“Diplomacia de la libertad”, el plan que se cocina en la embajada en España para eliminar el servicio exterior de la Nación

En el mundo ideal de Javier Milei, el Estado no debería existir. Inviable, admite el propio Presidente, aunque hay otro proyecto igual de extremo que se cuece en un palacete en una de las zonas más caras y exclusivas de Madrid: la desaparición del servicio exterior de la Nación argentina.
La propuesta, titulada “Diplomacia de la Libertad”, es impulsada desde el corazón de la embajada de Argentina en España, una fabulosa mansión en la calle Fernando El Santo que espera recibir pronto al designado nuevo embajador, Wenceslao Bunge.

Esa propuesta lleva la firma de Marcelo Alejandro Nimo, que se presenta como “anarcocapitalista” pero es, sobre todo, el agregado de Promoción de Inversiones y Comercio Internacional de la representación argentina ante el Reino de España. Nimo, que se enfrentó al desplazado embajador Roberto Bosch, cuenta con llegada directa al presidente Milei. Y con su simpatía.

“El primer paso es el achicamiento y el segundo paso es la desaparición”, dice Nimo a ElDiarioAR. “Apunto a la casi desaparición y, respaldado por el profesor Alberto Benegas Lynch hijo, quien le ha manifestado al presidente Milei que hay que cerrar lisa y llanamente todas las embajadas y consulados”, añade el agregado comercial, cuyo padre era primo del recordado árbitro de fútbol y showman televisivo Guillermo Nimo. El fútbol, dice, no le gusta.
Nimo, de 47 años, no es diplomático, pero es agregado comercial con “rango de consejero y cónsul general”, lo que le garantiza un sueldo de US$9.600 mensuales, pasaporte diplomático y todas las inmunidades correlativas propias de un diplomático. Abogado, vive desde 2023 en Madrid, pero hace diez años que frecuenta la ciudad por temas profesionales.
El recorrido político de Nimo semeja las emociones de una montaña rusa. En su perfil de Linkedin se presenta como “anarcocapitalista, discípulo del GRAN [en mayúsculas] Jesús Huerta de Soto, Libertario Menemista y Mileísta”.
Pero Nimo fue mucho más que eso: candidato en las listas del ex comisario Luis Patti, asistente de Carlos Menem, candidato en una lista de Francisco de Narváez y de Sergio Massa a la vez y parte del PRO en el municipio de Avellaneda, donde fue concejal y jefe del bloque durante el gobierno de Maurico Macri. A la embajada en España llegó a instancias de Massa mientras fue ministro de Economía y luego fue refrendado en ese puesto por la administración libertaria.
“Desde el año 1999 hasta el 2009, que ingresé de concejal en Avellaneda, estuve en el equipo de asistentes de Carlos Saúl Menem bajo la guía de Ramón Hernández”, explica Nimo. “Participé con ellos de todas sus candidaturas a gobernador de La Rioja y a senador nacional, hasta que fui electo por Unión PRO en 2009. Antes de eso ya me había presentado como candidato a intendente de Avellaneda por Luis Patti, por el PAUFE”.
Nimo, que está cursando un Máster de Economía en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, es, entonces, político y peronista, dos condiciones que lo ubicarían en la “casta” que Milei y él mismo dicen aborrecer.

“Sigo siendo político, del peronismo de centro y menemista. Político nunca se deja de ser. Lo que no soy ahora es estatista, porque la escuela austriaca me enseñó que no hace falta el Estado para resolver la vida de la gente”, responde.
Milei dijo alguna vez que él es “el topo que destruye el estado desde adentro”, y Nimo bien podría ser el topo que destruye el servicio exterior desde sus entrañas. Pese a estar en una alta posición en una embajada clave para Argentina, su visión de la actividad diplomática es notablemente negativa.
En “La diplomacia de la libertad”, un documento de 20 páginas al que elDiarioAR tuvo acceso, Nimo cita referencias históricas acerca del nacimiento de la diplomacia, a los economistas Ludwig von Mises y Jesús Huerta de Soto, dos referentes de la “escuela austriaca” en la que abreva el presidente, y no ahorra críticas al funcionamiento de la Cancillería, a la que considera “casta” diplomática.
“Vivo la realidad de una embajada desde adentro, especificamente la de Argentina ante el Reino de España y he podido conocer los pormenores de su funcionamiento, las formas de relacionarse con sus ciudadanos en el exterior y especialmente los costos (los que considero excesivos) que el pueblo argentino tiene que pagar por sostener esa visión de que una misión diplomática forma parte de una simulación de falso estado de bienestar de su país, reflejo del socialismo”, dice en una parte de su documento.

