La CGT acepta la pauta salarial del Gobierno, pero cada gremio buscará beneficios adicionales
No es fácil desentrañar el mensaje de los líderes de la Confederación General del Trabajo (CGT). El martes, la cúpula de la mayor central obrera del país se reunió para preparar su respuesta a un probable encuentro del gabinete económico con empresarios y gremialistas que serían convocado en las próximas horas. Sin embargo, hay que leer entrelíneas para comprender qué responderán los sindicalistas.
“No vamos a poner ningún límite a ninguna paritaria”, declaró Andrés Rodríguez, jefe de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN), a la agencia Télam, para luego aclarar que “si se logran 2 o 3 puntos por encima de la inflación, será un paso adelante”.
¿Cómo se entiende el mensaje? Un asesor de los popes de la CGT lo interpreta: “Primero, no todos están encolumnados en la CGT. Segundo, los que están encolumnados en la CGT (n. de la r.: desde Sanidad y estacioneros de servicio, de los líderes de la CGT, Héctor Daer y Carlos Acuña, hasta Comercio, UPCN, los metalúrgicos de la UOM, del Seguro, los maquinistas de La Fraternidad, los obreros de la UOCRA y los de Obras Sanitarias, cerveceros, aduaneros y los docentes de UDA, entre otros) van a tomar esos dos puntos como una referencia que les da (Martín) Guzmán, pero al negociar su paritaria cada gremio, aunque en la gacetilla de prensa digan que firmaron por esos dos puntos, conseguirán un bono u otros instrumentos que dejen contentos a sus afiliados”. No sería es la primera vez: fue la práctica habitual de los sindicatos de la CGT durante el kirchnerismo.
Habrá que ver cómo reaccionan los sindicatos que quedaron fuera de la CGT, como los Camioneros de los Moyano o la Asociación Bancaria, de Sergio Palazzo, que está negociando ahora su paritaria. O qué pasará con las dos Centrales de Trabajadores de la Argentina (CTA), la de los Trabajadores, que lidera el diputado oficialista Hugo Yasky, y la Autónoma, de Raúl Peidro.
AR
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