Milei profundiza la concentración de empresas en pocas manos que heredó de Alberto Fernández
Si hay una política de Estado de la gestión de Alberto Fernández que Javier Milei no solo continuó, sino que sobre todo profundizó, tiene que ver con la concentración en pocas manos del capital empresarial. Según un reciente informe que publicó el INDEC en base a una encuesta a las 500 grandes empresas, en el último año de la gestión del Frente de Todos las firmas más importantes del país tuvieron ganancias por encima de la inflación e incluso algunas compañías sobresalieron sobre su competencia. Un fenómeno que, según especialistas consultados por elDiarioAR, bajo el primer año de la administración libertaria se acrecentó.
En el 2023, año electoral con 148,2% de inflación anual, 41,7% de pobreza y la aparición de los llamados “trabajadores pobres”, las 500 principales firmas de la Argentina lograron cerrar sus balancaes con números positivos. De acuerdo a la Encuesta Nacional a 500 Grandes Empresas (ENGE) –que acaba de difundirse y que analizó este medio–, la utilidad empresarial total pasó de $2.6 mil millones a $7.3 mil millones; es decir, un incremento de 176%, por encima de la inflación del 148,2%.
Al hacer doble click sobre esos números se observa una tendencia a la concentración económica dentro y fuera de este universo. Por un lado, hay un desempeño desigual, ya que 166 de las 500 compañías tuvieron un resultado negativo en el año, por lo que se concentran los balances positivos en unas pocas firmas. Por otro lado, se observa un aumento en los márgenes de ganancia en mayor proporción que el incremento en los costos laborales, reflejando una disparidad en la distribución de los beneficios económicos entre capital y trabajo.
Existe poca información sobre la cúpula empresarial argentina y es por eso que la ENGE que publica cada enero el INDEC es una herramienta fundamental para el análisis de la fauna económica nacional. La encuesta oficial cuenta con datos desde 1993 y brinda información primaria sobre el perfil y el comportamiento de las empresas más importantes que operan en el país.
Si bien no menciona nombres de las compañías, entran en este ecosistema muchos de los actores ya conocidos, como los miembros de la Asociación Empresaria Argentina (AEA): Arcor, Clarín, Bagó, La Anónima, PAE, Techint, Grupo Módena y Grupo Miguens, entre otros. Justamente con sus referentes el ministro de Economía, Luis Caputo, comió pollo con puré hace apenas semanas durante su brindis de fin de año.
Más margen, menos costo laboral
“Lo que se observa es que las utilidades de las 500 mayores empresas aumentaron por encima de los salarios pagados por estas mismas firmas. Esto da cuenta de un incremento de los márgenes durante 2023, en el marco del proceso de alta inflación que se vivió especialmente durante el segundo semestre”, planteó para elDiarioAR el economista y diputado nacional Itai Hagman.
Efectivamente, 2023 fue el tercero de los últimos doce años con mayor margen de ganancia –utilidad con respecto al Valor Bruto de Producción (VBP)–. “Son casi 2 puntos por encima del promedio, consolidando una tendencia positiva tras el golpe de la pandemia. Mientras tanto, el costo salarial sigue por debajo del promedio”, aseguró la analista económica integrante del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) Carolina Berardi.
Según una serie más larga que elaboró CEPA, el margen de ganancia de las mayores empresas fue de 9% en 2023 (el promedio desde 2012 es de 7,2%); en tanto el costo laboral fue de 13,6% respecto al VBP (el promedio de la serie es 14,3%). “Se quedaron con mayor margen en detrimento de incrementar salarios”, concluye Berardi.
El poder concentrado en cada vez menos
Además de la concentración más “visible”, la ENGE muestra un desempeño desigual dentro del propio universo de la cúpula empresarial. Solo las cuatro empresas más grandes incrementaron su participación en la utilidad total, pasando del 6,4% en 2019 al 17,7% en 2023. Las 50 más grandes concentraron el 37% y el 51,1%, respectivamente. Este aumento de 14 puntos porcentuales en cuatro años sugiere que cada vez menos empresas captan una proporción creciente de los beneficios generados.
Sobre este fenómeno bajo la gestión libertaria, apuntó Hagman: “Milei se ha cansado de repetir que los monopolios, la forma máxima de concentración, no son malos. Al contrario, pueden ser maravillosos porque significa que hay alguien que provee a la sociedad de determinado bienes mejor que nadie”. El legislador agregó que si bien las grandes empresas pueden ser beneficiosas para el desarrollo del país, como es el caso de YPF, la concentración también trae problemas que deben ser atendidos por la política pública.
