Crónica de una crisis energética anunciada: la tormenta de Año Nuevo destapó la fragilidad del sistema eléctrico
El 2025 empezó con una tormenta fuerte y 95.500 hogares sin luz en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Sandra estaba pasando año nuevo con su familia en Recoleta —foco de los cortes—, pero es vecina de La Boca desde hace veinte años. Dice en chiste que tiene un máster en cortes de luz, pero parece que sí, que tiene un máster: habla de fusibles, de monofásicas, de cómo se da cuenta si el corte fue porque “levantaron la palanquita desde Edesur”, de las cuadrillas, del ENRE, otra vez de Edesur. “Aprendí por hablar con otros vecinos y por la experiencia, como la vida. No tener luz, más allá del entretenimiento, te descuajeringa la vida en lo laboral y en la diaria y además es sumamente injusto. Sobre todo con lo que aumentó la boleta este año”, cuenta a elDiarioAR.
Las tarifas de energía eléctrica aumentaron 268% en promedio durante el 2024, de acuerdo con Observatorio de Tarifas y Subsidios del Instituto Interdisciplinario de Economía Política de Buenos Aires (IIEP) de la UBA y el Conicet. Tras este “sinceramiento tarifario”, para 2025 la prioridad del gobierno de Javier Milei es mantener un bajo nivel de inflación. En las próximas semanas Energía convocará audiencias públicas para definir los aumentos, pero fuentes oficiales confiaron a elDiarioAR que apuntan a que los mismos no superen por más de un dígito la inflación de cada mes.
Si bien el servicio de energía eléctrica fue restablecido a las pocas horas —el viernes quedaban solo 8770 hogares sin suministro—, el hecho dejó en evidencia que el sistema de red eléctrica, beneficiado en diciembre por las bajas temperaturas, es una bomba que siempre está a punto de explotar. Las empresas involucradas en la cadena no confían en el plan de contingencia que elaboró el Gobierno para evitar cortes de luz en el verano, y alertan que ya se debería estar trabajando sobre los años que vienen, que tendrán mayor demanda. Según fuentes oficiales, “no se puede hacer magia” con la situación actual pero entre enero y febrero se publicarán dos licitaciones clave para lograr una mejora estructural en el sistema hacia el verano 2026.
Un objeto volador
El corte masivo del primer día del año duró poco más de una hora. Desde Edesur, responsable del 89% de los usuarios afectados (85.125), aseguraron a este diario que el desperfecto fue por un problema de generación en una de las plantas de la generadora de energía Central Puerto; y otros cortes en el Gran Buenos Aires por el viento de la tormenta.
“Hubo un desprendimiento de un elemento suelto, que puede ser una planta, o una rama, que voló y pegó en un aislador de una de las estaciones transformadoras de Central Puerto, produciendo la salida del servicio de las mismas”, contaron a elDiarioAR desde la empresa que tiene la capacidad de generar más de 1.700 de los 12.000 MW que el AMBA demanda en días pico.
La “ventaja” que tuvo esta falla es que pasó un día feriado y con una temperatura moderada, en el que no había demanda muy alta. Entonces toda la potencia instalada para alimentar CABA no estaba despachada y se pudo solucionar “relativamente rápido”, agregaron desde el sector.
Un verano complicado
Así lo definió Daniel González durante su primera aparición pública como secretario coordinador de Energía y Minería de la Nación en el aniversario número 110 de la petrolera Shell a principios de septiembre. Es que Cammesa —la empresa encargada de planificar las necesidades de capacidad de energía y operar el mercado eléctrico— había proyectado que la demanda del verano podría alcanzar un pico 30.000MW en el país, por encima de los 29.000MW récord al que se había llegado en febrero de 2024.
Al mes de esa aparición, en octubre, la Secretaría de Energía publicó la Resolución 294/2024, un “Plan de contingencia y previsión para meses críticos del periodo 2024/2026”, con medidas específicas para el corto, mediano y largo plazo en los tres eslabones del mercado.
