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ANÁLISIS

Se relanza el tratado de libre comercio entre la UE y el MERCOSUR: ¿Qué consecuencias tiene para la Argentina?

Úrsula von der Leyen y Alberto Fernández

Ivo Cortazzo

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En el marco del primer foro empresarial Unión Europea - Argentina, la presidenta de la Comisión Europea Úrsula Von der Leyen aseguró ante los presentes que tiene el compromiso de poner en vigencia el acuerdo de libre comercio entre el MERCOSUR y la Unión Europea antes de fin de año.

Frente a un salón repleto de empresarios, Von der Leyen se mostró confiada en poder retomar y profundizar las relaciones comerciales entre la Unión Europea y Argentina, principalmente en el sector de las energías renovables y alimentos.

La presidenta de la Comisión Europea aseguró que Europa y Argentina son “viejos amigos que deben relanzar sus relaciones comerciales”. En este sentido, la puesta en marcha del acuerdo de libre comercio firmado en 2019 entre ambos bloques, resultaría fundamental a la hora de retomar estos lazos. En palabras de la funcionaria “todos los esfuerzos deben estar puestos ahí”.

Por su parte, destacó que más de la mitad de las inversiones que recibe nuestro país provienen del viejo continente, generando más de 300.000 puestos de trabajo en el sector privado, principalmente, en el sector de servicios, industria farmacéutica e industria automotriz. También, agregó que hay mucho potencial para desarrollar inversiones en energía limpia e infraestructura digital, entre otras cosas.

En este sentido, el tratado de libre comercio entre ambos bloques podría agilizar y facilitar tanto el flujo comercial como el flujo de inversiones, contribuyendo a dinamizar la economía de cada una de las partes. Sin embargo, los tratados comerciales de este estilo tienen riesgos y beneficios que es preciso contemplar.

 ¿Qué es y que conlleva el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el MERCOSUR?

Hace más de 24 años, la Unión Europea y el MERCOSUR iniciaron negociaciones para establecer un tratado de libre comercio entre ambos bloques con el objetivo de dinamizar las respectivas economías y agilizar el flujo comercial y de inversiones.

Después de 20 años de extensas negociaciones, en 2019, ambas partes lograron firmar -aunque aún no se ha puesto en marcha- un acuerdo histórico ya que es el tratado de libre comercio más grande del mundo, con 31 países implicados -Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay por parte del MERCOSUR y los 27 restantes del bloque europeo-, un PIB de, aproximadamente, 20 billones de dólares y un mercado de más de 700 millones de habitantes.

Este acuerdo se compromete a eliminar casi la totalidad de los aranceles a las importaciones provenientes de la Unión Europea -a la inversa sería similar- de manera gradual. De esta manera, el MERCOSUR pasaría a tener tratados de libre comercio con el 23,5% del PBI global mientras que hoy tan solo los tiene con el 1,4%.

Sin embargo, hoy por hoy, el acuerdo se encuentra trabado. A pesar de su firma hace 4 años, el acuerdo no se ha puesto en marcha por una serie de razones.

Uno de los motivos oficiales por los cuales el acuerdo no ha avanzado tiene que ver con elevado nivel de deforestación en la Amazonia durante los últimos años del gobierno de Jair Bolsonaro en Brasil. La Unión Europea expresa que los acuerdos deben garantizar el crecimiento sostenible y sustentable de las actividades económicas de ambos bloques.

Si bien la asunción de Lula a la presidencia de Brasil, renovó las expectativas, el último informe del Instituto del Hombre y el Medio Ambiente de la Amazonia muestra que la deforestación durante los últimos meses ha crecido de manera significativa.

Por otro lado, los países de la Unión Europea con fuertes intereses agrícolas ven un peligro competitivo en liberalizar el comercio de alimentos y materias primas ya que, los países del MERCOSUR, son grandes exportadores de materias primas agrícolas y temen no poder competir. Países como Francia e Irlanda, son quienes adoptan las posturas más fuertes y no quieren ceder el proteccionismo de su producción local.

Si bien, durante el último año -profundizado por la crisis alimentaria y energética producto de la guerra entre Ucrania y Rusia- hubo algunos encuentros entre miembros del bloque europeo y cancillería argentina, funcionarios del gobierno actual tienen sus reservas en cuanto al avance de este acuerdo -a diferencia de Brasil que quiere impulsarlo lo antes posible-.

