El Interbloque Federal festejó con JxC, pero también ilusiona al oficialismo
Graciela Camaño no tenía previsto dar el golpe de efecto que finalmente tuvo su discurso de cierre en el debate por la Boleta Única de Papel (BUP). La cartulina de 11,2 metros que desenrolló para demostrar el espacio que ocupan –todas juntas– las papeletas tradicionales en un cuarto oscuro del conurbano bonaerense, se la había cedido Emilio Monzó, luego de que el legislador decidiera no hacer uso de la palabra en el recinto, según reconstruyó elDiarioAR. Ella entonces la usó para coronar su intervención, con un acting que no había sido ensayado ni conversado de antemano: la invitación a que el propio diputado cambiemita la despliegue hacia su derecha, caminando detrás de una veintena de bancas opositoras.
Impotente para frenar la derrota que se le avecinaba en la noche del miércoles, la furia a viva voz que se desató en el kirchnerismo cristalizó la efectividad del acuerdo por la BUP que el Interbloque Federal había sellado con Juntos por el Cambio –con los libertarios y varios espacios provinciales sumaron 132 votos a favor–. La escena casi teatral de Camaño demostró también el protagonismo que puede lograr su espacio de apenas ocho bancas en una Cámara casi empatada. El Frente de Todos ostenta 118 votos y JxC, 116; ambos están muy lejos de llegar por su cuenta al mágico número de los 129 avales que habilitan el quórum.
“De alguna manera somos la llave de cualquier acuerdo parlamentario, porque podemos inclinar la balanza para un lado o para el otro”, admitió ante elDiarioAR una voz dentro de la fuerza que integra Camaño junto con el ex ministro Florencio Randazzo y el lavagnista Alejandro “Topo” Rodríguez – quien preside el interbloque–, los socialistas santafesinos Mónica Fein y Enrique Estévez, y los cordobeses schiarettistas Natalia de la Sota, Ignacio García Aresca y Carlos Gutiérrez.
“Nuestros diputados tienen identidad propia y todos buscan hacer propuestas constructivas para el país”, agregó la fuente consultada, justificando la versatilidad de la agenda del espacio, que puede coincidir tanto con la oposición como con el oficialismo. La realidad lo avala: el martes pasado, un día antes de la media sanción de la BUP con el resto de la oposición, tuvo dictamen favorable el proyecto de alivio fiscal que elaboró el Topo Rodríguez en sintonía con Leandro Santoro y Mónica Litza (del FdT)
La iniciativa busca beneficiar a 4,5 millones de monotributistas y más de 140 mil trabajadores autónomos, y se aprobaría el miércoles en el recinto, ya con Sergio Massa de regreso al país tras su viaje a Estados Unidos junto a Alberto Fernández.
Pero quizás uno de los temas más importantes que el interbloque conversa con el kirchnerismo en Diputados es la reforma del Consejo de la Magistratura, hoy empantanado en el debate en comisiones. JxC rechaza de plazo la iniciativa de Cristina Kirchner que votó el Senado, ya que no contempla a la Corte Suprema dentro del organismo judicial. Sin embargo, el FdT encuentra en el Interbloque Federal un interlocutor para posibilitar un cambio clave: que sin presidirlo, el máximo tribunal al menos integre el organismo.
En ese ajedrez la diputada Camaño sería una pieza esencial, no solo porque es consejera, sino porque tiene un proyecto propio que destaca que la Corte presida el cuerpo judicial, pero que exista alternancia entre los supremos a cargo. “Ya es una buena señal que Graciela Camaño aporte al debate”, se mostró optimista el kirchnerista Rodolfo Tailhade, conductor de las comisiones de Justicia y Asuntos Constitucionales, cuando a mediados de mayo empezó a discutirse lo de Magistratura. “Vi un proyecto de ella de 2011 que va en ese sentido”, completó ante este medio.
“Hay tiempo todavía para seguir conversando”, se limitaron a responder al respecto desde el círculo de la diputada de extracción peronista, que en la última reunión del plenario por la Magistratura fue la única diputada en hablar y mostró cierta sintonía con Tailhade, si hasta en un momento se disculpó por tutearlo. Camaño no suele mostrar mucho sus cartas de antemano en el juego de la rosca y conoce como pocos dirigentes los tejes y manejes de la política: transita los pasillos parlamentarios como legisladora desde 1987, fue 45 años pareja del poderoso gremialista Luis Barrionuevo, y protagonizó el nacimiento del Frente Renovador de Massa en 2012.
