Ahora Menem: un sobrino del expresidente, el elegido de Milei para presidir la Cámara de Diputados
Javier Milei definió que Martín Menem sea el jefe de la Cámara de Diputados durante su gobierno. Lo confirmaron a elDiarioAR desde la bancada de La Libertad Avanza este viernes por la tarde, aunque la decisión política se concretó la noche del jueves. Cerca del mandatario electo aseguraron que el ofrecimiento existió y que la definición está aún por oficializarse.
Menem llega ungido de esa manera a su banca de diputado, que se ganó en las últimas elecciones nacionales, luego de un fracaso en los comicios provinciales de La Rioja donde fue candidato a gobernador llevando la marca libertaria: aunque salió en tercer lugar, fue uno de los candidatos a gobernador más votados del partido de Milei.
Martín Menem —sobrino del fallecido expresidente Carlos Menem, abogado, de 48 años, dueño de una empresa de suplementos para gimnasios y legislador provincial desde 2021— asumirá en la Cámara baja el jueves 7 de diciembre, fecha en que está agendada una sesión especial para la jura de los nuevos legisladores y el recambio de autoridades parlamentarias.
Para el gobierno de Milei fue un viernes de cierto revival a los noventas. Primero, porque su próximo titular de Diputados es sobrino del expresidente Menem. Segundo, porque el mandatario electo designó como Procurador del Tesoro a Rodolfo Barra, un hipermenemista que se desempeñó como juez de la Corte Suprema de Justicia en lo que se denominó la “mayoría automática” y, después, como ministro de Justicia del gobierno peronista de entonces, cargo al que debió renunciar por su pasado nazi.
Ritondo, Randazzo y la disputa que viene
La nominación de Menem acaba con los intereses que tenían el macrista Cristian Ritondo y el peronista no kirchnerista Florencio Randazzo de manejar la botonera de Diputados. Finalmente se escogió a “un puro”, condición que reclamaban algunas veces en la bancada libertaria, que tendrá 37 miembros –sin contar al titular del cuerpo– desde la semana próxima. Como jefe de la fuerza quedaría Oscar Zago.
El corrimiento de Ritondo abre un compás de incertidumbre sobre cuál será la relación que construya LLA con el PRO. Primero, porque el oficialismo entrante necesariamente deberá encarar acuerdos con el resto de las fuerzas políticas para alcanzar el quórum mínimo de 129 votos. Segundo, porque la figura de Ritondo había sido una propuesta acercada por el mismísimo Mauricio Macri en línea con el pacto de Acassuso. Si el expresidente ya había quedado golpeado en su alianza con el mandatario electo cuando Patricia Bullrich decidió sumarse como ministra de Seguridad, ahora quedó más desdibujado.
En esa estrategia de “cercar” el apoyo de Macri es que Guillermo Francos, futuro ministro del Interior de Milei, había acercado el nombre de Randazzo, buscando un acercamiento con los diputados peronistas no alineados con el kirchnerismo. Ahora la historia sería otra.
Una fuente parlamentaria libertaria incluso entendió que podría haber pesado el tuit de Cristina Fernández de Kirchner de hace dos días, cuando dijo que la presidencia de la cámara –que además ocupa el cuarto lugar en la línea sucesoria– debería ser del oficialismo. Una lectura entre líneas de ese micromensaje en X era que si finalmente Ritondo o Randazzo quedaban como jefes del cuerpo, automáticamente pasaban a ser “oficialistas”.
Cortísimo de votos propios, Menem tendrá el desafío de abrir el juego al resto de las bancadas para avanzar en el paquete de leyes que Milei ya dijo que enviará al Congreso desde el día uno, como una profunda reforma del Estado. Se espera que haya sesiones extraordinarias durante el verano. Si encuentra un impedimento en el Parlamento, el mandatario electo habilitó la posibilidad de que podría gobernar por decreto, herramienta legal que igualmente tiene una instancia de control en el Congreso.
Designado Menem, comenzará en los próximos días una disputa por los demás lugares de poder que hay en Diputados, desde los roles que secundan al presidente del cuerpo hasta las secretarías y, sobre todo, el sinfín de comisiones donde se discuten y “rosquean” todas las leyes antes de ser votadas en el recinto. Esos son polos importantes políticamente, pero también habilitan la posibilidad de innumerables designaciones de colaboradores y el manejo de abultados presupuestos.
El padre de Martín Menem, Eduardo Menem, fue entre 1989 y 1999 el presidente provisional del Senado.
MC/JJD
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