Tres años después de la muerte de George Floyd, “nada volvió a ser igual” para su familia ni el resto del mundo
Las imágenes que se difundieron hace tres años a través de las redes del brutal asesinato de George Floyd a manos de la policía en la ciudad de Minneapolis, en el estado de Minnesota, desencadenaron una ola de indignación que se extendió más allá de las fronteras de Estados Unidos.
El tío de George Floyd, Selwyn Jones, se quedó atónito cuando cientos de miles de personas salieron a la calle para manifestarse y exigir justicia racial y el fin de la brutalidad policial. Nunca se había imaginado que tantos manifestantes de todo el mundo corearían el nombre de su sobrino y se solidarizarían con la familia.
Han pasado tres años desde el asesinato de Floyd y Jones, de 57 años, ha encontrado diferentes formas de sobrellevar el dolor, en gran parte a través de la Fundación Hope929, una organización sin ánimo de lucro centrada en la defensa de la justicia racial, confundada con la educadora Liz Darden
El 26 de mayo de 2020, Jones se encontraba en Dakota del Sur viendo la televisión. El canal empezó a mostrar imágenes de Ahmaud Arbery, un hombre negro de 25 años, que fue asesinado en febrero de ese mismo año por hombres blancos mientras corría por un barrio de Georgia. El canal también mostró imágenes de otro brutal ataque contra un hombre negro, en este caso a manos de un policía. En el vídeo, el hombre repitía sin parar que “no podía respirar”, antes de morir asfixiado.
“Vi esas imágenes y pensé: 'Dios mío. ¿Puede alguien ayudarlo?”, dice Jones a The Guardian.
“Y entonces me llamó mi hermana y me dijo: '¿Has visto lo que le ha hecho la policía [a George]? Me senté y algo me metió la mano en el corazón y me lo sacó porque se trataba del hijo de mi hermana mayor. Y mi sobrino no pudo hacer nada para defenderse, solo esperar su muerte”, explica, y añade: “Ya nada ha vuelto a ser igual”.
Un “giro determinante” en su vida
Jones, que viajó a Minneapolis el mes pasado para conmemorar el tercer aniversario de la muerte de su sobrino, ha dado en los últimos dos años lo que él llama “un giro determinante”. “Queremos mandar el mensaje de que las personas normales y corrientes pueden reaccionar ante una tragedia y generar cambios en el mundo, no tienes por qué quedarte impasible y pensar que no puedes hacer nada. Las tragedias son un acicate para cambiar las cosas”, afirma.
En junio de 2022, Jones cofundó Hope929 junto a Liz Darden, una educadora de Harrison (Arkansas), a la que había conocido en distintos actos locales y comunitarios. Jones y Darden creen que el objetivo de esta organización va más allá de la lucha contra la brutalidad policial. “Nos centramos en las injusticias”, dice la mujer a The Guardian. “Históricamente, los grupos marginados han sido privados de sus derechos, así que creamos una organización sin ánimo de lucro para atender las necesidades de esas personas y construir futuros más fuertes y equitativos para las comunidades de todo el mundo”, indica.
La fundación tiene una gran variedad de propuestas y recursos para promover el cambio. Además de organizar seminarios destinados a los jóvenes y talleres sobre oratoria y seguridad pública, está desarrollando paquetes de ayuda para enviarlos a las personas que sufren determinados traumas, como la pérdida de seres queridos a causa de la violencia policial. “Queremos... poner en perspectiva que la equidad es un viaje personal”, señala Darden. Explica que la organización desarrolla programas que ofrecerán recursos transitorios para personas que salen de la cárcel y también está explorando nuevas alianzas con grupos para que Hope929 sea un centro de intercambio de información para las personas sin hogar.
Darden cuenta que la decisión de colaborar con Jones para ayudarlo a impulsar Hope929 surge de razones profundamente personales. Educadora y madre de niños birraciales, vive en Harrison, Arkansas, una ciudad de 13.000 habitantes que en Internet se conoce como “la ciudad más racista de EEUU”.