Nimo sugiere “modernizar la diplomacia de Argentina a través de una ”diplomacia móvil“ y el teletrabajo, permitiendo que los consulados operen eficientemente desde Buenos Aires, y que entidades privadas, como las cámaras de comercio, gestionen asuntos comerciales”.
Esta serie de afirmaciones no le han granjeado precisamente la simpatía del cuerpo diplomático argentino, que ya está en buena parte en alerta ante los recortes presupuestarios, el congelamiento del Instituto del Servicio Exterior de la Nación (Isen) y la “purga” ideológica que se anunció tras la intempestiva salida de Diana Mondino y la llegada de Gerardo Werthein al Palacio San Martín.
“Hay algunos diplomáticos argentinos que lo consideran inevitable”, dice Nimo a elDiarioAR cuando se le pregunta si alguien apoya su propuesta. “Pero también hay que tener en cuenta que a muchos diplomáticos no les gusta que esta reforma venga de parte de un político, porque ellos consideran que no pertenecemos a su casta”.
“Cuando hablás de achicar privilegios y cambiar la manera de hacer tu trabajo, lo primero que hacen las personas es oponerse. La diferencia de dinero, los diplomáticos la hacen cuando están fuera del país. Es lógico entonces que busquen mil maneras de oponerse. La mayoría de los diplomáticos, cuando les vence su tiempo y deben volver, buscan a algún político que les amplíe el plazo en el exterior, porque lo que quieren es mantenerse afuera donde ganan muchísimo más dinero y en dólares. Así que lógicamente hay mucha oposición”.
Nimo hizo circular su propuesta entre otras embajadas en España, y asegura que encontró apoyo en las de Estados Unidos, Reino Unido y México. “Han leído el documento y les pareció fantástico, (dicen) que es la manera correcta de llevar la diplomacia en el futuro. Tuve mucho respaldo de diplomáticos de alto rango del exterior, no así de Argentina”, dice.

Entre quienes no reaccionaron a su propuesta figura Mondino, a quien Nimo le envió el “paper” sin obtener reacción.
¿Tiene posibilidades de salir adelante el “plan Nimo”? “Tengo el agrado del Presidente para bajar el gasto de las misiones diplomáticas, todo lo que sea reducir costos le gusta”, asegura el agregado comercial, que añadió que Milei le pidió que hablara de su plan con el canciller Werthein, cosa que espera hacer en abril, cuando visite Buenos Aires.
Werthein lleva semanas en silencio y desarrollando su propio plan de fusiones de misiones diplomáticos y achicamiento del servicio exterior. No está claro si el “plan Nimo” será de su agrado.
Así y todo, para él será importante el dato de que Nimo ha desarrollado una buena relación con los hermanos Milei. En el documento elogia la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional (AAICI), que dirige Diego Sucalesca, amigo de Javier y Karina Milei, y plantea cerrar la Secretaría de Relaciones Internacionales y otras dos subsecretarías de la Cancillería, ya que observa allí duplicidad de funciones.
“Hablé de mi propuesta con el presidente Milei estando en Roma y me dijo que avala todo lo que sea la reducción y estructuras del Estado para bajarle los impuestos a la gente”.
Que no se haya avanzado con más velocidad en el plan no tiene que ver con que “no tenga poder” para hacerlo, dice Nimo. “Es que también creo que no se puede llegar y patear la cristalería. El primer paso es el achicamiento y el segundo paso es la desaparición. Nosotros no creemos en el Estado y creemos que debe disminuir hasta un mínimo y desde ese mínimo ir a una desaparición”.
Nimo plantea una diplomacia por “zoom” desde los Ministerios responsables de cada tema y la “diplomacia ambulante”, que consistiría en viajes breves para atender asuntos específicos. Y de forma inmediata, una “estructura mínima” en las embajadas: tres diplomáticos y dos apoyos administrativos.
En el entusiasmo por la desaparición del Servicio Exterior de la Nación, regulado por ley en 1975, durante el gobierno de Isabel Perón, que reside en Madrid a sus 94 años, Nimo hace caer su propia posición de agregado comercial. Esa función ya no debería cumplirla el Estado, sino las Cámaras de Industria y Comercio binacionales, dice.
“Yo veo a la AAICI como una federación de las cámaras binacionales, totalmente independiente, con un presupuesto propio y solventada por las diferentes cámaras empresariales que actúan en cada país, y que destinarán, de los diferentes negocios que generen, un fondo para sostener a la agencia como una federación de cámaras”.
Nimo imagina una diplomacia presidencial, sin el consejo, el expertise, los ritos y la burocracia necesaria en la tradicional.
“En Estados Unidos, las cuestiones relevantes e importantes de la diplomacia, con la velocidad a que se mueve hoy la información, las maneja directamente Trump. Cuando sale el presidente y dice realmente lo que quiere, no lo manda a decir por los canales diplomáticos, que lleva muchísimo tiempo. Aparece Trump negociando con su estilo, diciendo que va a modificar el sistema de acuerdos internacionales que tiene Estados Unidos. Hoy, la mayoría de las negociaciones diplomáticas las terminan haciendo los funcionarios de cada área a través de Internet o con diplomacia ambulante a través de viajes. Pienso en la desaparición del servicio diplomático de manera permanente”.
SF/DTC
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