
Corre el tic tac del acuerdo del FMI mientras los empresarios del Llao Llao piden liberar el cepo

El nuevo endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI) busca recomponer el activo del Banco Central, pero cada día que se demora corre el tic tac de la pérdida de reservas, es decir, de la descomposición de ese patrimonio que pretende sanearse. Como si fuera una película de suspenso en la que debe desactivarse una bomba, el ministro de Economía, Luis Caputo, cortó ayer uno de los cables del dispositivo para frenar la explosión: anunció que el préstamo será de US$20.000 millones, pero no logró detener el conteo de reservas a la baja porque faltaron los detalles clave.
El ministro no aclaró cuánto de ese monto irá a repagar el crédito récord de 2018 y cuánto al Central, cuándo llegarán esos fondos ni cómo se resolverá el mayor problema del esquema macroeconómico –aunque Javier Milei lo considere irrelevante–, la desarticulación del tipo de cambio que sólo sube 1% mensual y que se sostiene en un cepo que lleva seis años de vigencia. Encima, después de que Caputo anunciara el monto del acuerdo, la vocera del FMI, Julie Kozack, se negó a confirmarlo. La cantidad será proporcional a la relajación cambiaria.

Un funcionario de una de las potencias del G7 (EE.UU., Canadá, Japón, Reino Unido, Francia, Alemania e Italia) que dominan en el directorio del FMI reconoce que si ya estuviese todo pactado lo habrían oficializado. Pero el staff técnico del Fondo, con el venezolano Luis Cubeddu al frente del caso argentino, negoció con el equipo de Caputo un monto y una senda de flexibilización cambiaria y se los comentó el pasado martes al directorio, pero este aún no se los aprobó. Ni la directora gerenta del FMI, Kristalina Georgieva, ni el staff ni el secretario del Tesoro del gobierno de Donald Trump, Scott Bessent, querían asumir toda la responsabilidad de prestarle otra vez a la Argentina y por eso se armó esta inusual reunión del martes. En un caso normal este encuentro debió haber versado sobre un Acuerdo a Nivel del Staff (SLA, según las siglas en inglés) ya concreto, pero no fue así porque no terminan de ponerse de acuerdo para ponerle el gancho. Caputo pide que le desembolsen la mayor parte del crédito lo antes posible para disuadir al mercado de que no ataque al peso, pero nadie puede establecer a ciencia cierta cuántas reservas se requieren para doblegar una corrida cambiaria.

