Biden reclama en Belén una investigación completa de la muerte de la periodista palestina

Desde la ciudad de Belén, lugar de la natividad de Jesucristo, el católico Joe Biden ratificó el compromiso de EEUU para acompañar una investigación completa de la muerte violenta de la periodista palestina Shireen Abu Akleh, muerta por un proyectil mientras cubría una jornada de represión a manifestantes en Cisjordania. El presidente de EEUU hizo esta declaración junto al titular de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, en el palacio gubernamental betlemita. Como fondo del podio de la conferencia había tres banderas palestinas y tres estadounidenses.

Biden consideró que la muerte de Akleh, cuyo nombre no pronunció correctamente, supone una “enorme pérdida” para el trabajo esencial que implica “contar al mundo la historia del pueblo palestino”. “EEUU -prometió- continuará insistiendo en una investigación completa y transparente de su muerte. EEUU seguirá defendiendo la libertad de prensa en todo el mundo”.

La ANP y medios internacionales apuntan al Ejército israelí como responsable del disparo que mató a la periodista palestina Shireen Abu Akleh, certeza que Israel pone en duda. Una investigación de EEUU no llegó a una "conclusión definitiva" sobre la bala.

Mientras el presidente norteamericano formulaba promesas y compromisos, sobre una silla vacía situada en la sala había una foto de la periodista, con un cartel escrito en árabe que decía “La voz de Palestina”. En la conferencia de prensa, se veía a periodistas que con remeras negras que llevaban estampada la frase “Justicia para Shireen”.

Shireen Abu Akleh también tenía nacionalidad estadounidense. La periodista perdió la vida en mayo, mientras cubría una operación israelí de control de una manifestación en Yenín, en Cisjordania ocupada.

Tanto la ANP como una serie de organismos y medios internacionales apuntan a la responsabilidad del Ejército israelí por la muerte de Abu Akleh. Una certeza que Israel objeta y pone en duda. Un grupo de expertos de EEUU llevó a cabo su propia investigación independiente, sin llegar a ninguna “conclusión definitiva” sobre el origen de la bala que mató a la reportera.

Washington apuntó a que “probablemente” fueron las fuerzas israelíes las que dispararon. Pero se detuvo antes de sostener que existieran razones para creer que el disparo y el blanco fueran elegidos e intencionales. Esta moderación generó un fuerte repudio tanto de parte de autoridades palestinas como de la familia de la fallecida periodista de la cadena televisiva qatarí Al Jazira.

AGB con información de agencias