 ¿Cuáles son los potenciales riesgos y beneficios de este acuerdo?

Los tratados de libre comercio eliminan -o minimizan- los aranceles a las importaciones entre las partes involucradas. El objetivo de establecer aranceles a las importaciones es el de proteger la producción local frente a la competencia externa. El argumento principal de quienes sostienen los beneficios de los aranceles -o demás medidas proteccionistas- es que, de esta manera, se logra proteger el trabajo local. Protegiendo el empleo local, se obtiene un mayor poder de consumo y, por ende, un mercado interno pujante, el cual permitirá generar oportunidades de crecimiento y desarrollo para todos -o la mayoría- de los sectores de la economía.

Quienes no están de acuerdo con los argumentos proteccionistas sostienen que, este tipo de medidas, lo único que hacen es generar conductas anti competencia en los sectores “protegidos” ya que nunca tienen que competir contra productos externos. A su vez, esta protección, les permite elevar los precios a piacere ya que no hay oferta de productos importados -o se encuentra disminuida-.

El acuerdo de libre comercio con la Unión Europea, como todo, tiene riesgos y beneficios.

Al ser un mercado muy amplio, el MERCOSUR, podría beneficiarse del acceso preferencial a dicho mercado. Esto podría traducirse en un incremento significativo de las exportaciones, principalmente de alimentos y energía, dos elementos clave en la demanda europea ya que las tensiones con Rusia han limitado fuertemente el acceso del bloque a la energía proveniente de dicho país -quien era el principal proveedor-.

También, el tratado, podría fomentar la llegada de inversiones provenientes desde la Unión Europea. En ese aspecto, Úrsula Von der Leyen, ha remarcado las posibilidades de invertir en energías renovables, alimentos, infraestructura digital e industria del litio, entre otros.

A su vez, el acuerdo podría facilitar la transferencia de conocimientos y tecnología. Las empresas locales tendrían acceso a cierto know-how tecnológico proveniente de las empresas europeas, lo cual ayudaría a mejorar la competitividad.

Sin embargo, los riesgos de la liberalización comercial -ya sufridos en Argentina- están presentes en la firma de este acuerdo. El hecho de abrir los mercados de manera irrestricta puede generar competencia desigual en algunas industrias y sectores productivos.

También puede tener implicancias negativas en el empleo y en las condiciones sociales. El hecho de competir con empresas mas productivas puede llevar a ciertas firmas locales a la quiebra, generando un proceso de destrucción del trabajo local aumentando la pobreza, la desigualdad y deteriorando el capital nacional.

El hecho de firmar un acuerdo de libre comercio con un bloque tan importante podría generar ciertas asimetrías que se traducirían en una mayor dependencia del MERCOSUR respecto de la Unión Europea.

Luciana Ghiotto, Doctora en Ciencias Sociales e Investigadora del CONICET con sede en UNSAM afirmó que “es un acuerdo que, con sus 24 años de negociación, muestra a las claras que es completamente asimétrico. Quienes ganan desde el lado de la Unión Europea van a ser las empresas transnacionales, de inversión en el sector de servicios, inversores para el sector de compras públicas, mientras que desde el lado del MERCOSUR gana el sector del agronegocio al expandir un poco la cuota de exportación en el sector cárnico, principalmente carne de cerdo y aviar. Esto es lo que beneficia fuertemente a Brasil ya que se encuentra dentro de los principales productores y exportadores del mundo. Esta cuota fue ampliada en el acuerdo firmado durante 2019.” En este sentido la especialista agregó que el acuerdo “perjudica al sector industrial del MERCOSUR ya que liberaliza el comercio del sector automotor. El objetivo es reducir el arancel de autopartes y automóviles a 0% en 15 años”.

A los riesgos tradicionales que traen aparejados los tratados de este estilo, hay que sumarle el rol que va a jugar Argentina dentro del MERCOSUR, teniendo en cuenta que Brasil es la economía más grande del continente.

¿Cuáles son las posibilidades de que Argentina consiga un desarrollo industrial dentro de este esquema? ¿Por qué Brasil quiere apurar el acuerdo? ¿Por qué China y Europa son los principales impulsores de los tratados de libre comercio durante la última década? ¿Qué rol juega Estados Unidos en esto? Son algunas de las preguntas que pueden surgir a partir de la posible puesta en marcha del tratado de libre comercio entre el MERCOSUR y la Unión Europea.

IC

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