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Fórmula 1

Todo lo que sabemos y lo que no sabemos sobre Colapinto 2025

Franco Colapinto  y muchos interrogantes.
3 de noviembre de 2024 00:01 h

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La situación de Franco Colapinto, el primer piloto argentino de Fórmula 1 en casi un cuarto de siglo, parece ser una cuestión nacional. A tres carreras del final de la temporada 2024 –se acaba se disputa en Grande Premio do Sao Paulo, ex GP de Brasil, con el primer abandono de Franco– la urgencia del gran público por saber si el pilarense tendrá continuidad parece dominar todos los debates públicos, deportivos o no. Cualquier tipo de teoría, disparatada o no, circula en las redes, mientras en los medios de comunicación se llevan a cabo cursos ultraveloces de F1 para poder disponer de las últimas novedades y, en esencia, de la gran primicia. Frente a semejante ola de ansiedad, nada mejor que pasar en limpio aquello que sabemos y lo que no sobre las chances del argentino de mantenerse en la máxima disciplina del automovilismo mundial durante 2025.

LO QUE SABEMOS

¿Hay alternativas para que corra el año que viene?

Sí. Son pocas, pero existen. Colapinto cambió radicalmente su discurso en San Pablo, el pasado fin de semana: abandonó su mantra (“no pienso en el futuro, no sé si en 2025 estaré corriendo, pero eso no me importa”) por una definición tajante sobre su futuro: “pienso que si Williams no puede darme un asiento para 2025, lo normal sería dejarme ir a algún otro lado para mi futuro”. Ese cambio rotundo, experimentado en una conferencia oficial de la F-1, prueba la existencia de negociaciones.

¿Hay interés de RedBull?

Sí, por varios motivos. Porque Colapinto mostró en estas pocas carreras mucho más que lo que había puesto en escena en su campaña, y eso llamó la atención del equipo campeón del mundo, que lo explicitó en más de una ocasión. Colapinto no desentonaría como piloto en ninguno de los dos equipos que son propiedad de la compañía que fabrica bebidas energéticas. Además, atrae su condición de latinoamericano.

¿Williams está dispuesta a cederlo?

Sí, pero a un costo muy alto, según parece. Eso es lo que se desprende de la declaración del piloto argentino del jueves. La escuadra de Grove invirtió fuerte en su carrera, pagó para que pudiera correr en F-3 y F-2, y al darle una chance en F-1 le hizo firmar un contrato de largo aliento, probablemente hasta 2028. Más que cederlo, pretende negociar su pase, como si se tratara de un futbolista. Vender su contrato. Y el precio es alto. Cuando Colapinto pide que lo dejen ir, está sugiriendo al equipo que sea razonable en la negociación. Hay que tener en cuenta que este pasado fin de semana representó pérdidas cercanas a los 15 millones para Williams, entre arreglos de los coches y la posición perdida en el campeonato con Alpine.

¿Quién puede “comprar” ese contrato?

No hay muchas alternativas: RedBull, si acepta pagar lo que Williams reclama, o los sponsors argentinos de Colapinto. En ese último caso, la situación sería por lo menos risueña: invirtieron algunos millones de dólares para subirlo a un Williams y, un mes y medio después, tendrían que invertir otro tanto (o más) para sacarlo de allí...

¿Puede correr en algún otro equipo?

No. La única butaca que quedaba libre, la del equipo Sauber, parece destinada al brasileño Gabriel Bortoleto (campeón 2023 de F-3 y líder del torneo actual de F-2), cuyo padre posee aceitados contactos en el automovilismo. El prestigioso medio Auto Motor und Sport alemán da por hecho el acuerdo.

¿La Fórmula 1 quiere a Colapinto?

¡Claro! Está sorprendida por el fenómeno popular que encarnó Franco, la repercusión que tiene en las redes y la pasión de los hinchas argentinos, que demostraron su lealtad incluso ante la primerar adversidad seria del piloto. Sin embargo, sus dirigentes actuales no tienen el nivel de influencia de, por ejemplo, Bernie Ecclestone, el antiguo zar de la F-1, que era capaz de digitar los pases entre equipos para contar siempre con los mejores pilotos en autos competitivos.

¿Cuándo se define el futuro del argentino?

A más tardar, el fin de semana en el que se disputará el Grand Prix de Las Vegas, el 23 de noviembre. Para entonces tendría que haber respuestas definitivas por parte de aquellos que tendrían que “comprar” el contrato. El resultado de la carrera de Brasil, choque de Colapinto incluido, no debería afectar las negociaciones.

¿Puede quedarse en Williams?

Por supuesto: un contrato multianual lo liga. Si no corre en 2025, será piloto de reserva, pasará mucho tiempo en un simulador, ensayará en pista con coches modelos 2021 y estará preparado para volver a la F-1 en el momento en que el equipo lo disponga. Ahora bien, esa opción que hace dos meses parecía extraordinaria, hoy sabe a muy poco. Su entorno está haciendo mucho para evitarla.

LO QUE NO SABEMOS

¿El trato está hecho?

El excampeón argentino de automovilismo Rubén Daray, desde hace años dedicado al periodismo audiovisual, lo dio por hecho en sus redes el viernes. RedBull no lo confirmó, ni tampoco el manager de Colapinto, lo que no significa más que eso. Hasta el jueves, de acuerdo a la declaración de Colapinto, no estaba hecho. El sábado vieron salir a Christian Horner, el Team Principal de RedBiull, de las oficinas de Williams, en el circuito de Interlagos, y muchos sospecharon que el acuerdo estaba sellado, pero ese tipo de negociaciones no se cierran de esa manera. James Vowles, el titular de Williams, desmintió la especie con una humorada. Incluso el manager de Franco, el británico Jaime Campbell-Walter, desmintió con ironía en un tuit la versión del acuerdo cerrado con RedBull. En definitiva, salvo los involucrados, nadie lo sabe realmente si el trato es cosa juzgada, o puede afirmarlo sin temor a que lo desmientan.

¿Será compañero de Max Verstappen?

No lo sabemos a ciencia cierta. Podría serlo si RedBull decide rescindir el contrato de Sergio “Checo” Pérez (en mayo le renovó por dos años) y elige como reemplazo a otro piloto latinoamericano, para no perder el auspicio del conglomerado de telecomunicaciones que apoyaba al mexicano y que maneja el magnate Carlos Slim. Pero también podría ir al equipo B de RedBull, Racing Bull, si el management decide promover a su joven piloto Liam Lawson como compañero de Verstappen.

¿Qué dinero se precisa para concretar el “pase”?

No está claro. La versión de un periodista neerlandés –que muchos aceptaron sin cuestionar la fuente– lo establecía en 20 millones de dólares. Lo cierto es que, si RedBull tiene que pagar la rescisión del contrato de Pérez, será por una cantidad de ocho cifras que le quitaría poder de fuego para, además, comprar el contrato del argentino. Sobre todo, cuando ya sostiene una academia de pilotos. El más encumbrado de ellos, el francés Isack Hadjar (“siempre fue más rápido que Colapinto en F-2”, recordó el doctor Helmut Marko, el líder de la academia), estuvo el fin de semana en Interlagos.

PV

 

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