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Entrevista

Gustavo Córdoba: “Milei logró mejorarle la imagen a la CGT”

Gustavo Córdoba, especialista en comunicación electoral y gubernamental.

Juan José Domínguez

29 de enero de 2024 18:04 h

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Entre fines de febrero y principios de marzo se notará la verdadera magnitud de la reacción de las clases medias al gobierno de Javier Milei, cuya gestión es aprobada totalmente por el 36,2% de las personas contra el 52,8% que lo desaprueba en su totalidad.

Son los números de la última encuesta de imagen presidencial de la consultora Zubán Córdoba & Asociados, uno de cuyos directores, Gustavo Córdoba, dialogó con los periodistas Juan José Domínguez y Ariel Cohen, en Gambito de Datos, su programa de Radio Con Vos. Cuando el impacto económico se verifique, advirtió, es probable que la credibilidad en la figura presidencial se desplome.

—¿Cómo está la imagen de Milei?

—El último estudio que presentamos es la continuidad del que dimos a conocer el 29 de diciembre de 2023; son 1.500 casos en toda la Argentina y con algunos datos positivos para el gobierno respecto de la anterior encuesta, porque no cayó, se mantuvo en términos de aprobación de gestión. Aunque para nosotros tiene diferencial negativo, que se mantenga en enero, cuando el gobierno estuvo en la picota, es todo un mérito. Respecto de la ley ómnibus, por ejemplo, hay un 34% de personas que dicen que quieren que el Congreso la apruebe sin más objeciones y un 46% que dice que hay que rechazarla sin más trámite. Y hay un 17% que pide un tratamiento con límites a Milei.

—Es casi un calco del resultado de las elecciones.

—Sí. Lo que sí está claro es que para nosotros hay un incremento en el en el eje opositor, aunque este eje no tenga un liderazgo claro, y creo que va a distar mucho tiempo todavía para que lo tenga. Hay mucha fragmentación opositora, y esto de alguna manera favorece al gobierno. Ahora, está claro que también el gobierno está pasando por un momento crítico, que no ha podido consolidar de ningún modo ese 57% del balotaje, y estamos viendo que en las posiciones de mínima lo sigue bancando un 35% y en las de máxima, hasta un 45%. Diez puntos por debajo de ese 57% que sacó en el balotaje.

—¿Se empieza a quebrar esa luna de miel?

—Primero hay que entender que las lunas de miel son muy relativas. Estamos viendo que se aferran con uñas y dientes a esos buenos resultados y no se dan cuenta que en realidad los consensos son precarios, son muy relativos, y hay que construirlos día a día. No basta con el impulso de la victoria electoral para consolidar consenso de cara a las políticas públicas que tiene que tomar un gobierno. Ahí está la gran clave de por qué Milei ha dilapidado en estos 45 días gran parte del capital político que había tenido de arranque. Porque ese 57% tuvo un significado político importante: ni más ni menos que la victoria. Ahora, de ningún modo la legitimidad política se consigue sólo con esa victoria. El constructivismo es lo que hace a una gestión de gobierno avanzar y consolidarse cuando tiene la capacidad de dialogar no solamente con la sociedad, y escucharla, sino también con el resto de la dirigencia política.

—Pero Milei parece estar yendo para el otro lado. En vez de mostrarse más dialoguista o menos prepotente, sale en una entrevista con Luis Majul echando más leña al fuego, acusando a los diputados de coimeros. ¿Adónde va?

—Hay referencias inmediatas para comparar. El comportamiento de Donald Trump con la prensa y con la oposición política fue similar. El comportamiento de Jair Bolsonaro con la oposición política y la prensa fue similar. La gran diferencia, creo, es que Milei es un experimento político que tiene una minoría en su representación legislativa y ciertamente una enorme desconfianza en los factores de poder de la Argentina. Esto, a diferencia de Donald Trump, que estaba apoyado en el Partido Republicano, y ya sabemos lo que representa el Partido Republicano de Estados Unidos: representa la institucionalidad, justamente. En el caso de Bolsonaro, él perdió las elecciones por muy poquito margen, después de hacer un gobierno mediocre, y sin embargo el bolsonarismo hoy en Brasil está más vivo que antes. La duda, con respecto a Milei, sería hasta dónde va a poder construir algo, con este formato, con esta estrategia, que es a todas luces improvisada y amateur.