“Mayor concentración da lugar a mayores asimetrías entre las grandes empresas y las más pequeñas a la hora de negociar precios y condiciones, lo que en el contexto macroeconómico actual es muy riesgoso. Hay que recordar que las PYMES explican el 64% del empleo registrado. Además, la economía en su conjunto se perjudica cuando la concentración termina en monopolios o cartelización que tienen por objetivo establecer mayores márgenes de ganancia. Un clásico problema en Argentina son el cemento o los insumos de uso difundido. Pero también se puede ver en actividades más nuevas como el e-commerce, donde solo la comisión por vender en Mercado Libre puede alcanzar el 20% del precio total de venta”, aseguró el diputado.
Para 2023, esta cúpula empresaria representaba un 24,4% del Valor Bruto de Producción en relación al total de la economía nacional; es decir que sólo 500 empresas generan un cuarto del valor total producido en la Argentina.
De acuerdo al análisis del CEPA sobre esta encuesta, las 500 empresas más grandes del país sólo pagaron en 2023 un 7,7% de impuestos sobre su VBP. En los últimos doce años pagaron, en promedio, un 10,7%. “La ENGE desmiente la idea de la alta presión impositiva de la Argentina”, observó Berardi.
El perfil empresario argentino
La ENGE es de utilidad para entender el mapa integral de la fauna empresarial argentina. Sobre el origen del capital, apunta que la mayoría de las empresas más grandes del país (61,4%) son de capital con participación extranjera y, en 2023, generaron 486.102 puestos de trabajo asalariados. Como contraparte, 193 de las 500 empresas más grandes del país (el 38,6%), tienen capital de origen nacional y generaron 330.943 puestos de trabajo. En suma, son las empleadoras del 7,3% del total de asalariados de la economía argentina. En 2019, había una menor cantidad de firmas de capital nacional (191) y más de capital extranjero respecto al último año de gestión de los Fernández.
La encuesta también hace una distinción por sector. El informe visibiliza el perfil productivo del empresariado argentino: un 57,8% pertenecen a la industria manufacturera –una tendencia que se mantiene desde que comenzó la encuesta–, con predominancia de aquellas que están vinculadas a la transformación de los recursos naturales.
La industria de alimentos, bebidas y tabaco, encabeza la lista con el 21,4%. En segundo lugar aparecen los combustibles, químicos y plásticos (16%). Luego los sectores de maquinarias, equipos y vehículos, que representaron el 10%. En tanto un 8,6% del total de empresas pertenecen a minas y canteras, un sector que en 2022 se ubicaba en quinto lugar en órden de relevancia. “Entre los ganadores por rama de actividad se destacan minas y canteras, cuya dinámica está escindida del mercado interno”, asegura Hagman.
Por su parte, electricidad, gas, agua, residuos y saneamiento suman el 8,2%, comercio el 7,6%, transporte, correo y almacenamiento el 6%, servicios de información y comunicación el 4,4% y construcción el 2%.
Y el documento del INDEC también analiza a las 500 más grandes de acuerdo a su pulso en generar inversiones. Lo que revela el informe es que a pesar del aumento de utilidades, la Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF) no creció en términos reales entre 2019 y 2023. La participación de las empresas de capital extranjero fue predominante en este indicador, explicando cerca del 77% de la FBCF total en 2023, mientras que las empresas de capital nacional contribuyeron con el 13%. Esto evidencia una brecha significativa en la capacidad de inversión, que podría estar relacionada con el acceso diferencial a financiamiento y recursos estratégicos.
El camino libertario a la concentración
Lejos de revertirse, la tendencia del modelo económico libertario es a una mayor concentración, sustentada en tres elementos constitutivos del programa de La Libertad Avanza.
“En primer lugar, ciertas medidas de desregulación económica que desmantelan normas que apuntaban a una menor concentración de mercado. Por ejemplo, la Ley de Góndolas que regulaba la distribución de los productos en las góndolas de los supermercados para favorecer la participación de pequeñas empresas”, puntualizó Hagman.
En segundo lugar mencionó la apertura importadora sin criterio, que afecta particularmente a las pequeñas y medianas empresas de acuerdo con la evidencia reciente de la década de los '90.
En tercer lugar aparece el RIGI, ya que ofrece beneficios exclusivamente a grandes empresas sin un programa de desarrollo de proveedores u otro tipo de encadenamientos que involucren a pequeñas y medianas empresas.
Esta característica no es aislada para Argentina, sino que se extiende en toda la región de América Latina y el Caribe: “En América Latina, además del incremento de la pobreza y la riqueza extrema, se observan cada vez menos empresas familiares y un incremento de la riqueza de las grandes corporaciones, incluso por factores externos que nos han afectado a todos como la pandemia o la inflación que generó la guerra entre Rusia y Ucrania”, explicó a elDiarioAR Grazielle David, coordinadora de Justicia Económica para Oxfam en América Latina y el Caribe. La especialista internacional coincide con que la tendencia de la concentración económica para 2024, primer año de Milei, fue “de mayor desigualdad”.
NR/MC
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