- La generación: empresas que producen la energía a través de distintas fuentes que van desde centrales térmicas —hidrocarburos, sobre todo gas—, termoeléctricas como las de Central Puerto en AMBA —a base de combustibles líquidos como el gasoil y fuel oil— e hidroeléctricas —utilizan generación hidráulica— hasta las renovables —la solar y eólica
- El transporte: a través de grandes líneas de mayor voltaje que van de los centros de producción a los de consumo
- La distribución: que son las pequeñas líneas que llevan la energía desde las estaciones transformadoras a los hogares, donde juegan las famosas Edesur y Edenor en AMBA.
Para las generadoras, el Gobierno dispuso incentivos económicos a aquellas que cuentan con máquinas antiguas (algunas tienen más de 60 años) que normalmente no son utilizadas, para que las pongan en uso y les hagan un mantenimiento. Con esto, consiguieron tener disponibles 380 MW para momentos críticos.
También tienen en cuenta la importación de energía de países limítrofes como Brasil o Paraguay en momentos de alta demanda. En este sentido, los últimos dos meses de lluvias en Brasil, que genera el 70% de su energía a partir de centrales hidroeléctricas, y la mejora del caudal del río Paraná que afecta positivamente a la generación de la entidad binacional Yacyretá, generan un alivio para la Argentina, que podría contar con disponibilidad para importar energía en el caso de que la necesite.
Por el lado del transporte, establecieron un programa de promoción de inversiones en ampliación de infraestructura de transmisión; el uso preventivo de transformadores de reserva en nodos críticos para evitar sobrecargas; y la aceleración de obras en redes de alta tensión.
Para la distribución, elaboraron un programas de atención de contingencias para evitar fallos mayores en áreas concesionadas, y la declaración y uso de generadores móviles en redes distribuidoras para períodos de alta demanda.
Además, abrieron un registro para que las grandes industrias, calificadas como grandes usuarios mayoristas (GUMA), se anoten de manera voluntaria para disminuir como mínimo un 10% de su demanda en momentos de máxima tensión del sistema, a cambio de un incentivo económico. Según fuentes oficiales, el registro se actualiza semanalmente y algunas de las que se fueron anotando son Aluar, Acindar y Tenaris, entre otras.
“Hasta ahora, el clima acompaña”, repiten como un mantra todos los involucrados en el abastecimiento de energía, que aseguran que el problema grande es cuando hacen temperaturas por encima de los 30 grados durante más de cuatro días seguidos. Situación que no se pronostica para enero, ni febrero. Los ojos están puestos en marzo que, a las altas temperaturas, se le suma el regreso de la gente de las vacaciones y el comienzo de la actividad en general.
“Magia no vamos a hacer y es imposible garantizar que no se corte la luz”, admiten desde los despachos oficiales, “pero sí se pueden mitigar cortes y, sobre todo, encontrar soluciones en respuestas más rápidas tras décadas de falta inversión y un enamoramiento del congelamiento tarifario que duró más de veinte años”.
Lo que viene no es mejor, salvo que se tomen decisiones
“Todo el mundo está muy enfocado en este verano, pero el problema se agrava para los que vienen”, alerta una fuente del sector. El crecimiento vegetativo sumado a una economía en recuperación, generará un aumento de al menos 5% de la demanda de energía para el año que viene.
En diálogo con este diario, fuentes oficiales aseguraron que entre enero y febrero saldrán dos licitaciones: de baterías para almacenamiento de energía eléctrica, y de construcción de una nueva planta de generación térmica.
“Pero vamos a tener el mismo problema”, continúan desde el sector privado, “porque para instalar una máquina nueva necesitas entre 30 y 36 meses, o mismo las baterías que pretenden licitar para almacenar energía y tener reserva para las horas pico, que tienen unos diez meses de instalación. Si no se toman decisiones ahora el problema va a ser cada vez peor año a año”.
NR/JJD
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