Harrison, que fue sede del histórico grupo Ku Klux Klan, atrajo la atención de todo el país después de que en julio de 2020 se hiciera viral en YouTube un vídeo en el que un cineasta sostenía un cartel de Black Lives Matter en la ciudad. El vídeo, titulado 'Holding a Black Lives Matter Sign in America's Most Racist Town' (Levantar una pancarta del movimiento Black Lives Matter en la ciudad más racista de América), ha sumado más de 12 millones de visitas y muestra a numerosos transeúntes blancos gritando insultos racistas al cineasta mientras sostiene esa pancarta.
“Formo parte de una comunidad que se enfrenta al prejuicio de ser la ciudad más racista del país. Es una etiqueta falsa, y hablo de ello para demostrar que no lo somos”, afirma Darden. En su opinión, Hope929 es “una oportunidad para entablar conversaciones incómodas y hacer que otros... oigan lo que hay que oír”.
“No se ha avanzado lo suficiente”
A pesar del gran apoyo mundial a los movimientos de defensa de la justicia racial que surgió tras el asesinato de George Floyd, Jones cree que no se ha avanzado lo suficiente. “Solo habremos hecho lo suficiente cuando cesen los homicidios”, afirma el tío de George, y cita los nombres de otras personas negras asesinadas por la policía, como Breonna Taylor, Tyre Nichols y Eric Garner.
Tras el asesinato de su sobrino, los legisladores demócratas presentaron la Ley George Floyd de Justicia Policial, un proyecto de ley federal destinado a abordar la brutalidad policial mediante la prohibición del uso de la estrangulación por parte de los agentes de las fuerzas de seguridad federales, la adopción de medidas enérgicas contra las órdenes de detención sin previo aviso y la simplificación del proceso judicial contra los agentes acusados de violencia.
Aunque el proyecto fue aprobado dos veces en la Cámara de Representantes, primero en junio de 2020 y luego en marzo de 2021, el fracaso de las conversaciones bipartidistas con los senadores republicanos paralizó su tramitación, sobre todo porque los legisladores se encontraron en un punto muerto en torno a la eliminación de la inmunidad cualificada para los agentes.
En febrero, el proyecto de ley volvió a ser noticia en los medios de comunicación nacionales después de que RowVaughn Wells, la madre de Tyre Nichols, de 29 años, asesinado por agentes de policía de Memphis en enero, hiciera una emotiva petición en el funeral de su hijo para que se aprobara.
Para Jones, la supresión de la inmunidad cualificada no es un objetivo realista. “Tendrían que desnudar esta medida de contenido, literalmente, para que no fuera realmente aplicable, para que no fuera relevante en la práctica, porque si la hubieran querido aprobar, ya la habrían aprobado”, indica.
Una ambiciosa ley de derechos civiles
Mientras, Jones ha centrado sus esfuerzos en la aprobación de un proyecto de ley federal de Derechos Civiles Médicos que proporcionaría a las personas el derecho legal a recibir asistencia médica en caso de encontronazos con la policía.
“Todo lo que estamos haciendo es aprovechar... los últimos minutos de vida de mi sobrino... No estamos hablando de la vida que vivió. Estamos hablando de los últimos 15 minutos de su vida, en los que fue torturado más allá de lo imaginable. Solo entraba en sus pulmones el 2% de su capacidad pulmonar. Tenía piedras en el hombro y en la barbilla e intentó levantarse porque no quería morir. La muerte lo pilló desprevenido”, asegura el tío de George Floyd.
Darden expresa sentimientos similares sobre el proyecto de ley: “Salvaría infinidad de vidas. Es increíble que en EEUU este proyecto de ley no haya sido aprobado ya”. Además de Hope929 y sus esfuerzos para que se apruebe la ley de Derechos Civiles Médicos, Jones ha estado trabajando en varios cargos electos en otro proyecto para preservar el legado de su sobrino: designar el 25 de mayo como el día de George Floyd para siempre.
Su tío explica que quiere que “ese día sea un segundo 4 de julio, el Día de la Independencia de Estados Unidos”. Detalla que, después de pensar en lo ocurrido, quiere que la gente diga: “Con su muerte, Floyd sentó las bases para que otros hicieran de este un lugar mejor, con leyes más justas y un enfoque completamente diferente del racismo y la brutalidad policial”.
Traducción de Emma Reverter.
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