Por Zoom y mirando el 2023
El peso del Interbloque Federal en la balanza del Congreso quedó establecido en diciembre pasado, luego de que las últimas elecciones legislativas hicieran retroceder al oficialismo. “Fue la nueva conformación de la Cámara lo que posibilitó que nuestros ocho diputados, que quizás en otro contexto no incidían políticamente, ahora sí lo hagan”, reconoció para este medio un colaborador del espacio en Córdoba. “Hay más bien calidad que cantidad”, dijo otra voz de la bancada.
Dado el carácter federal que tiene la fuerza, muchos de los diálogos internos ocurren en la virtualidad. Al menos hay una reunión semanal vía Zoom, donde el Topo Rodríguez oficia más como “articulador” que como “jefe”. “Hay discusiones. Se debate cada proyecto a fondo y varias veces se liman asperezas”, confió el vocero de una de las espadas parlamentarias consultado.
Parte de las diferencias –que buscan complementarse políticamente– tienen que ver con la experiencia propia de cada legislador federalista. Para muestra vale el botón de la boleta única: en la construcción del consenso con Juntos por el Cambio quisieron hacerse escuchar tanto los cordobeses schiarettistas como los socialistas santafesinos, debido a que en sus provincias ya está establecido dicho sistema de votación. Pero también Randazzo, que aportó su expertise como ex ministro de Interior con varias elecciones en su haber durante su gestión con Cristina Kirchner: “Él acercó una persona que fue funcionario suyo, que nos alumbró en un montón de cosas”, contó un diputado de JxC al respecto.
“Fue prioritario darle bola a la opinión de los cordobeses”, aseveró un vocero, en el marco de que finalmente el proyecto vector de la media sanción del miércoles adoptó el modelo que rige en la provincia mediterránea: una sola boleta con toda la oferta electoral para todas las categorías electivas. De hecho, los diputados de Córdoba Federal abrieron un diálogo de ida y vuelta tanto con Mario Negri, coterráneo suyo y peso pesado en JxC desde el radicalismo.
En contraposición, los legisladores del bloque Socialista de Santa Fe fueron de los que levantaron el punto contra la ubicación que podían tener los candidatos en la boleta única. Cuestionaron que en las PASO fuera por sorteo y en las generales de acuerdo al resultado de las primarias –como decía el texto de la norma–, ya que consideraban que ese mecanismo los perjudicaba como partido chico frente a las grandes coaliciones, y por lo tanto siempre irían abajo de todo.
Y aunque aún falta para su definición, el tema de las candidaturas para las próximas elecciones ya subyace al Interbloque Federal. De alguna manera equidistante a los polos de FdT y JxC, sus socios internos de peso apuestan a reflotar la siempre latente “ancha avenida del medio”. Fue quizás el asado que organizó el salteño Juan Manuel Urtubey, hace dos meses en su casa de San Isidro, la cumbre más importante que se conoció hasta el momento: reunió a una misma mesa a Camaño y Randazzo con el gobernador cordobés Juan Schiaretti y el jujeño Gerardo Morales, los también diputados Monzó y Rogelio Frigerio, más el exsenador Ángel Rozas y el intendente de Rosario, el socialista Pablo Javkin.
El ágape sirvió en su momento para que gane titulares en los medios nacionales y se suba a la aún incierta carrera por el 2023 el nombre de Schiaretti, tal vez uno de los mayores aportantes al espacio federalista. De hecho, dos semanas después del asado porteño, el gobernador recibió en su provincia a todos los diputados del interbloque. Solo se ausentó Camaño, por cuestiones de agenda, pero estuvo la senadora Alejandra Vigo, esposa del mandatario y a la postre única representante del espacio federalista en la Cámara alta.
Otro accionista de peso es el economista Roberto Lavagna, que ya fue candidato presidencial y en la última semana volvió a la vidriera pública al rechazar el proyecto cristinista de ampliación de la Corte Suprema a 25 miembros. Y consciente de que sin el Interbloque Federal el Gobierno no podría obtener el quórum necesario, el Topo Rodríguez se encargó de dilapidar la iniciativa con solo dos palabras desde su Twitter: “NO PASA”.
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