat local.

Entre tantas relaciones de sangre, la que nos interesa es la que une a D’Ambrosio con Jamie: el escocés es el primo de la suegra del belga. Su pariente, bah. Quizás no pueda venderle a Colapinto, que ya es piloto de otra academia de pilotos, la de Williams, pero nunca se sabe.

La Ferrari Driver Academy tiene en sus filas, en estos momentos, a tres varones (el sueco Dino Beganovic, el brasileño Rafael Cámara y el finés Tuukka Taponen) y dos chicas (la neerlandesa Maya Weug y la brasileña Aurelia Nobels). D’Ambrosio está a cargo. Y el primo de su suegra, manager de pilotos, siempre puede pegarle una llamadita…

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