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Sin definición de cuándo se votará en Tucumán, Manzur se aferra al mando del peronismo provincial

Osvaldo Jaldo, Juan Manzur y Miguel Acevedo, durante una marcha en el centro de Tucumán luego de que la Corte Suprema de Justicia vetara la candidatura del gobernador.

David Correa

Tucumán —
14 de mayo de 2023 00:01 h

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La decisión de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que suspendió las elecciones provinciales que debían realizarse en Tucumán este fin de semana, provocó un terremoto político que devino en la renuncia del gobernador Juan Manzur a su candidatura a vicegobernador. La declinación ya fue comunicada al Máximo tribunal, por lo que se espera que la semana próxima se levante la cautelar que puso en pausa al cronograma electoral, a cinco días de las elecciones y que provocó un sinnúmero de problemas, entre ellos, que se deben imprimir de nuevo los votos.

Durante la siesta del pasado martes 9, con la firma de Carlos Rosenkrantz, Horacio Rosatti y Juan Carlos Maqueda, mientras Ricardo Lorenzetti se encontraba en Europa, la Corte hizo pública su cautelar, como respuesta a una causa que inició en abril el intendente de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro, candidato a vicegobernador por Juntos por el Cambio (JxC), para que se declare inconstitucional la candidatura de Manzur, que viene de ser dos veces consecutivas vicegobernador y recorre los últimos meses de su segundo mandato como jefe provincial. Ante un recurso presentado por el propio gobernador el año pasado, la Corte Suprema de Justicia provincial lo había habilitado para ser candidato.

La cautelar no solo puso en pausa a las elecciones, sino también al peronismo tucumano que durante unas horas fue pura incertidumbre, desde legisladores provinciales, intendentes y concejales, hasta la militancia que frenó en seco con las actividades de campaña. No hacer olas y esperar definiciones fue la consigna que se bajó desde la cúpula del Partido Justicialista. Ese mismo martes por la noche el escenario comenzó a aclararse cuando el vicegobernador Osvaldo Jaldo, candidato a gobernador, sostuvo que se iba a acatar la cautelar, a la salida de una reunión con Manzur que se extendió por varias horas en la Legislatura. En nado sincronizado, a la mañana siguiente, Manzur y Jaldo informaron también que la fórmula no se modificaba porque la candidatura del gobernador “se ajustaba a derecho”. Esto auguraba que se había optado por enfrentar el laberinto legal hasta sus últimas consecuencias. Que el cónclave se haya realizado en la sede de Poder Legislativo fue leído por un operador histórico del peronismo, en diálogo con elDiarioAR, como una señal de fortalecimiento de Jaldo, en detrimento de la figura de un gobernador que estaba siendo sometido a un desgaste inesperado. 

Ese mismo miércoles la Fiscalía de Estado elevó a la Corte toda la documentación que le había sido solicitada para sumar elementos de análisis y decidir sobre la cuestión de fondo. Por entonces, el peronismo tucumano era pura ebullición, pese a que Manzur y Jaldo procuraban poner paños fríos ante una fecha de elecciones incierta, mientras festejaba el escenario el binomio opositor integrado por el candidato a gobernador de Juntos por el Cambio (JxC), el radical Roberto Sánchez, y el larretista Alfaro, aspirante a vice. 

Cuando nadie lo esperaba y en menos de 24 horas, el Máximo tribunal volvió a fallar en contra de Manzur. No hizo lugar al pedido del Poder Ejecutivo provincial que había solicitado que la Corte de marcha atrás y no hiciera lugar a la cautelar presentada por la oposición. Segunda bomba en tres días. Para la conducción del peronismo ya no cabían dudas, esta segunda decisión auguraba que al final del camino legal existía una posibilidad real de que Manzur sería obligado, por la vía legal, a dar un paso al costado de la fórmula y, por lo tanto, el peronismo debía pensar en un hombre o mujer que lo reemplace.

Esta vez el peronismo actuó con rapidez y corrió para adelante. El mismo jueves, a las 21.45 y en conferencia, Manzur anunciaba que declinaba su candidatura y que en su lugar iría el ministro del Interior, Miguel Acevedo, un hombre de su más estrecha confianza. A su lado estuvo Jaldo, que solo habló al final del encuentro con los medios. El exjefe de Gabinete de Ministros aprovechó la ocasión para recordar que él es el jefe de campaña y preside el Partido Justicialista, un mensaje para demostrar que encarna a parte del poder y está dispuesto a ejercerlo hasta el 29 de octubre, cuando asuma el nuevo gobernador. Para adentro y con su renunciamiento, según un legislador que ya transita la conversión del manzurismo al jaldismo, el también exministro de Salud de la Nación buscó que su influencia partidaria no se desvaneciera, lo que hubiera sucedido si era obligado por la Corte -por el camino judicial- a dar un paso al costado en la fórmula. En esas circunstancias, derrotado, hubiera tenido menos margen para designar a un hombre o mujer de su riñón para que se postule en su lugar.  

Antes de cerrar la conferencia, el gobernador convocó para el mediodía del viernes a una concentración de la militancia y candidatos en la Plaza Independencia. La orden se cumplió a rajatabla y miles de peronistas protagonizaron la presentación en público de la fórmula Jaldo - Acevedo, con Manzur en el medio de la foto. Se espera que de aquí en más, este tridente encabece los actos de campaña más importantes. Una convivencia de tres con fecha de vencimiento en octubre.

Acevedo, el tapado

La elección de Acevedo sorprendió a la militancia peronista y a gran parte de los dirigentes porque no estaba en los papeles de nadie. Es más, aun siendo una pieza clave en el armado territorial manzurista en el interior tucumano, no era candidato a nada y tampoco se lo veía en los actos. 

Ministro del Interior y de 63 años, Acevedo arrancó en los años 80 como técnico en la Dirección General de Organización y Métodos, en la Casa de Gobierno. Entre 1995 y 1999, durante la gestión como gobernador de Antonio Domingo Bussi, condenado por crímenes de lesa humanidad y ya fallecido, ascendió a Director General de Organización y Métodos, y luego como Secretario De Estado de Hacienda. Más tarde tuvo un breve paso como Ministro de Economía de la provincia. En 2002 ocupó fue designado por el exgobernador Julio Miranda como Director de Política Fiscal del Ministerio de Economía. 

Del año 2003 al 2007, convertido en una pieza importante del exgobernador José Alperovich, fue nombrado como subsecretario de Estado de la Secretaría de Coordinación con Municipios y Comunas Rurales, y luego fue ascendido a Secretario. Allí estuvo hasta 2015, tiempo en el que fue el responsable de construir una poderosa red de vínculos con intendentes y comisionados comunales, esencial para fortalecer al peronismo, siempre fuerte en el interior tucumano. Apenas puso en pie Manzur en la Casa de Gobierno lo designó Ministro del Interior y alimentaron una alianza que mostró su fuerte musculatura cuando el gobernador se enfrentó a Jaldo en el cisma de 2021. El vicegobernador fue derrotado en todos los municipios o comunas y Acevedo fue uno de los responsables de ese resultado.

Con Acevedo como candidato a vice y si el peronismo gana cuando se llame a elecciones, lo que casi nadie pone en duda, Manzur pretende seguir teniendo influencia en el peronismo. Ese capítulo comenzará a escribirse el día que vuelva al llano o su destino sea el Senado de la Nación, en reemplazo del senador Pablo Yedlin, candidato a legislador provincial en primer término de un acople en San Miguel de Tucumán. Se descuenta que ingrese a la Cámara, por lo que renunciaría al Senado para que su jefe político ocupe ese espacio.  

DC/MG

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