Al burócrata del G7 que dialogó con elDiarioAR le llama la atención cómo esta demora en definir el nuevo tipo de cambio lleva a que en la Argentina los exportadores especulen sin liquidar la nueva cosecha de soja y maíz y los importadores se apuren a comprar, mientras se daña el patrimonio del Central que se busca arreglar. Aunque admite que no se puede liberar rápido el cepo porque en ese caso sí estallaría una bomba, también apunta que mientras persista no vendrán inversiones extranjeras sustanciales. De hecho, por ahora siguen yéndose multinacionales a pesar de que Milei es un influencer mundial del mercado libre y el Estado ausente. Pero se pregunta cuánto impactará en la inflación una depreciación más acelerada del peso y cómo repercutirá eso en el humor electoral, que empieza a probarse el 13 de abril en Santa Fe, el 11 de mayo en Chaco, San Luis, Salta y Jujuy y una semana después en la ciudad de Buenos Aires, el 8 de junio en Misiones y el 26 de octubre al nivel nacional.
Pero antes de que el futuro salto del dólar arruine el plan de bajar la inflación al 1% mensual y afecte la principal bandera popular de Milei, ya el hecho de ir al Fondo comenzó a horadar la popularidad del Presidente. “Para el argentino promedio, el FMI es un mal síntoma”, advierte la directora de la consultora TresPuntoZero, Shila Vilker. Sus encuestas marcan que el jefe de Estado comenzó a perder apoyo a partir del criptogate el mes pasado, del 49% al 46% y ahora se encuentra en el menor nivel de su gobierno, un 42%. Las expectativas económicas positivas, que habían subido hasta el 44% en diciembre pasado por la baja de la inflación, han caído al 31%. “Ajuste dejó de ser mala palabra, pero devaluación lo es porque el 75% piensa que traerá inflación y pobreza”, señala Vilker. De todos modos, recuerda que el 41% quiere apoyar a Milei en las próximas elecciones de octubre, lo que supone un porcentaje alto. Claro que ese respaldo puede canalizarse tanto a través de La Libertad Avanza o de los otros partidos que le votan todo en el Congreso.
El foro hermético de Llao Llao
Los dueños de grandes empresas y sus hijos que se reunirán desde el próximo miércoles al viernes en Bariloche en el Foro Llao Llao no dudan en apoyar a Milei. A diferencia de los últimos años, en que comenzaron a abrir sus charlas a la prensa, esta vez volverán encerrarse en el secretismo e impedirán el acceso de cualquier periodista al hotel de Eduardo Elsztain. En ese ostracismo recibirán al Presidente con todo el fervor posible por su defensa incondicional del liberalismo extremo. Pero también le harán saber que la libertad también debe llegar al mercado de cambios. “Hace un año vengo diciendo que hay que salir del cepo, deben levantarlo cuanto antes”, rezonga uno de los empresarios que viajará a Bariloche, confiado de que puede saltar la inflación por tres meses pero que dentro de cinco, cuando haya que votar, volverá a calmarse porque la motosierra fiscal y monetaria seca la plaza de pesos, aunque sea a costa de continuar con la recesión del consumo.
“Habrá un cambio en la política cambiaria, es una estupidez sostener así el cepo, ya no tiene más sentido”, comenta otro multimillonario que prepara el equipaje para ir a la tierra donde con el gobierno libertario crecen los desalojos de comunidades mapuches. “El FMI les va a dar plata, entonces hay que jugarse a abrir el cepo lo antes posible. Obvio que te va a subir la inflación y te va a joder en las elecciones, pero si no abrís el cepo, se te amplía la brecha cambiaria”, alerta el empresario. Y se sabe que cuando suben los dólares paralelos, también impactan en los precios, aunque no tanto como cuando se eleva el oficial.
“En estos 30 días que faltan de negociación con el Fondo se te va a ir un vagón de plata si no vas a un tipo de cambio libre. Y, dada fortaleza del ancla fiscal, con un apoyo contundente del FMI, más los dólares de la energía, la minería y campo, vas a tener dólares”, se ilusiona el hombre de negocios, que reconoce que el actual peso sobrevaluado provoca ganadores y perdedores. Entre los primeros están los importadores, pero también las empresas de energía y minería, las de servicios públicos y los bancos, que facturan más dólares, y entre los últimos, los que producen bienes y servicios que compiten con lo del exterior en los mercados interno y externo.

