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Gira Presidencial 2022
Fernández viaja a Europa con una “agenda positiva” y cruzada por el karma de la inflación

Alberto Fernández en el avión, antes del viaje de regreso a Argentina

Pablo Ibáñez

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Esta semana, cuando se reúna en Berlín con el canciller Olaf Scholz, Alberto Fernández podrá desplegar un menú de urgencias insólitamente parecidas con el sucesor de Ángela Merkel. En Alemania, rompen la agenda pública dos asuntos que son temas recurrentes en Argentina: la inflación y la cuestión energética.

Este lunes, el indicador de inflación alemán reveló que los precios subieron 7,4% en el mes de abril respecto al mismo mes del año pasado, la cifra más alta en los últimos 40 años. Según el diario DW, hay que remontarse hasta 1981 para encontrar, y en Alemania Oriental, un indicador similar. Los motivos son, claro, distintos a los que Fernández puede analizar con Scholz: en Alemania, la razón es esencialmente por la guerra de Ucrania, factor que en Argentina agrava un escenario que es, de por sí, delicado.

Berlín será la segunda escala de Fernández en la gira por Europa que iniciará este lunes por la tarde y que, en principio, se extenderá hasta el viernes. La ruta inicial incluye Madrid, donde se verá con el presidente Pedro Sánchez y el rey Felipe VI. Luego, el miércoles, aterrizará en Berlín -donde, entre otros encuentros, estará con Scholz-. También está en agenda, aunque faltan confirmaciones y quizá algún retoque, una cumbre en el Palacio del Eliseo con Emmanuel Macrón, el recientemente reelecto presidente de Francia.

El viaje presidencial mixtura dos objetivos: con el frente interno enredado por una tensión explícita con Cristina Kirchner, que quedará a cargo del Ejecutivo, Fernández busca construir una “agenda positiva” a partir de dos ejes que explorará en Europa, que aparece como “oportunidad” a raíz de la crisis que produjo la guerra en Ucrania. La intención es avanzar en negociaciones y acuerdos comerciales, en particular sobre dos temas: energía y alimentos.

Es una semana particularmente caliente en Argentina -aunque todas lo son, en esta se apilan tres asuntos hipersensibles en particular. El jueves se conoce el dato de inflación de abril, que rondaría los 6 puntos y que, según Martín Guzmán, sería “menos malo” que el indicador de marzo. También esta semana se realizan las audiencias públicas para autorizar aumentos segmentados de tarifa, uno de los temas sobre los que hay miradas antagónicas en el oficialismo, y además seguirá la dinámica de conversaciones con el FMI.

Aunque nunca estuvo confirmado su inclusión en la comitiva, el fin de semana se informó que Guzmán -ministro que es un blanco móvil del cristinismo- no iría a la gira europea. A pesar de que su libreta roja, se superpobló de referencias al tema energético, un asunto que aparece en la agenda de la gira europea y que el ministro considera que es central. Sus críticos objetan que tardó en darse cuenta la gravedad e importancia de ese tema.

En la que será su cuarto viaje a Europa desde que asumió, Fernández estará escoltado por una comitiva reducida. Estarán el canciller Santiago Cafiero, que acompañará al presidente en sus cumbres y desarrollará, en paralelo, una agenda propia; la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca Bocco, y el secretario de Asuntos Estratéticos, Gustavo Beliz. El staff se completará con el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello, y la portavoz Graciela Cerruti.

El jueves, el INDEC publicará el dato de inflación de abril. Es lo que mirará la comitiva desde Europa. Aunque las estimaciones indican que rondará los 6 puntos, un anticipo con solo comercios de cercanía del conurbano arrojó una suba muy por encima en alimentos. Guzmán sostiene que marzo será el peor dato del año y que, hacia adelante, habrá una baja. Las dudas están enfocadas en que faltan, todavía, aumentos como el de tarifas que en un sectores será, según indicó el ministro, del 20%. La cifra está en el centro de la disputa dentro del oficialismo. Guzmán lidia con una negativa de funcionarios ligados a la vice, en particular Federico Basualdo, que descreen del impacto de la segmentación porque, aseguran, tiene escaso efecto fiscal aunque mucho impacto político.

El ministro dice que es solo un “primer paso” sacarle el subsidio al 10% de los clientes y que es una manera de empezar a administrar mejor los recursos. El interrogante es sobre todo político: ¿puede el sector K del gobierno no convalidar una suba de tarifas, y la quita de subsidios, que propone el ministro con respaldo de Fernández? Hace tiempo, los límites de “lo posible” en términos políticos se fueron corriendo en el Frente de Todos. Con ese trasfondo, y luego de una metralla crítica de la vicepresidente en Chaco y sin certezas sobre la posibilidad de lograr que se restablezca el diálogo entre los Fernández, el Presidente inicia su gira europea.

PI

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