Argentina comienza a pagar la deuda reestructurada en 2020 con los fondos de inversión el Día de la Independencia
El ministro de Economía, Martín Guzmán, no quería pagar este año intereses de la deuda en dólares con los fondos de inversión y el resto del sector privado, pero en la dura negociación de 2020 debió ceder en ese aspecto. Y este viernes, Día de la Independencia, hará el primer desembolso de ese pasivo reestructrurado: abonará US$ 164 millones a los tenedores de bonos Global, Bonar y GE. Queda aún pendiente la renegociación de las deudas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Club de París, con fuertes vencimientos en 2022.
La deuda pública con el sector privado era del 12% del PBI en 2015, cuando terminó el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. En la gestión de Mauricio Macri ese endeudamiento se elevó al 38% en 2018, cuando la Argentina pidió un préstamo récord al FMI para pagar lo debido a los fondos de inversión. Así fue que Macri terminó su gobierno con una deuda con acreedores privados equivalente al 33% del PBI, mientras lo adeudado a organismos multilaterales, como el FMI, se incrementó del 5% en 2017 al 20%. En 2020, en la medida en que la economía argentina fue una de las que más cayó en la pandemia en Latinoamérica, se amplió la relación entre la deuda y un PBI menor: en el caso de lo debido al sector privado llegó al 38%, pese a la reestructuración, que podó más los intereses y apenas tocó el capital, y lo referente a organismos multilaterales subió al 24%.
Tras el canje de deuda de 2020, lo adeudado con acreedores privados en moneda extranjera apenas implicará en 2021 el pago de intereses de este viernes. Pero ya en 2022 se requerirán más de US$ 1.000 millones para abonar los cupones; en 2023, año de elecciones presidenciales, 1.600 millones y en 2024, 2.200 millones. Entre 2025 y 2030 se acumularán pagos anuales por 2.400 millones.
En el caso del capital de ese pasivo, a partir de 2025 deberán pagarse más de 5.000 millones; en 2027, más de 6.000 y entre 2028 y 2035 millones, más de 7.000 millones por año. Son fondos que los próximos gobiernos argentinos deberán buscar refinanciar en los mercados de capitales porque ningún país cuenta con la capacidad de ir cancelando todas sus deudas. El problema es que esos vencimientos se combinarán con la devolución del megapréstamo de 44.000 millones que tomó Macri con el FMI y que si hay acuerdo, deberán devolverse en diez años, quizá hasta 2032. Y para cancelar ese crédito, la Argentina también deberá ir recurriendo a los mercados. Tarea nada fácil.
AR
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