—¿Cómo impactarán la inflación y la caída de los salarios y las jubilaciones?

—El órgano más sensible de los argentinos es nuestro bolsillo. Por fines de febrero o principios de marzo, cuando ya el impacto de la aplicación del DNU en la Argentina esté vivito y coleando, y disfrutando a full los aumentos y esta libertad de mercado que le han otorgado, ahí vamos a ver en su verdadera magnitud la reacción de las clases medias que votaron a Milei. Vamos a ver si lo siguen sosteniendo, vamos a ver incluso si lo siguen haciendo los sectores populares que también lo votaron a Milei. Vamos a ver a partir de estas consecuencias económicas hasta dónde está o persiste ese aguante porque no hay una explicación convincente del esfuerzo que hay que realizar, toda vez que hay muchas cosas que está haciendo el gobierno que dijo que no iba a hacer. Por ejemplo, emitir dinero.

—O subir impuestos.

—Claro, dijo que se cortaría un brazo antes de subir impuestos. O eliminar el Banco Central, etcétera, etcétera. Entonces, acá hay un tema de credibilidad: cuando el impacto de lo económico se verifique es probable que la pérdida de confianza en la gestión sea traumática para el gobierno.

—Respecto de la popularidad de los dirigentes de la primera línea de la política argentina, ¿qué hallazgos encontraron del estudio que hicieron?

—El dato de la CGT. Nosotros medimos qué grado de acuerdo tenía la sociedad argentina con el paro de la CGT. La verdad es que el diferencial positivo era mínimo pero era un diferencial positivo al fin. Y también medimos la imagen institucional de la CGT: 39 de positiva y 57 de negativa. Este dato, que en principio, en su primera lectura, podría parecer negativo, no es así. Siempre hemos medido el nivel de confianza e imagen del sindicalismo argentino y nunca nos dio estos números. Siempre nos dio 20, 20 y pico de positiva, contra 60, 70 de negativa. Es decir, Milei ha logrado con el mal encuadre respecto de lo que pasó con el paro, salir a ningunearlo, a decir que hubo tan poquita gente, 40 mil, cuando en realidad vimos otra cosa, ha logrado mejorarle la imagen a la CGT. Yo medía, por ejemplo, a los Moyano o a los circunstanciales secretarios generales de la CGT, y siempre la negatividad era superior a la de la política. Hoy vemos, por ejemplo, cómo Mauricio Macri, Luis Caputo y Miguel Ángel Pichetto tienen incluso más imagen negativa que la propia CGT.

—Cristina Kirchner, también, que aparece con un 59,1%...

—Bueno, todos los dirigentes hoy tienen diferencial negativo. Esto tiene que ver con la crisis y con la ausencia de una escucha positiva de la política hacia la sociedad. Nosotros medimos algunas frases de las que dijo Milei en Davos: él dijo que el capitalismo o la libre empresa es el único sistema que puede terminar con la pobreza. Sólo el 42% estuvo de acuerdo y hubo un 56% que estuvo en desacuerdo. Les preguntamos, por ejemplo, y este me parece que es uno de los temas más sensibles, sobre otra frase que dijo Milei en Davos, “el cambio climático es un invento del socialismo”. Entre muy en desacuerdo y en desacuerdo tenemos un 77%; solamente un 19% de las personas está de acuerdo con la frase.

—Ese 19%, de todas maneras, es un número revelador. Es decir una de cada cinco personas coincide con Milei en que el cambio climático no es real sino un invento del socialismo.

—Mire, nosotros en plena pandemia hicimos una encuesta que tuvo mucha repercusión: les preguntamos a los argentinos si consideraban que la Tierra era plana. Fue una gran sorpresa. Yo pensaba que el 99,8% me iba a decir que no. Pero resulta que el 15% dijo que sí, que la Tierra es plana, y había un 11% que decía que no sabía. Es decir que uno de cada cuatro argentinos nos estaba diciendo que la Tierra era plana o que no sabía si era redonda. Milei tiene todavía un apoyo importante, pero cuando analizamos el contexto de las políticas públicas, cuando analizamos el rol del Estado versus el rol del mercado, lo que seguimos detectando es una cultura estadocéntrica muy importante, muy mayoritaria en la Argentina. Mientras Milei siga insistiendo con este tipo de políticas anti-Estado, va a generar mucha resistencia.

JJD

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