Elzstain, dueño del holding agrícola e inmobiliario Cresud-IRSA, es el anfitrión de un encuentro que desde hace diez años tiene los mismos habitués: Marcos Galperin (Mercado Libre), Martín Migoya y Guibert Englebienne (ambos de Globant), Federico Braun (supermercados La Anónima y Banco Galicia), Carlos Miguens Bemberg (Central Puerto), Agustín Otero Monsegur (citrícola San Miguel), Karina Román (Román Logística) o Cristiano Rattazzi (Gruppo Modena). Suelen ir también líderes de Endeavor, fundación que apoya la iniciativa privada y que cuenta entre sus directivos a Eduardo Bastitta (Plaza Logística), Alfredo Poli (Pluspetrol), Roberto Souviron (del fondo Win Win Ventures), Nicolás Sánchez (Grupo Prima), Federico Lauría (Dale Play), Nicolás Szekasy (fondo Kaszek), Alejandro Larosa (Agrofy), Luciano Nicora (Pampa Start), Franco Mignacco (Minera Exar), Nelson Duboscq (Digital House) y Sofía Pescarmona (Bodega Lagarde y la aseguradora Mercantil Andina). Hay quienes se preguntan si asistirán otros empresarios que están apoyando firme a Milei como el energético y minero José Luis Manzano (Edenor, entre otras firmas), su colega Bettina Bulgheroni (esposa de uno de los dueños de Pan American Energy, PAE, Alejandro Bulgheroni), amiga de Karina Milei, o los hermanos Juan y Patricio Neuss, íntimos de Santiago Caputo, que acaban de crear un grupo de distribución y transporte de electricidad, Edison, con presencia en el Litoral y el noroeste (NOA), en sociedad con Rubén Cherñajovsky y Luis Galli, dueño y CEO del grupo de electrónica, productos de limpieza y pesca Newsan, respectivamente, y con los propietarios de Havanna, Guillermo Stanley, Carlos Giovanelli, Damián Pozzoli y Federico Salvai. Manzano, exministro del Interior de Carlos Menem; Bettina Bulgheroni, exsecretaria de otro ministro del Interior de Menem, Carlos Corach; y los Neuss, hijos de uno de los empresarios más cercanos al expresidente, están atravesados por un pasado común que ahora se reedita en el presente.
Aunque algunos de ellos no paguen aquí impuestos porque se mudaron a Uruguay, son los empresarios locales que están invirtiendo, a diferencia de las multinacionales que primero quieren ver que se saque el cepo. No por nada el jefe de asesores económicos del presidente, Demian Reidel, el mismo que ahora dice que el problema de la Argentina son los argentinos, anunció en julio pasado que se venía de forma inminente una inversión tecnológica por US$1.000 millones, pero todavía la estamos esperando. Como cuando Milei en la campaña de 2023 que tenía los US$30.000 millones para dolarizar o como cuando en 2004 el entonces jefe de Gabinete de Néstor Kirchner, Alberto Fernández, le filtró al diario Clarín que llegarían US$20.000 millones de inversiones chinas.
La compra de Telefónica y un cambio de mando en la UIA
El grupo de Héctor Magnetto y los hermanos Felipe y Marcela Noble Herrera fue noticia otra vez hace una semana porque el gobierno de Javier Milei le suspendió por seis meses a su controlada Telecom la compra de Telefónica de Argentina, la antigua filial del grupo español Telefónica. El Ejecutivo actuó minutos antes de que Claro, la firma del mexicano Carlos Slim, presentara su objeción formal. El director de asuntos regulatorios de Claro, Alejandro Quiroga López, expuso esta semana en un foro sectorial que la fusión no podía materializarse antes de que sea revisada por la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC), que observa los abusos en las posiciones dominantes en el mercado, y por el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), que pone límites al control del espectro radioeléctrico, esos mismos que Personal excedería al quedarse con Movistar.
Quiroga López advirtió ademas que en telefonía celular ambas marcas dominarían el 70% del área metropolitana de Buenos Aires (AMBA), más del doble que su único rival, Claro. En el mercado, igualmente, consideran que la suspensión de la venta es sólo un paso obligado por ley que debe dar el Gobierno y no implica necesariamente que Milei vaya a impedir definitivamente la fusión ni que esté peleado realmente con Clarín. El Ejecutivo no tenía otra que congelar la operación hasta que la CNDC la apruebe o no con o sin desinversiones y que el Enacom obligue a devolver el espectro de Movistar. Iván Dubois, parlamentario del Mercosur por la Libertad Avanza, ha sido uno de los voceros críticos oficialistas de la fusión al considerar que se concentra en una sola mano un fuerte poder no sólo de negocios sino político, pero admite que deben ser la CNDC y el Enacom los que determinen si Clarín podrá quedarse con toda o parte de Telefónica de Argentina. Mientras tanto, el grupo de Magnetto sigue mostrándose progubermantal. “Si estuviera todo mal, Clarín ya lo estaría matando a Milei”, comenta un empresario amigo del Peluca.

Los empresarios que sí demuestran cada vez más malestar con el Gobierno y son la contracara del Foro Llao Llao son los de la Unión Industrial Argentina (UIA), que a fines de abril cambiará de presidente. Termina su mandato el abogado laboralista Daniel Funes de Rioja y asume un empresario fabril, el ceramista Martín Rappallini. Si bien es un hombre de negocios hábil en lo político, podrá contar en primera persona el retroceso en las ventas por un consumo que sólo se recupera en determinados nichos y por las crecientes importaciones. Algunos de sus colegas lo sitúan como portavoz del grupo Techint, que teme que los nuevos gasoductos y oleoductos de Vaca Muerta se construyan con tubos chinos. No seria extraño por el boom de importaciones mientras el peso siga fuerte y el dólar barato. Son tiempos en que llegan azúcar de Brasil, yerba mate de ese país, Paraguay y Uruguay y manteca de la cooperativa uruguaya Conaprole. Veremos qué sucede cuando suba el dólar.
AR/DTC
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