Una nueva era comienza en la Corte
23 de septiembre de 2021: se renuevan las autoridades de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti es el nuevo presidente por tres años a pesar de que Elena Highton de Nolasco había intentado seguir como vice presidenta de un nuevo período de Carlos Rosenkrantz -o del regreso de Ricardo Lorenzetti- y de que había solicitado sin éxito la postergación del acuerdo para evitar que la grieta cortesana tomara estado público, tal como sucedió con una virulencia inusitada.
5 de octubre de 2021: Elena Highton de Nolasco presenta su renuncia a la Corte Suprema de Justicia a partir del 1 de noviembre sin tiempo para reconocimientos o una dulce despedida.
Quizás en su fuero íntimo venía pensando en su partida pero, indudablemente lo sucedido en el proceso de renovación de autoridades de la Corte Suprema de Justica adelantó tiempos o detonó decisiones por cuestiones con las que no estaba dispuesta a lidiar.
Con más luces que sombras, la primera jueza de la Corte Suprema de Justicia en períodos democráticos deja un legado importante con impronta feminista y perspectiva de género. Gran jurista pero mejor persona con mucha muñeca judicial para desentrañar casos y darle al derecho civil una definitiva impronta constitucional y convencional.
Sin lugar a dudas, la vacante debe ser cubierta por una mujer. El decreto 222/03 mediante por el cual Néstor Kirchner se autolimitó en la porción constitucional que le otorga la Constitución argentina al Presidente o Presidenta dentro del mecanismo de designación de los jueces y juezas de la Corte Suprema de Justicia, estableció como parámetro de selección la diversidad de género. Sería impensado en pleno siglo 21 que el máximo tribunal argentino tuviera una composición unívocamente “machirula”. Se enterraría definitivamente una de las banderas que todavía flamean en la alameda ideológica de Alberto Fernández.
El decreto 222/03 establece un procedimiento que comienza con la imposición de un plazo de 30 días desde que se produjo la vacante para que el Presidente presente a su candidata a la sociedad. Tal vez los tiempos electorales estiren el plazo original hasta que las urnas establezcan el nuevo conglomerado de representación política.
La exigencia de los 2/3 de los miembros presentes de la Cámara de Senadores para lograr el acuerdo y concretar la designación obliga al Gobierno y a la oposición a buscar una candidata de consenso de forma previa. Si no vendrá el bloqueo automático, la especulación política y la exasperante imposición de preferir un vacío institucional hasta que pueda poner en la Corte Suprema de Justicia “a una de las mías”.
Del ámbito judicial, de la academia, del ejercicio de la profesión surgirá el nombre de la candidata. El Consejo Consultivo para el Fortalecimiento del Poder Judicial y el Ministerio Público que tuve el honor de integrar estuvo formado por cinco mujeres con plenas capacidades para cumplir dicho rol conformando una suerte de “masia” para el presidente Fernández.
Con afecto y respeto, ojalá la vida le depare a Elena Highton de Nolasco lo mejor para su vida. Una nueva era comienza en la Corte Suprema de Justicia.
Profesor de derecho constitucional UBA y UNLPam
AD/WC
0