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Rihanna será la atracción del entretiempo del Super Bowl al que había rechazado como protesta antirracista

Rihanna, en una de sus últimas actuaciones de 2016

Laura García Higueras

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La imagen de la mano de Rihanna sujetando un balón de fútbol americano ha sido suficiente para encender la mecha. La cantante de Barbados ha anunciado así que actuará en la Super Bowl 2022, uno de los eventos deportivos y televisivos más importantes del año a nivel e internacional. La artista, que lleva alejada de la industria musical desde 2016, volverá por todo lo alto el próximo 12 de febrero subiéndose al escenario del State Farm Stadium de Glendale, Arizona, donde protagonizará el entretiempo de la final de la NFL.

La intérprete de éxitos como Umbrella y Diamonds sustituirá a Taylor Swift, que fue la primera opción y rechazó la propuesta por estar centrada tanto en el lanzamiento de su próximo disco Midnights el 21 de octubre, como en la regrabación de sus trabajos previos. Según reveló a TMZ, no hará ninguna actuación en directo hasta que sus seis primeros discos pasen por el estudio.

Rihanna también dijo que no a la Super Bowl, en 2019, para apoyar a Colin Kaepernick, el atleta al que la liga sancionó por haber hincado su rodilla y levantado el puño en 2016 durante el himno nacional. Un gesto con el que el deportista mostró su solidaridad con el movimiento Black Lives Matter, criticando la brutalidad policial que sufre la población negra en Estados Unidos. “Para mí esto es más grande que el fútbol y sería egoísta por mi parte mirar hacia otro lado. Hay cuerpos en las calles y gente que se sale con la suya”, declaró, “no busco aprobación. Tengo que levantarme por los oprimidos. Si me quitan el fútbol y los patrocinadores sé que me pongo en pie por lo que es correcto”.

El quarterback fue apartado de la competición después de que la derecha le linchara por haberse atrevido a menospreciar de esa manera un símbolo nacional. La NFL apoyó las críticas y hasta creó una ley por la que los equipos serían multados si alguno de sus jugadores se atrevía a repetir el gesto. Tiempo después de haber rechazado actuar en el partido, Rihanna explicó que “no podía arriesgarme a participar en algo así. ¿Para que gane quién? Desde luego, no mi gente. No podía venderme así. Hay cosas en esa organización en la que estoy de acuerdo, y no iba a ir allí a servirlos de ninguna manera”. Adam Levine, líder de Maroon 5, fue su sustituto.

La artista de Barbados, que no ha hecho más declaraciones sobre el tema ni su futuro espectáculo, tomará el relevo de Snoop Dogg, Mary J. Blige, Kendrick Lamar, Dr. Dre, 50 Cent y Eminem; que protagonizaron un homenaje al hip hop de los 90 y principios de los 2.000 el año pasado. El número no estuvo exento de polémica, ya que algunas de las canciones pasaron un filtro con el que fueron despojadas de toda referencia a cuestiones raciales. Fue el caso de Alright de Lamar, conocida por su crítica a la violencia policial contra la comunidad afroamericana, incluye la frase “And we hate po-po” (Y odiamos a la policía). Una línea que no se escuchó durante la emisión de la NBC por un corte de cámara que sacó al intérprete de plano.

Eminem, por su parte, clavó su rodilla en el suelo durante un minuto tras cantar su clásico Lose Yourself, repitiendo el gesto de Kaepernick. En las jornadas previas al partido, varios medios estadounidenses informaron de que los artistas tendrían prohibido hacerlo. Sin embargo, un representante de la NFL afirmó a Variety que desde la liga sí que estaban al tanto de sus intenciones. “Vimos todos los elementos del show durante múltiples ensayos y sabíamos que iba a hacer eso. No era un motivo de preocupación. Un jugador o entrenador podría haberse arrodillado y no habría habido problema”, expuso el portavoz de la competición, pese a que ésta había estado envuelta en otras controversias raciales más allá de la relativa al citado quarterback.

La esperada vuelta de Rihanna

La actuación de Rihanna supondrá su regreso a la música seis años después. La ganadora de nueve Premios Grammy lleva alejada de la industria desde 2016, cuando lanzó su último disco, Anti. La artista argumentó que quería poner el foco en sus otros proyectos, como su marca de cosméticos Fenty Beauty. Tres años después, adelantó que en 2019 lanzaría su siguiente álbum, R9. Titulo que, alcanzado 2022 sigue sin haber sido publicado y continúa generando expectativas. Como único anticipo, la cantante lanzó Believe it en 2020, una colaboración con ParyNextDoor.

Su confirmación para la Super Bowl 2022 podría ser indicativo de que las nuevas canciones de la artista verán pronto la luz; pero todavía no hay ninguna fecha confirmada ni se saben más detalles sobre los temas y géneros que incluirá en el esperado volumen. Tampoco si se subirá al escenario sola o acompañada, como ya ocurriera en la anterior edición y en la de Jennifer López con Shakira en 2020. Hay quienes ya han fantaseado en redes sociales pidiendo que vuelva a interpretar S&M junto a Britney Spears.

En el aire está igualmente el documental sobre su vida que Amazon Prime Video que anunció en 2019. Una producción que contaría con un presupuesto de 25 millones de dólares y Peter Berg (Día de patriotas) en la dirección. La plataforma avanzó que el proyecto ahondaría en la vida de la cantante más allá de los focos, pero actualmente se desconoce el punto en el que se encuentra ni sus planes de estreno.

Con el fichaje de Rihanna, la Super Bowl vuelve a apostar por la elección de estrellas femeninas de la música para sus intermedios. La Banda sinfónica de la Universidad de Arizona fue la encargada de la primera actuación en el descanso de la final en 1967. Desde entonces han desfilado por su escenario figuras como Michael Jackson, Stevie Wonder, Phil Collins, Gloria Estefan, Diana Ross, Christina Aguilera, Britney Spears, Shania Twain, Jessica Simpson, Prince, The Rolling Stones, Paul McCartney, Bruce Springsteen, The Black Eyed Peas y Bruno Mars.

En la última década, los shows competición han sido eminentemente liderados por referentes femeninos como Madonna (2012). Beyoncé fue su sucesora en 2013 y a ambas les han seguido Katy Perry (2015), Lady Gaga (2017), Jennifer López y Shakira (2020). Sus espectáculos conllevan un esfuerzo de planificación tan mayúsculo que dos de sus cantantes inmortalizaron sus preparativos en sus propios documentales: Gaga (Five Foot Two) y López (Halftime), ambos disponibles en Netflix. El próximo mes de febrero Rihanna será la siguiente en ampliar el olimpo de las grandes divas que han liderado el popular y laureado evento.

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